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Se ha aprobado el envío, por Bruselas, de la primera transferencia de los fondos europeos destinados a la recuperación económica tras la grave crisis provocada por la epidemia de la COVID. Fondos europeos que vendrán a través de planes de Next Generation-EU, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y un plan de eficacia en la Gobernanza. Miles de millones de euros que, como en ocasiones anteriores, dependerá de la oportunidad y eficacia en la gestión por parte de autoridades nacionales, regionales y locales para que surtan el efecto requerido.
Pero, la experiencia por estas latitudes lo pinta muy mal. Hemos tenido claros ejemplos de despilfarro de los fondos europeos y de gestión de obras públicas sin que ningún responsable de su planificación, ejecución y puesta en marcha haya siquiera reconocido su error y, por supuesto, haya tenido a bien poner el cargo a disposición del superior jerárquico.
Los lectores más jóvenes, probablemente, hayan visto a lo largo de la región abrevaderos junto a merenderos y se habrán preguntado quién “c…” pueda utilizarlos. Fue una brillante idea para crear en plena estepa manchega un recorrido de centenares de kilómetros que costó cientos de millones de euros, gestionados por una empresa pública que cerró con un déficit de millones de euros.
¿Recuerdan ustedes el Plan de recuperación de las riberas y márgenes del río en la ciudad de Toledo? Junto a la senda con todos los equipamientos que conllevó (kioscos, embarcaderos etc.), se ejecutó un magnífico proyecto de huerta en Safont con noria, acueducto y embalse. Si la primera se inundó y se malbarataron las instalaciones, la huerta nunca se puso en marcha y, con ello, se enterraron millones de las entonces pesetas.
¿Y el proyecto de construcción en el Parque de los Polvorines de centros de Investigación? Unos edificios inacabados, cuyos esqueletos nos recuerdan que allí quedarían fondos, proyectos y expectativas frustradas sobre el despegue de la investigación científica en nuestra región. Se trataba del Centro de Investigación del Fuego (CIFU), de un Instituto Meteorológico de Castilla-La Mancha (IMETCAM) y de un Centro de Investigación sobre la Atmósfera y el Clima que serían centros punteros en la lucha contra el cambio climático (CIAC), todos ellos proyectados con fondos FEDER al 80%. Nuevamente se quiere reutilizar parte de la infraestructura, ahora con Fondos Europeos de Inversiones Estratégicas, más conocidos como fondos Juncker.
¿Los más mayores también recuerdan que se expropió y derribó el Palacio del Automóvil a la entrada de la ciudad bajo la premisa de que 'estorbaba' la vista de la ciudad? Posteriormente se proyectó –fiándolo a la inversión 'privada'-, un Centro de Recepción de Turistas. Inaugurado, nunca llegó a cumplir completamente el objeto de su construcción. Por el camino quedaron préstamos de la Caja de Ahorros y de banca no devueltos, terreno hipotecado y un edificio desmantelado.
Al final del Polígono, el “Pabellón de visitas del Barrio Avanzado’, queda como testigo de un modélico barrio avanzado, macro-proyecto del arquitecto Jean Nouvel. No se llegó a ejecutar, pero el citado pabellón ya supuso una inversión millonaria. También están inacabados los proyectos millonarios del Quixote Crea o la Casa de la Juventud en la calle Dinamarca, cuya paralización han costado a las arcas públicas no sólo lo invertido, sino que también han tenido que indemnizar a constructoras y contratistas.
Nos preguntamos si tras este historial de incumplimientos de promesas y proyectos inacabados, despilfarro, dejación e incompetencia estaremos preparados para administrar los fondos europeos que vendrán. Por lo pronto se han modificado las normas de transparencia y contratación para “agilizar los trámites de ejecución” según los responsables. Mala señal, ya que tendremos que gestionar los 492 millones de euros para inversiones directas de fondos REACT-EU en Sanidad, Educación, Servicios Sociales y Empleo, otros 101 en desarrollo social y otro montante superior en fondos de Recuperación y Resiliencia, y todo ello en una colaboración público-privada. Recordemos que la red empresarial de la región tampoco se encuentra entre las más desarrolladas del país. Parte de los fondos deberán ser destinados a la 'industria cultural' y, recordemos, que nuestro Patrimonio es uno de los grandes activos en generación de empleo y riqueza.
No olvidemos que también somos una región que se caracteriza por no pedir fondos europeos bajo la excusa de que no tenemos el porcentaje (normalmente alrededor del 20 %) que tiene que poner la contraparte –nuestra Administración-, o para adelantar los gastos, lo que encubre falta de ideas, iniciativas o pereza en la gestión. Y, cuando están adjudicados, solamente ejecutamos una parte de los fondos concedidos. Y así seguimos, siendo una de las regiones más pobres del país, mientras que regiones más espabiladas suman a su ya alto PIB aquellos fondos que, adjudicados por países, nuestra región no es capaz de pedir o gestionar, y cuando lo hace, ya han visto el resultado.
Se ha aprobado el envío, por Bruselas, de la primera transferencia de los fondos europeos destinados a la recuperación económica tras la grave crisis provocada por la epidemia de la COVID. Fondos europeos que vendrán a través de planes de Next Generation-EU, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y un plan de eficacia en la Gobernanza. Miles de millones de euros que, como en ocasiones anteriores, dependerá de la oportunidad y eficacia en la gestión por parte de autoridades nacionales, regionales y locales para que surtan el efecto requerido.
Pero, la experiencia por estas latitudes lo pinta muy mal. Hemos tenido claros ejemplos de despilfarro de los fondos europeos y de gestión de obras públicas sin que ningún responsable de su planificación, ejecución y puesta en marcha haya siquiera reconocido su error y, por supuesto, haya tenido a bien poner el cargo a disposición del superior jerárquico.