Movilización ciudadana contra una mina a cielo abierto “muy cerca” a una zona protegida de la Red Natura 2000

La pandemia no ha detenido la movilización ciudadana y la Plataforma Contra la Mina en Arroba y Fontanarejo es un ejemplo de ello. El colectivo ha convocado una protesta y una ruta reivindicativa para mostrar su negativa a la reactivación del proyecto de mina 'Arroba' en dicho municipio y Puebla de don Rodrigo. Se ha abierto un nuevo periodo de información pública y consultas del procedimiento de evaluación del impacto ambiental, que estará abierto hasta el 30 de julio de 2021.

El colectivo asegura que no entiende cómo la iniciativa quiere salir adelante, tras dos declaraciones de impacto ambiental negativas que ya ha recibido. Francisco Sarrión, del colectivo, señala que el reclamo contra la mina es que todas las explotaciones a cielo abierto implican la destrucción de “muchísimo terreno” y con una profundidad de “más de 100 metros”. “Todo lo que es la hidrología del sitio, se destruye. Se utilizan explosivos, sale todo el polvo volando y se hace mucho ruido”, recalca el activista ecologista.

Además, desde el colectivo recalcan que donde se proyecta la mina está “muy cerca” de Arroba de los Montes, “a kilómetro y medio”, y también “muy cerca” del río Guadiana y de una zona de la Red Natura 2000. En definitiva, una zona protegida. “Está protegida la parte baja y superior del valle, pero donde se plantea la mina no está protegida, ya que tiene derechos de explotación muy antiguos”, señala Sarrión. Se trata, insiste, de una zona de riqueza natural, en cuanto a la fauna, con ejemplares de águilas reales, perdiceras, buitre negro o, incluso con linces, que llegan desde Cabañeros. Pero también en cuanto a flora autóctona.

“Tiene unos valores de naturaleza muy importantes y los promotores se niegan a verlo. Llevan ya varios proyectos, y declaraciones de impacto negativas, pero siguen insistiendo”, afirma el activista, que también es parte de Ecologistas en Acción. “Ya nos movilizamos y presentamos alegaciones y en vez de zanjar con la declaración negativa, se les da otra oportunidad más para presentar otros estudio”, lamentan desde el colectivo. Además, insisten en que el proyecto no cambia en relación a los anteriores, sólo en el caso de las dimensiones del agujero y de la localización de la escombrera.

“Valores arqueológicos muy importantes”

En lo que se refiere a la futura escombrera de la explotación, Sarrión recalca que quieren ubicarla en una zona con lo que describen como “valores arqueológicos muy importantes”. Éstos se encuentran en la zona de la Sierra del Hontanar, y los definen como “yacimientos sin excavar”. “Se sabe que se existen aunque no se han estudiado. Hay muchos restos de la época megalítica, que podría ser la más grande de Castilla-La Mancha. Pero han elegido el sitio para sepultarlo con la escombrera, y reclamamos que debería haber estudios para estudiar el patrimonio y el impacto”, señalan.

Aunque también lamentan que se va a hacer “lo mínimo” al respecto, para que se sepa “cuanto menos mejor”. “Niegan que se afecte a especies protegidas, a los yacimientos arqueológicos o al paisaje. Estamos bastante hartos de que tras dos declaraciones negativas, desde la Junta se sigue dando cancha a estos proyectos”, afirman desde la Plataforma.

La promotora, afirman, está “relacionada con una multinacional francesa de titanio”. “Son un cúulo de factores los que hacen que no queramos que se realice este proyecto. Es ruido, paso de camiones, se va a triplicar el tráfico rodado y, encima con carga pesada”, lamenta Sarrión. Además, afirman que los minerales que se quieren sacar están asociados a algunos elementos radioactivos, entre los que mencionan tierras raras, circonio, o dióxido de titanio, que “tienen cierta radioactividad” “Todo esto saldría al aire y tampoco presentan estudios al respecto”, recalcan desde la Plataforma.

Igualmente, piden un estudio de afecciones a trabajadores, así como a la población. “Dicen que van a poner un medidor de la calidad del aire, pero no de lo que van a medir exactamente. No quieren hacer las cosas bien, porque saben que todo lo que se va sabiendo va en su contra. No quieren decir la verdad, no quieren hacer estudios porque les va a perjudicar. El proyecto ya debería estar cerrado con dos Declaraciones de Impacto Ambiental negativas. No entendemos que la Junta les permita volver a sacar otra, no es de recibo. Esto es lo que pedimos”, concluyen.