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Creando Oportunidades
Hace ya unos meses que empecé a escribir sobre el coaching en este medio y como habréis comprobado, es un proceso de aprendizaje que nos permite conocernos mejor. Y ahí reside el secreto del éxito del coaching en estos últimos años. Hay quien piensa que es una moda, y, posiblemente tenga razón, hay coaching de todo y para todo, y eso se explica por la versatilidad de esta técnica de aprendizaje. A través de un proceso de coaching, aprendemos que a pesar de las circunstancias que rodean nuestra vida, somos responsables de lo que hacemos con ella, sitúa a la persona en el centro de su universo y potencia la responsabilidad personal.
Precisamente por eso creo que el coaching ha venido para quedarse en nuestra sociedad, porque trabajamos para que nuestro cliente se conozca mejor, confíe más en sus capacidades, tome las decisiones que considera oportunas para cumplir con sus objetivos.
Recientemente he tenido el honor de participar como ponente en dos talleres en la III Semana Internacional del Coaching organizada por ICF (International Coaching Federation), el primero sobre Coaching y Marca Personal y el segundo sobre Coaching y Autogestión del Estrés. Dos temáticas muy distintas unidas por el Coaching. Desde aquí quiero expresar mi agradecimiento a mi compañero Eduardo Sanz, especialista en marca personal y redes sociales, según el cual la marca personal consiste en “Decidir qué quieres ser y hacer y comunicarlo para que otros no lo hagan por ti”, sin su inestimable colaboración y participación este primer taller no se habría llevado a cabo.
Vivimos en un mundo en el que se nos repite constantemente que hay que estar presente en las redes sociales, que si no tenemos perfiles actualizados no existimos, “si no tienes visibilidad, simplemente no existes”. Uno de los aprendizajes de este taller resultó ser que…. ¡Las redes sociales no son tu marca personal! Son unas herramientas de comunicación, y como herramientas, están al servicio de nuestra marca personal, a nuestro servicio, nosotros somos nuestra marca personal.
Siguiendo el compromiso adquirido con vosotros en mi primer artículo (no dar consejos), me voy a limitar a plantearos relacionadas con vuestra marca personal:
- ¿Quién eres?
- ¿Qué palabra es la que mejor te define?
- En tu vida personal, ¿qué valores te orientan?
- ¿Y en tu vida profesional?
- ¿Qué significa para ti coherencia?
- ¿Qué necesitas aprender para mejorar profesionalmente?
- ¿Para qué te servirá este aprendizaje para alcanzar tus objetivos?
- ¿Cuál ha sido tu principal aprendizaje vital?
- ¿Para qué te sirve este aprendizaje a la hora de alcanzar tus objetivos?
- ¿Qué te distingue de los demás?
- ¿Cuál es tu esencia?
- ¿Cómo la transmites?
- ¿Qué dicen de ti tus clientes?
Existen muchísimas preguntas que nos ayudarán a definir nuestra marca personal, una vez más, el individuo es el núcleo de su marca personal, depende de él definirse, de nadie más.
Las redes sociales, el networking, son un escaparate de gran importancia, pero no dejan de ser un escaparate, la esencia del servicio que ofrecemos reside en nuestro “savoir faire”. Puedo entrar a cenar en un restaurante con un diseño a la última, con una carta de alta cocina, con unos precios que me resulten atractivos, pero al final de la cena, lo que importa es la esencia del restaurante que se puede resumir con preguntas muy sencillas: ¿he comido bien?, ¿la atención al cliente cumplió con mis expectativas?, ¿la relación calidad-precio era adecuada?, ¿me apetece volver?.
Antes de subirme al escaparate he de pensar:
¿Estoy a la altura de las expectativas que genero?
¿Qué nivel de coherencia existe entre quien soy y quien transmito ser?
Para despedirme, os dejo con una cita de Oscar Wilde que sin hablar de Personal Branding, todavía no se había inventado el término que describe un concepto que siempre estuvo ahí, aportaba su propia definición:
“Sé tú mismo, los demás puestos ya están ocupados”