IPP: la herramienta que permite conocer los posibles riesgos por incendio este verano y que está al alcance de todos

Casi 80.000 kilómetros cuadrados conforman Castilla-La Mancha, una amplitud territorial que permiten encontrar una gran variedad de ecosistemas, flora y fauna que llega a ser única en el mundo. Debido a su situación dentro de la Región Mediterránea, la región tiene un clima “marcadamente” continental, que hace que los veranos sean secos y muy calurosos. Muy calurosos. Debido a esta falta de agua, la vegeteación se somete a un “stress” hídrico, pues pierde la humedad que ha podido retener en las estaciones más húmedas, como el invierno o la primavera, lo que provoca que se incremente el riesgo de incendio forestal.

Los incendios forestales en la llamada Región Mediterránea se consideran un “elemento más” del ecosistema, ya que pueden producirse por causas naturales, como por ejemplo, el rayo de una tormenta seca. La vegetación castellanomanchega ha logrado adaptarse para poder sobrevivir al fuego. Sin embargo, los fuegos causados por el hombre son ahora la mayoría de los siniestros que se registran en la región, ya sea de manera intencionada o por negligencia: puede ser por una quema de rastrojos, una hoguera mal apagada en el campo o incluso una colilla mal apagada pueden llegar a originar graves incendios que afecten a los ecosistemas de la región.

En los últimos años, Castilla-La Mancha ha tenido que afrontar severos incendios que han afectado a miles de hectáreas. Fue esto lo que ocurrió en el incendio de Molinicos y Yeste, en la Serranía albaceteña, un fuego que arrasó con 3.200 hectáreas y llegó a afectar a parte del Parque Natural de los Calares del Río Mundo. Trece días tuvieron en vilo a cientos de personas y dejaron al entorno natural en una situación delicada, que todavía continúan los esfuerzo para reforestar las zonas afectadas, tanto por parte de las administraciones como de los mismos pueblos afectados, colegios o simplemente a nivel individual.

La prevención supone una de las herramientas fundamentales a la hora de evitar los incendios forestales. Para ello se utilizan herramientas como el Índice de Propagación de Incendios, una herramienta que permite evaluar la intensidad, el desarrollo y la dificultad de extinción que podría alcanzar “en un momento y lugar determinados” un incendio forestal. Nicolás López, Director del Centro Operativo Regional de Castilla-La Mancha, explica que a través de este índice se puede estimar el estado de la vegetación, que funciona finalmente como un combustible forestal, a través de la situación climática existente, así como también la predicción metereológica para poder estimar el “posible desarrollo energético” que puede llegar a tener un incendio forestal.

Las autoridades competentes en materia de gestión de incendios forestales utilizan el cálculo de distintos IPP, como puede ser el administrativo, que se publica en la página web oficial de la Junta de Comunidades y que está directamente vinculado con las meteoalertas, por lo que puede ser revisado en el mismo día, en el caso de que las predicciones metereológicas difieran de “forma sustancial” con los valores del día anterior. El IPP diario, por otro lado, se calcula con la salida meteorológica para el día en curso, para poder obtener una mayor precisión, y así poder obtener el “peligro diario” a nivel regional. Éste, sin embargo, se usa de manera interna y no está circunscrito a las comarcas de meteoalerta. También de uso interno es el IPP operativo horario, debido a que está destinado a situaciones con un mayor detalle.

Niveles de peligro

Cinco tipos de peligro son los que se establecen según el Índice de Propagación: van desde el 0, bajo, que se representa con color azul claro, hasta el extremo, nivel cuatro, que se representa, como no podía ser de otra manera, con un rojo fuerte. Se trata de una manera de clasificar el comportamiento del fuego que puede llegar a alcanzar potencialmente un incendio. Estas clases se han establecido tras observar cómo ha sido el desarrollo del fuego en los incendios en Castilla-La Mancha en los últimos años, con parámetros como la velocidad de propagación sobre el eje principal del fuego, el crecimiento superficial, la distancia de emision y los tipos de focos secundarios o el tamaño que ha alcanzado la llama en la “zona más energética”.

Los ciudadanos pueden acceder a esta información, tanto a través de las redes sociales del plan INFOCAM, como también a través de la página web de la Consejería de Desarrollo Sostenible. Además, la ciudadanía puede consultar también los incendios más significativos, estadísticas al respecto y también un boletín diario para conocer la situación metereológica o lo que se puede esperar en cuanto a los incendios forestales.

Ciudadanía responsable

López recuerda que este verano es una oportunidad para disfrutar del “espectacular” medio natural castellanomanchego, pero que siempre debe ser de manera cautelosa. Por eso, explica que siempre se debe tener claro el recorrido que se va a seguir, en el caso del senderismo, contar con suficiente batería en el móvil y agua suficiente. Pero aparte de eso, recuerda que no se debe realizar fuego en el medio natural, por lo que la comida se debe llevar ya preparada y también evitar dejar residuos, siendo responsables en la gestión de la basura que producimos. “No aparcar los vehículos encima del pasto y no tirar cigarros al suelo ya que podemos generar un incendio”, advierte.

En el caso de observar que el Índice de Propagación de Incendios sea “muy alto o extremo”, es necesario extremar las condiciones, ya que “cualquier negligencia o accidente”, puede acabar provocando un incendio de graves consecuencias. En el caso de ocurrir un accidente, la llamada debe ser inmediata al 112. “El dispositivo de Lucha Contra Incendios de Castilla-La Mancha del Plan Infocam, estará siempre preparado para responder”, afirma el director.

(*) CONTENIDO PATROCINADO POR LA JUNTA DE COMUNIDADES