El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha dirigido explícitamente al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès para advertirle que aunque comprenda la libertad de los independentistas de “buscar lo que quieren”, esta vía tiene que articularse respetando la ley y la Constitución, “no a golpes”.
“Entiendo y defiendo la libertad de los independentistas de buscar lo que quieren, pero con la Constitución y la ley por delante, no vale a golpes”, ha remarcado después, ha dicho, de escuchar a Aragonés en la mañana de este viernes, que se ha abierto a abordar una reforma de la Constitución para hacer posible la celebración de un referéndum de autodeterminación acordado con el Gobierno en Cataluña.
García-Page ha destacado que él trabaja para que a Castilla-La Mancha “le vaya bien” y por consiguiente, también a España, pero, ha señalado, “no es tan real que si le va bien a una parte --en referencia a Cataluña-- le va bien a todos”. “Queda muy bonito, pero no es tan verdad, los independentistas no quieren que todos seamos iguales, lo que quieren es tener privilegios”, ha aseverado.
Por ello, tiene la responsabilidad como presidente autonómico de que los independentistas “no se salgan con la suya” y ha planteado que “si hubiera que opinar sobre si una parte de España se independiza del conjunto”, esa decisión se debe tomar entre todos. “La soberanía es nacional, es de todos los españoles”, ha afirmado.
Asimismo, ha avanzado que el Grupo Parlamentario Socialista va a aprobar en las Cortes regionales el próximo miércoles 21 una “norma” que recoja que, si se produce un consulta en Cataluña por la independencia, “y se impidiera votar sobre ello en el resto de España”, la Comunidad autónoma lo recurriría en “24 horas” al Tribunal Constitucional.
García-Page ha indicado que esto se produciría “si se votara en Cataluña” para que esta comunidad fuera independiente “por fuerza o por pacto”, dos vías que ha considerado inconstitucionales.