El abandono de la Estación de Chinchilla la lleva a la Lista Roja del Patrimonio
El que fuera un emblema de las comunicaciones ferroviarias de la provincia de Albacete a principios del siglo pasado, hoy es un edificio en ruinas, abandonado a su suerte. La Estación de Chinchilla, en un pésimo estado de conservación, ha entrado en la ‘Lista Roja del Patrimonio’ (iniciativa de la Asociación Hispania Nostra) y que recoge aquellos elementos del Patrimonio Cultural Español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, al objeto de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración.
Hispania Nostrum destaca que en este caso estamos ante un complejo ferroviario “ originariamente perteneciente a la empresa MZA y del cual se conserva un muelle de carga, taller, antiguas viviendas de empleados de Renfe y el edificio principal, la estación, de ladrillo rojo y piedra, hoy enfoscado, la cual incluía una fonda.”
La estación, que fue construida en el año 1912, en sustitución del antiguo de 1857, comenzó su deterioro o decadencia cuando se iniciaron las obras para construir la Estación de Albacete en el año 1967. “En los años 70 la población había mermado hasta la cincuentena y continuó el declive hasta su clausura en el año 2002”, denuncian.
Lo cierto es que el tráfico de mercancías volvía, años después, a pasar por estas vías hasta el día de hoy, pero la propietaria del inmueble, ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), no le ha hecho mantenimiento. “La responsabilidad del mantenimiento es del propietario”, ha explicado a esta redacción Ignacio Díaz, segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Chinchilla, que apunta que la empresa ha intervenciones en esta vía del ferrocarril — de mantenimiento y conservación de la vía ferroviaria–pero no así en la propia estación.
Ahora, dice Díaz, lo que corresponde es que ADIF plantee “algún tipo de uso para esta estación dado que el uso ferroviario no puede dejar de prestarse”.
Una parte de la historia
Tal y como recuerda Hispania Nostra , la conexión ferroviaria entre Madrid y Albacete se remonta a finales del año 1857 y un año después, llegará al Mediterráneo, a la ciudad de Alicante. La llegada del “caballo de hierro” a Murcia y Cartagena desde la capital, se hizo esperar hasta el año 1868, y será la localidad de Chinchilla de Montearagón el punto elegido para conectar ambas líneas, aunque no en el mismo municipio, sino a unos 3 km., en un amplio espacio deshabitado hasta entonces, que reunía las condiciones óptimas para establecer un gran complejo ferroviario convirtiéndose en uno de los más importantes del país con un total de 16 vías.
La barriada de la estación llegó a tener una población mayor que la del propio municipio de Chinchilla de Montearagón, pues su cifra se situó en torno a las 500 personas, en su mayoría personal ferroviario y sus familias. Hoy esa pedanía apenas cuenta con un centenar de vecinos.
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