Este espacio ha sido promovido por la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) y cuenta con la financiación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Unión Europea, a través de su Fondo Social Europeo, con el objetivo de difundir experiencias, opiniones y ejemplos de proyectos basados en la economía social y solidaria
La Economía Social y Solidaria transforma el turismo convirtiéndolo en “ecológico y comunitario”
“La Venta de Contreras es una venta, como su propio nombre indica, del siglo XVII que construyeron Los Contreras a orillas del río Cabriel”. Hablamos con Fidel García-Berlanga Salas, coordinador de este ecoresort castellanomanchego construido en uno de los parajes naturales más conocidos de la provincia de Cuenca y sobre las bases de la economía social, solidaria y alternativa.
“Es una de las pocas ventas que nunca ha dejado de atender a viajeros”, asegura García-Berlanga. Manteniendo su hospedaje y su restaurante, y tras su paso por varias generaciones, la Venta dio el giro que hoy la caracteriza con el cambio de siglo. En 2000 el renovado equipo de la entidad decidió seguir trabajando desde la restauración pero abogando por un turismo responsable. “Lo primero que hicimos fue renovar las instalaciones según técnicas de construcción tradicional con las que hemos recuperado, por ejemplo, el tapiado de La Mancha tradicional”, recuerda García-Berlanga.
Actualmente la entidad busca contrarrestar “los efectos deterioradores en el medio ambiente del turismo convencional, ofreciendo un turismo social, ecológico y comunitario”. Tal y como nos cuenta su coordinador, la Venta de Contreras rechaza las actividades turísticas que deterioran las estructuras sociales y económicas bajo el objetivo de recuperar esa idea de viajar para conocer la vida, la cultura, la sociedad o la gastronomía, “y no para implantar unos modelos de consumo distintos”.
Siguiendo estos principios, desde el alojamiento, hasta los productos alimenticios ofertados, pasando por el personal, son de la zona y es que la Venta implanta este modelo económico en todas sus líneas de actividad.
Además del hospedaje y del restaurante, la viajera encontrará durante su estancia en la Venta productos de cercanía, mercadillo de productos locales, visitas guiadas a fábricas de queso, miel o aceite de la zona o conciertos y encuentros culturales con artistas locales. Además podrá participar en el huerto, que a su vez nutre la despensa de la entidad, o disfrutar de cualquier actividad medioambiental programada.
Un total de 4 trabajadores y trabajadoras, 6 durante los fines de semana, se encargan de la gestión de todas estas líneas de actividad. Sin embargo, el equipo suele ampliarse hasta las 12 personas en verano, coincidiendo con la temporada alta en la Venta de Contreras. “Parte del equipo aporta sus saberes y otra coordina proyectos. Aquí hay trabajo para todos, para estar con el pico y la pala todo el día”, reconoce García Berlanga quien nos cuenta que la encargada de cocina y el encargado de mantenimiento han trabajado en la Venta durante los últimos 15 años. “Gracias a ambos hemos podido implantar muchos conocimientos del modelo campesino sobre gastronomía, conservación de alimentos y forestal o sobre el trabajo de la tierra”.
A veces la conciliación es complicada pero tiene que ser básica
Tal y como afirma su coordinador, la Venta es fruto de mucho trabajo a todos los niveles, desde el administrativo, pasando por cocina y limpieza, hasta agrícola. Independientemente de la actividad, la organización se asienta sobre un principio inviolable: la primacía de la conciliación.
“Intentamos organizarnos de la forma más flexible y acomodada a las realidades de todos y todas. A veces la conciliación es complicada pero tiene que ser básica”. Conscientes de que “desgraciadamente la conciliación sigue cayendo sobre las mujeres”, en la Venta de Contreras la búsqueda de un equilibrio entre la vida laboral y familiar “es un criterio organizativo prioritario”.
“Hay veces que no se puede por lo que definirlo como éxito sería inconsciente. Es como las luchas por el feminismo o por la justicia internacional, siempre estamos lejos de obtener lo que queremos”, añade García-Berlanga.
Entre las dificultades: la Venta de Contreras es un espacio ‘childfriendly’ en el que los menores del personal pueden estar mientras trabajan. Según García-Berlanga, se trata de una “ventaja” aunque esta característica impide la separación entre vida personal y laboral.
