Vuelve la vida a la laguna de Alcocer con la llegada de una colonia de flamencos

En Alcocer (Guadalajara) han celebrado la Semana Mundial del Agua dando la bienvenida a una colonia de flamencos que han elegido el municipio para quedarse a vivir. Son una veintena de ejemplares que se han convertido en la atracción de los vecinos y vecinas de la zona, llenando de color y vida el río Guadiela antes de convertirse en embalse de Buendía.

La estabilidad de los volúmenes de agua embalsada ha permitido que diferentes especies de aves hayan decidido instalarse en este humedal, recuperando parte de su fauna perdida por los fuertes contrastes de nivel que sufre el embalse debido los continuos trasvases de agua del Tajo al Segura.

“Es mágico pasear por los márgenes del río y volver a verlo lleno de vida y del sonido de las aves y los peces. Es alucinante la capacidad que tiene la naturaleza para recuperarse del impacto que supone cada año el trasvase y el poder del agua para transformar un territorio. Cuando vuelve el agua, vuelve la vida”, ha comentado el alcalde, Borja Castro.

El pasado sábado, el Ayuntamiento de Alcocer organizó una recogida de “basuraleza” en el entorno, junto con Ecoembes y SEO/Birdlife para favorecerla regeneración del territorio y su biodiversidad. Igualmente, desde el Ayuntamiento se ha dispuesto un mirador para la observación de aves, que es una de las paradas de la plataforma municipal de rutas de senderismo ‘ALandar’.

Este resurgimiento de la fauna en el río Guadiela a su paso por Alcocer se convertirá en un nuevo reclamo para los aficionados de la ornitología sirviendo como otro argumento turístico para visitar la zona de los municipios ribereños de la cabecera del Tajo y ayudar al desarrollo de la economía local, “siempre y cuando no vuelva a desaparecer el agua y arruine nuevamente el ecosistema que se ha creado”, concluye el alcalde.

En Alcocer (Guadalajara) han celebrado la Semana Mundial del Agua dando la bienvenida a una colonia de flamencos que han elegido el municipio para quedarse a vivir. Son una veintena de ejemplares que se han convertido en la atracción de los vecinos y vecinas de la zona, llenando de color y vida el río Guadiela antes de convertirse en embalse de Buendía.

La estabilidad de los volúmenes de agua embalsada ha permitido que diferentes especies de aves hayan decidido instalarse en este humedal, recuperando parte de su fauna perdida por los fuertes contrastes de nivel que sufre el embalse debido los continuos trasvases de agua del Tajo al Segura.