Cortometrajes en los festivales de cine: “Son sus principales proveedores y eso debería pagarse”
“Los festivales son el lugar donde más vida tienen los cortos”. Tania Galán, programadora del Skyline Benidorm Film Festival abría así un coloquio en Almagro (Ciudad Real) para debatir sobre la situación de los festivales de cine en España y el cortometraje.
En la ciudad manchega donde cada verano se celebra el Festival Internacional de Cine, justo al terminar la cita con el teatro clásico que también lleva el nombre de Almagro, un debate entre responsables de varios festivales, distribuidores, directores o guionistas dejaba algunas pistas sobre lo que pasa en un sector, el del ‘corto’, que todavía busca su hueco en nuestro país.
Víctor Palacios, director del Festival Maniatic y vocal en la Coordinadora del Cortometraje Español ponía de manifiesto lo “tremendamente complicado” que resulta en la actualidad que este tipo de producciones tengan cabida en las grandes plataformas como Netflix o Amazon. “Ni siquiera para un 20% de ellos”.
También ponía de manifiesto que “los cortometrajes son los principales proveedores de los festivales de cine” y eso, afirmó, “debería pagarse”. Recordó que “un cortometrajista se gasta hasta 50.000 euros en producir. Eso es mucho dinero y mucho trabajo de mucha gente”. Por eso lanzó la idea de una remuneración, casi simbólica, entre 100 o 200 euros por los pases en los festivales. “Podrían recuperar parte de lo invertido. Es primordial”.
Después, incidió más en la idea. “En este mundo todos ganan dinero menos el cortometrajista. Es como una rueda rota. Por eso apostamos por que se les pague, independientemente de que se lleven premio o no. Eso ayudará a retroalimentar el sector”, en su opinión.
Y fue un comentario con el que no coincidió “del todo” Marko Montana, director del Festival Internacional de Cine de Almagro, anfitrión del evento. “Habría que hablar del sueldo del director”, bromeaba, para poner sobre la mesa la necesidad de “debatir sobre la financiación de los festivales”. En este aspecto lamentó que no se hayan “estandarizado” ciertos procedimientos.
“Hay que pensar qué podemos hacer para cuidar este punto de encuentro y qué pueden aportar los festivales de cine a los cortometrajes”, argumentaba Pedro Toro, director artístico del Festival de Alcalá de Henares.
En Almagro se dejaron caer algunas ideas al respecto. El director del festival local Marko Montana sostiene que “la función de los festivales de cine es servir de trampolín y de catalizador”, pero también habló de la necesidad de “unir territorialmente” a los festivales y llevar a cabo “iniciativas conjuntas”. Eso sí, “no tengo la fórmula”, reconoció.
Hay que pensar qué podemos hacer para cuidar este punto de encuentro y qué pueden aportar los festivales de cine a los cortometrajes
Carlota Pereda, ganadora de un Goya por su cortometraje ‘Cerdita’, que después se convirtió en largometraje, participó en el coloquio para asegurar que “los cortos te permiten saber con quién quieres trabajar”. El contacto en los festivales, añadió, es fundamental. “Es tan importante hacer la película como elegir al socio”.
Durante su intervención reivindicó el protagonismo de los pases individuales de los cortometrajes en los festivales. “Hay demasiadas sesiones seguidas de cortos cuando cada uno de ellos exige entrar en un mundo”, de ahí que piense que “se les hace un flaco favor” con programaciones que incluyen proyecciones múltiples en una misma sesión.
En eso coincidió con Pedro Toro, director artístico del Festival de Alcalá de Henares, quien subrayó que los pases de cortometrajes en los festivales han resultado ser “la peor forma de verlos”, debido a sesiones largas de 80 o 90 minutos de una tacada. “Proyectar cinco o seis seguidos supone que cuando vas por el cuarto ya tienes el cerebro frito y se te ha olvidado el primero”.
Deberíamos hablar de que ser más competitivo no es tener más presupuesto. Es más creatividad y originalidad. Deberíamos valorarlo como programadores
“Encima están compitiendo entre sí”, lamentó Toro. Como autocrítica señalaba que “ninguna de las partes implicadas hemos sabido encontrar un formato mejor”.
El público presente en la sala se sumó a ese argumento. No solo se dejó patente que hacer cortos es “cada vez más caro”, sino que se concibe como algo “cada vez competitivo” que “está dejando fuera a mucha gente”. Víctor Palacios lo tiene claro al respecto: “Deberíamos hablar de que ser más competitivo no es tener más presupuesto. Es más creatividad y originalidad. Deberíamos valorarlo como programadores”.
Después, Pedro Toro se mostraba escéptico respecto a otros espacios distintos a los festivales a la hora potenciar los cortometrajes. “Parecía que el lugar natural podía ser internet o las plataformas, pero eso ha provocado que se multiplique tanto la oferta que cada vez en más difícil y el circuito principal sigue siendo el festival de cine”.
Los festivales deben ser capaces de generar experiencias, más allá del visionado de largometrajes o de cortos porque eso lo podemos hacer en casa o en una sala de cine
“Debe haber un diálogo constante entre festivales porque no somos competencia”, añadía Beatriz Hernández, presidenta de la Coordinadora del Cortometraje y directora de Skyline Benidorm Film Festival.
Ella abogó por la profesionalización de la industria y por un nuevo concepto. “Los festivales deben ser capaces de generar experiencias, más allá del visionado de largometrajes o de cortos porque eso lo podemos hacer en casa o en una sala de cine”.
Jesús Soria, de la empresa MMS dedicada a la distribución de cortometrajes añadió en este sentido que “hay que seguir viendo películas en los festivales, pero también hay que dar más pese a la interacción con el público”. Además, se sumó a la propuesta para una mayor contacto, “el networking” entre festivales. “Para mí siguen siendo absolutamente necesarios y creo que seguirá siendo así”, aseguró rotundo.
El debate se enmarcaba en la edición 2024 de El Día más Corto [ED + C], una iniciativa cultural europea impulsada en España por la Coordinadora del Cortometraje Español, que ha sumado 350 proyecciones.
El evento, que se celebra todos los años de manera física en algún punto del país, ha elegido Almagro en esta ocasión. En este municipio de Ciudad Real se celebra el Almagro International Film Festival (AIFF), volcado con el cortometraje español y la industria castellanomanchega. El evento abrirá pronto las inscripciones para que será ya su octava edición.
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