“Por el momento nuestra organización es bastante equilibrada y nadie siente que está dando más de lo que recibe”. A pesar de las características del trabajo en la venta, el teletrabajo se ha convertido en una opción para todas aquellas tareas que así lo permiten.
“En el 2021 queremos sobrevivir”
La pandemia de coronavirus ha perjudicado a muchos sectores, el turismo entre ellos y, concretamente, el turismo rural y de interior. “El problema fundamentalmente es que en Castilla-La Mancha, hasta ahora, ha primado un modelo de turismo dependiente de los visitantes de otras regiones ya que no se ha potenciado entre el viajero extranjero”, explica García-Berlanga.
“El 90%” de los visitantes de la Venta “son valencianos o vienen de paso”, por lo que el cierre perimetral ha ocasionado numerosas pérdidas económicas en esta entidad. “Es una medida necesaria”, reconoce el coordinador, quien apuesta por una promoción mucho más eficiente del turismo de interior. “En el estado no se ha potenciado. Vendemos sol y playa con todo lo que supone de deterioro de nuestra costa y de creación de gigantescas infraestructuras que están 9 meses vacías”.
Ante este contexto, uno de los principales objetivos de la venta de en el 2021 “sobrevivir”. “El castellanomanchego está poco acostumbrado a viajar por su territorio. El sector del turismo de interior tiene que consolidarse por lo que seguirán siendo años muy duros”.
Según García-Berlanga, la despoblación también supone un problema para esta zona conquense ya que se han eliminado numerosos servicios y transportes públicos. “Esto obliga a tener coche para venir hasta aquí con el impacto medioambiental que eso supone”.
El panorama económico y global ha llevado a una nueva renovación de la Venta de Contreras esta vez centrada en su programación y ofertas. “Hemos optado por sumarnos a la red de voluntariado internacional y por la creación de un aula medioambiental para luchar contra la estacionalidad”.
La Venta de Contreras depende en gran medida de la temporada alta por lo que su equipo apuesta por un “turismo de conocimiento” con el que potenciar los saberes campesinos y tradicionales a través de “actividades educativas durante todo el año en las que participan profesionales del ámbito académico, asociaciones o colectivos”.
“Lo raro sería no optar por la Economía Social”
Ante las dificultades, García-Berlanga asegura que en su entidad “lo más fácil es disfrutar y compartir la joya de nuestro entorno y, en general, fuera de algún problema, el bienestar de nuestro equipo y nuestra convivencia”.
Se trata de una fortaleza asentada sobre las bases de la Economía Social, Solidaria y Alternativa, un modelo que el coordinador de la Venta de Contreras anima a adoptar. “Lo raro sería no optar por la Economía Social” ya que “es el modelo más justo al ofrecer un presente más cómodo y más humano”. “Es la economía que tiene mayor garantía de futuro en este futuro inestable y líquido de la postmodernidad”.
“Necesitamos una economía social y alternativa porque si no nos vamos al garete”, añade García-Berlanga. Ante un modelo actual “que no tiene ni presente, ni futuro y encima es injusto”, el coordinador de la Venta de Contreras lo tiene claro: “la Economía Social es capaz de romper con modelos económicos que nos llevan cada vez a situaciones más complicadas”.
“La Venta de Contreras es una venta, como su propio nombre indica, del siglo XVII que construyeron Los Contreras a orillas del río Cabriel”. Hablamos con Fidel García-Berlanga Salas, coordinador de este ecoresort castellanomanchego construido en uno de los parajes naturales más conocidos de la provincia de Cuenca y sobre las bases de la economía social, solidaria y alternativa.
“Es una de las pocas ventas que nunca ha dejado de atender a viajeros”, asegura García-Berlanga. Manteniendo su hospedaje y su restaurante, y tras su paso por varias generaciones, la Venta dio el giro que hoy la caracteriza con el cambio de siglo. En 2000 el renovado equipo de la entidad decidió seguir trabajando desde la restauración pero abogando por un turismo responsable. “Lo primero que hicimos fue renovar las instalaciones según técnicas de construcción tradicional con las que hemos recuperado, por ejemplo, el tapiado de La Mancha tradicional”, recuerda García-Berlanga.