¡Por culpa de la Junta, estamos peor que nunca! reclamaban los bibliotecarios vestidos de amarillo, reunidos alrededor de la Feria del Libro, que concluye mañana, en Zocodover en Toledo. La lucha del movimiento denominado Biblioresistencia de Castilla-La Mancha se inició a principios del pasado abril, como una instancia de reunión entre los profesionales de las bibliotecas para luchar por un sistema que, denuncian, se ve cada vez más degradado por la falta de presupuesto y las precarias condiciones laborales. En conjunto con el sindicato CNT, el movimiento ha presentado un manifiesto por el que se dice no al desmantelamiento de la red de bibliotecas públicas de la región.
Las denuncias del colectivo apuntan, sobre todo, al valor cultural de las bibliotecas como punto de encuentro y cultura, funcionando como dinamizadoras de la vida de los pueblos, en una región en que más del 90% de los municipips tienen menos de 20.000 habitantes. Señalan así el ejemplo de internet, que en muchas ocasiones sólo llega a las localidades a través de las bibliotecas. A esto añaden el valor de la figura del bibliotecario, que se ven aquejados por jornadas insuficientes, precarias y con un“altísimo porcentaje de medias, o inferiores, jornadas”. Señalan que los recortes han hecho que en muchas ocasiones no exista siquiera un bibliotecario en las instituciones rurales, siendo atendidas por el alguacil local, mermando así el valor de esta figura.
Por su parte, CNT ha hecho un llamado de denuncia a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que estaría “incumpliendo su propia ley”, la Ley 3/2011 de Lectura y Bibliotecas de Castilla-La Mancha, en el artículo 31 de Financiación de la Red de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha, al abandonar el sistema regional de bibliotecas, escudándose en la “burda excusa” de la insuficiencia presupuestaria. Así, el sindicato ha señalado los cierres en las distintas provincias de la región, que afecta principalmente a los edificios rurales, además de la situación que se está prodiuciendo en los Archivos Históricos Provinciales, donde ya no se permite la reproducción de los documentos de forma gratuita. Se crea, así, un impedimento para la recuperación de la Memoria Histórica, señalan, junto a una sobrecarga de trabajo para los empleados de los centros.
“Libros encerrados en la soledad mate de bibliotecas clausuradas en este proceso de desmantelamiento de la red de bibliotecas. Pueblos sin brillo, sin escuela, sin médico, sin biblioteca, esperando sin paraguas la llegada de la lluvia amarilla desde Toledo. ¿Es esta la sociedad que queremos?”, finaliza el llamado de los trabajadores bibliotecarios.