Una ofrenda floral en el cementerio de Toledo, en el dignificado patio 42 y una bandera repúblicana situada en el Paseo de la Libertad en Albacete, fueron parte del recuerdo que tuvo Castilla-La Mancha por la segunda República en la celebración de su 90 aniversario. En Albacete, el símbolo tricolor fue vandalizado entre la noche del martes al miércoles y ahora sólo puede leerse “90 aniversario” en la franja roja.
La iniciativa de colgar una bandera en un lugar tan simbólico de la ciudad fue del colectivo 'Albacete por la República', que reunió a unas doscientas personas entre la Plaza del Altozano y el mentado Paseo de la Libertad, donde se leyó un manifiesto en el que se reclama un “auténtico proceso constituyente, participativo, abierto y horizontal”, para ser trasladado desde las organizaciones populares a las instituciones públicas.
Por eso, reivindicaban adoptar la República como “forma de estado”, así como abolir los títulos nobiliarios, limitar los aforamientos y prohibir las “denominadas puertas giratorias”. “Hacer del trabajo y la justicia social los ejes de la economía nacional y plantear el estado federal como una posibilidad de consensuar el modelo territorial”, remarcaban en el manifiesto. En el documento también pedían acabar con “los privilegios fiscales, legales e institucionales de la Iglesia Católica” y blindar los servicios públicos frente a las “políticas privatizadoras promovidas por las grandes corporaciones”
Por otro lado, pedían “promover una educación para el conocimiento como medio para la emancipación de la clase trabajadora; incluir la cultura, en sus más diversas manifestaciones, como factor fundamental en el desarrollo humano y consignar un porcentaje del presupuesto a fomentar la investigación en ciencia y tecnología en línea con los países de nuestro entorno”. Dentro del manifiesto se reivindicaban también los “logros del movimiento feminista”, como el divorcio, derechos sexuales y reproductivos o paridad y conciliación familiar, y también de la comunidad LGTBI, como el matrimonio entre personas de mismo sexo o la identidad de las personas trans.
“Reconocer los derechos de las personas emigrantes y refugiadas, incorporar estrategias globales de integración e instituir la cooperación internacional como elemento constitutivo de nuestra política exterior y renunciar a la guerra como herramienta de resolución de conflictos, prohibir la venta de armas a gobiernos que no respeten los derechos humanos, implementar los convenios internacionales suscritos, respetar las resoluciones de la ONU y defender el derecho de los pueblos ocupados, como el saharaui o el palestino, a su libre autodeterminación”, afirmaban.
“Somos conscientes de las dificultades y de la feroz reacción con que chocará nuestra pretensión de avanzar en democracia y hacer del pueblo el protagonista de su destino”, concluían, pero “no podemos quedarnos de brazos cruzados porque, como dijo Marcelino Camacho, ”ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar“.”
Ofrenda en el Patio 42
En Toledo, Izquierda Unida y el PCE realizaron una ofrenda en el dignificado Patio 42 en el que se calcula hay más de 800 represaliados enterrados. La formación compartió un manifiesto bajo el título ‘Construyamos, juntos y juntas, Horizonte República’, en el que destacan que “este 14 de abril de 2021 es una fecha importante para la ciudadanía demócrata de nuestro país pues ”se cumplen 90 años de la proclamación de la Segunda República, un proceso histórico que constituyó un avance incalculable en términos de democracia y de justicia social“.
“Nuestro país sigue teniendo asignaturas pendientes que no olvidamos, como el pleno reconocimiento de quienes lucharon por la libertad y la democracia frente al fascismo, pero hoy la República es sinónimo de futuro y de esperanza. Futuro ante la decadencia de un régimen incapaz de satisfacer sus propias expectativas, y esperanza frente al odio de quienes nos quieren llevar al pasado y el miedo a los avances de quienes se conforman con la situación actual”, continúa el manifiesto.
En este sentido, apuestan por que es “el momento de trabajar por un país republicano que ponga la vida de las familias trabajadoras en el centro”. Para ello, creen que es “necesario construir un horizonte compartido entre todos y todas, dibujando un nuevo imaginario transformador que se comprometa con los actuales retos sociales, culturales, políticos e institucionales”.
Además, recalcaban que hablar de República es hablar de un país “ecologista, feminista y plural, que hace de la justicia social su bandera”. Hablar de derechos sociales y de condiciones de vida dignas para la clase trabajadora y los sectores populares. Hablar de República es hablar de justicia, democracia y libertad“, señalaban. ”Un modelo económico responsable con el medio ambiente y el planeta, un país feminista que acabe con la lacra del machismo y garantice igualdad en la diversidad, y un país plural que vea en su complejidad cultural y nacional una riqueza que debe ser cuidada“.
“Luchamos por un país con justicia social en el que los derechos de los trabajadores y las trabajadoras estén por encima de los intereses de las oligarquías acostumbradas a mandar sin presentarse a las elecciones”, afirmaron. La República, recordaron, es un proyecto “popular de mayorías”, que conecta con las preocupaciones cotidianas de la ciudadanía. Además, explicaron que la monarquía “carece de legitimidad”, debido a su “corrupción y papel estructural como enlace entre poderes económicos y los poderes políticos y mediáticos”. “Monarquía es sinónimo de pasado y decadencia”, concluían.