La Diputación de Guadalajara ha sacado ya a licitación el contrato para la instalación y mantenimiento de cajeros automáticos en 33 pueblos de la provincia que actualmente carecen de servicio bancario. Las entidades bancarias interesadas en hacerse cargo de la prestación de este servicio podrán presentar ofertas hasta el próximo 18 de marzo. El contrato se adjudicará por un periodo de 48 meses y sale a licitación con un presupuesto base de más de cuatro millones de euros.
El presidente de la Diputación de Guadalajara, José Luis Vega, ha resaltado que este programa de instalación de cajeros automáticos se ha puesto en marcha “con el objetivo de corregir la brecha financiera que sufren las zonas rurales y para facilitar la vida cotidiana a sus habitantes, permitiéndoles realizar distintas operaciones bancarias, no solo la retirada de efectivo”.
En este sentido, el pliego de condiciones técnicas de licitación establece las funcionalidades que deben tener los cajeros que se instalen: retirada de efectivo, posibilidad de realizar ingresos con retención de billetes falsos, lectura y actualización de libretas bancarias, transferencias entre cuentas, pago de tributos gestionados por el Servicio de Recaudación de la Diputación. También incluye la posibilidad de pago de impuestos autonómicos y estatales, pago de multas, recarga de móviles y recuperación de tarjetas capturadas, que deberán ser remitidas a la oficina bancaria emisora de la tarjeta.
Operativos las 24 horas del día, 365 días al año
El pliego de licitación establece también que los cajeros a instalar deberán ser nuevos y permanecer en perfecto estado de conservación durante los cuatro años de vigencia del contrato, correspondiendo su mantenimiento y limpieza a la entidad que resulte adjudicataria.
La disponibilidad de los equipos, con todas sus funcionalidades deberá estar operativa durante las 24 horas del día, todos los días del año, previendo incluso las pautas de actuación en caso de avería. Los cajeros deberán contar con un dispositivo de aviso de averías, que deberán ser reparadas en un plazo máximo de 48 horas, y, en caso de no ser posible su subsanación, la entidad adjudicataria deberá sustituirlo. Los cajeros, además, deberán estar adaptados para personas con discapacidades físicas, siendo accesibles para sillas de ruedas y contando con menús adecuados para personas con problema de visión, como ayuda guiada por voz, conexión por auriculares y teclado den Braille.
También deberán estar dotados de cámara de seguridad, lector para cualquier tipo de dispositivo (tarjeta, móvil, reloj o pulsera), unidad de escáner para lectura de códigos de barra y unidad de impresión de recibos.
Vega ha señalado que “el programa de instalación de cajeros automáticos en pueblos de la provincia es una de las iniciativas novedosas puestas en marcha por la Diputación en esta legislatura” y “se ha concebido de tal modo que los vecinos de estos pueblos y los de su entorno puedan realizar un amplio abanico de operaciones bancarias, lo que también contribuye a la dinamización económica y social de las comarcas rurales de