'After Life': el evocador canto a la vida de Ricky Gervais

El polifacético Ricky Gervais es, para mí, uno de los grandes cómicos de los últimos tiempos. Un tipo sin pelos en la lengua con una carrera dilatada delante y detrás de las cámaras. Desde la mítica ‘The Office’ UK pasando por varias películas y sacando productos televisivos tan interesante y peculiares como ‘Life's Too Short’, ‘Extras’ o ‘Derek’. Su sello no deja ser inconfundible en todo lo que participa activamente como creador, director o guionista; al igual que sus inigualables stand up.

Su última serie estrenada en Netflix ‘After Life’ es la protagonista del blog esta semana. Una comedia dramática (dramedia) que el mismo Ricky Gervais se encarga de crear, dirigir, escribir y protagonizar. Una primera temporada -renovada para otra más- que con el paso de los capítulos resulta terriblemente evocadora y sensible sobre un protagonista que, quizá, puede despertar algo de antipatía al principio.

La historia de ‘After Life’ sigue la vida de Tony (Ricky Gervais) un periodista que, tras la muerte de su mujer, por culpa de un cáncer, perderá todo el interés de vivir. Incapaz de suicidarse toma la decisión de convertirse en una persona detestable y, hasta un punto, odiable. Todo lo llevará al límite, mientras que sus conocidos y amigos intentarán salvar a la buena persona que era antaño.

Lo que uno se espera, la primera vez que se enfrenta a ‘After life’, es encontrar ese humor tan afilado, negro y polémico de Ricky Gervais. Sin embargo, la realidad, es que esta historia resulta ser un torrente melancólico, sincero y real sobre la necesidad de encontrar un sentido a la existencia tras sufrir un hecho tan dramático e impactante como la muerte del amor de tu vida. Un viaje doloroso y a flor de piel con ese halo vital que va desprendiendo en ese camino.

El personaje de Tony se encuentra en ese sendero pedregoso y difícil que supone procesar ese duelo. La clave del relato escrito por Ricky Gervais es que transpira tranquilidad, sinceridad y realidad. Esa manera en la que el espectador poco a poco se siente partícipe de la historia y termina empatizando con el personaje. Sin embargo, yo diría que el camino del protagonista es mucho más que una simple redención, sino que termina siendo un puñetero y gran canto a la vida.

Un canto esperanzador y a la vida que no está exento de dolor. En esas secuencias en las que Tony observa los vídeos de su mujer Lisa (Kerry Godliman), antes de morir, en las que recuerda a su marido lo que debe y no debe hacer: que viva y luche por vivir. Muestra un hombre que era muy distinto y feliz a lo que es ahora -normal-. Esa exposición tan privada e íntima sirve no solo para observar esa gran pesadumbre y oquedad en su corazón sino, también, para escarbar en los sentimientos del espectador y empatizar con Tony.

‘After Life’ es un camino doloroso y emocionante con un mensaje final que alude a ese canto a la vida que se puede perder a veces de vista, debido a ciertas circunstancias. La serie creada por Ricky Gervais me ha resultado una auténtica delicia. Seis episodios que se encuentran en Netflix.