Espacio creado para apoyar y promover el espíritu emprendedor en Castilla-La Mancha.
Creando Oportunidades
En comunidades autónomas como Baleares, Navarra y, en menor medida, Asturias, el sector del agroturismo se ha potenciado en los últimos años debido a su capacidad para aunar el tradicional sector agrícola y ganadero, alejado de la mecanización y la industria, con el turismo rural. En España, la oferta no es muy elevada pero este sector ofrece un importante valor añadido que puede convertirse en una experiencia de éxito para pequeñas empresas familiares. Con este objetivo, un grupo de profesores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) participará durante dos años en un proyecto europeo de formación dirigido a este tipo de empresarios. La finalidad es también que el agroturismo perviva pasando de padres a hijos, es decir, en su “transferencia generacional”.
La iniciativa se enmarca dentro del proyecto Artisan -Empresas familiares emprendedoras en agroturismo que aspiran a perpetuar su cultura empresarial entre generaciones-, financiado por el programa Erasmus+ bajo el título ‘Cooperación para la innovación y el intercambio de buenas prácticas en la educación de adultos’.
El objetivo general es atender la necesidad de estos pequeños negocios para mejorar su potencial empresarial y sus habilidades para gestionar y controlar más eficazmente la dirección de sus negocios. Y en concreto, los investigadores han desarrollado una aplicación práctica para el desarrollo de un programa formativo dirigido tanto a jóvenes como a mayores.
El consorcio del proyecto está formado por siete miembros de un total de seis países europeos: Chipre, España, Italia, Francia, Portugal y Alemania y el equipo español, perteneciente a la Universidad de Castilla-La Mancha, lo integran los profesores de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Albacete: Juan José Jiménez, que es el responsable del equipo; Ángela González, María Gabriela Lagos y Francisco José Sáez.
Juan José Jiménez, catedrático en el Área de Organización de Empresas, explica que este proyecto ha nacido tras detectar los investigadores una “debilidad” en este tipo de empresas, que básicamente “se dedican a sobrevivir”. Las carencias se centran principalmente en la formación, al tratarse de negocios de subsistencia que generan una renta familiar y en las que existe “escasa profesionalización”. Son circunstancias que no solo afectan a quienes las gestionan sino que también ponen en riesgo su capacidad para traspasarlas a la siguiente generación de hijos o nietos.
El profesor, experto en empresas familiares, precisa que el sector de agroturismo, aunque está asentado en el medio rural, no es muy extenso en España, salvo en regiones como Navarra, Baleares o Asturias. Procede de la experiencia de éxito que arrancó en Italia en los años 50, y está basado en explotaciones agrarias y ganaderas que para completar sus ganancias introducen ofertas de turismo. De hecho, en Castilla-La Mancha, por ejemplo, estas empresas son muy difíciles de detectar porque no existe una legislación ‘ad hoc’ para regular la actividad.
Esta situación es buena y mala a la vez. Jiménez afirma que por un lado permite a determinadas empresas muy pequeñas innovar con su modelo de negocio, pero al mismo tiempo provoca limitaciones en su desarrollo y expansión. “En el caso español, estamos en otro mundo respecto a este tema porque tenemos un turismo rural de nuevo cuño como forma de reestructuración del medio rural, que juega en contra de estas familias, porque en ese medio, hay falta de acceso a la innovación y muchas familias no saben cómo impulsar su medio de subsistencia”, detalla.
Por eso el proyecto europeo está centrado en dos dimensiones: fomentar los valores emprendedores y ofrecer formación empresarial para adultos que también sirva para las nuevas generaciones. La herramienta es una plataforma que combina la formación online con la presencial, y que tiene carácter transversal en los seis países implicados. Además, quieren ir más allá y han generado una extensión para “formar formadores”, es decir, que siempre haya alguien en el medio rural para “dinamizar” este aprendizaje. Para ello se ofrece un manual de casos y experiencias de éxito en agroturismo de los países participantes.
Juan José Jiménez está realizando además una tesis doctoral centrada en cómo se puede dar continuidad al techo de crecimiento, lo que también está sirviendo para complementar la formación a estos pequeños empresarios. “Deben saber cómo diversificarse, desdoblarse, cómo crecer en actividades complementarias”, subraya, poniendo como ejemplo valores añadidos en agroturismo como que las explotaciones agrarias y ganaderas no solo ofrezcan alojamiento sino que también incorporen restaurante, paseos a caballo, visitas guiadas, senderismo o rutas culturales, entre otras muchas actividades.
“Hay que trabajar por la calidad, por la vía de la diferenciación, por el valor añadido, para conseguir que este negocio sea viable. Hablamos de un sector que también ha sufrido mucho por la crisis y ahora además se desdibuja entre la multiplicidad de ofertas de alojamiento rural. Tiene que aprender a distinguirse, triunfar y ser viable”, recalca el profesor. La idea más importante, según señala, es que sepan elegir al cliente que les interesa: “el que genera ingresos altos, da poco trabajo y se va satisfecho”. Hay centenares de fórmulas: jornadas de caza, de micología, de vendimia, ferias rurales o seminarios de gastronomía.
Finalmente, se refiere a algunas de las prácticas de éxito incorporadas tanto en la formación como en los manuales. “Los que mejor lo hacen son los que se anticipan de forma diferente, los que dan valor a su oferta, los que cuidan los detalles y saben posicionarse e integrarse”. De hecho, incide en esto último: “deben saber promocionar y acudir a eventos para dar a conocer sus ideas de turismo, moverse para generar actividad de esta clase, y focalizar a sus clientes potenciales”. En definitiva, “hacerse atractivos, viables e imaginativos”. Solo así, estas pequeñas empresas serán rentables “para sí mismas y para las próximas generaciones”.
En comunidades autónomas como Baleares, Navarra y, en menor medida, Asturias, el sector del agroturismo se ha potenciado en los últimos años debido a su capacidad para aunar el tradicional sector agrícola y ganadero, alejado de la mecanización y la industria, con el turismo rural. En España, la oferta no es muy elevada pero este sector ofrece un importante valor añadido que puede convertirse en una experiencia de éxito para pequeñas empresas familiares. Con este objetivo, un grupo de profesores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) participará durante dos años en un proyecto europeo de formación dirigido a este tipo de empresarios. La finalidad es también que el agroturismo perviva pasando de padres a hijos, es decir, en su “transferencia generacional”.
La iniciativa se enmarca dentro del proyecto Artisan -Empresas familiares emprendedoras en agroturismo que aspiran a perpetuar su cultura empresarial entre generaciones-, financiado por el programa Erasmus+ bajo el título ‘Cooperación para la innovación y el intercambio de buenas prácticas en la educación de adultos’.