Palabras Clave es el espacio de opinión, análisis y reflexión de eldiario.es Castilla-La Mancha, un punto de encuentro y participación colectiva.
Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de sus autores.
España es jamón ibérico, gachas, cocido aterrao, butifarra, grelos y gazpacho.
España es Nadal, Ramón y Cajal, Picasso, Cavadas, Cervantes y Caballé.
España es Alcázar, jota, Tomatina, Feria, castellers y tablao.
España es grande, rica, diversa, solidaria, luchadora y valiente. También imperfecta. Hemos cambiado mucho en las últimas décadas, pero si en algo estamos de acuerdo la mayoría de los españoles es en que queremos un país donde la igualdad, la solidaridad y la justicia sean los pilares de nuestra convivencia. Dentro de poco será el 40 aniversario del documento donde los españoles pusimos esto negro sobre blanco, pero, con el paso de los años, nos hemos dado cuenta de que nuestro sistema no siempre responde a lo que queremos y necesitamos. Tiene defectos que debemos corregir, y aunque son muchas las reformas que deben hacerse, no hay que dejarse amedrentar por la tarea. Remanguémonos y empecemos, por ejemplo, por hacer diez.
Con la primera entramos de lleno en el día a día de todos nosotros. Basta de ser “desplazados” cuando necesitamos asistencia médica dentro de nuestro propio país. Que vayas donde vayas puedas ser atendido; que quien te atienda pueda acceder a tu historial; que puedas recibir los mismos tratamientos; que puedas usar una misma receta electrónica. Una tarjeta sanitaria única para todos.
La segunda podría ser hacer que nuestro sistema electoral fuera más justo; un pequeño cambio que supondría muchísimo sería poner un umbral mínimo de voto a toda candidatura nacional al Congreso de los Diputados. Un 3% y los del trespercent ya no podrían tener secuestrados 47 millones de españoles.
La tercera, aplicando la justicia de las matemáticas, revisar el cálculo del cupo vasco para que la igualdad y la solidaridad entre españoles no sean sólo dos bonitas palabras.
La cuarta va de justicia. Los que nos protegen a nosotros y nuestra democracia lo merecen;equiparación salarial de los Cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado.
La que sigue dirán ustedes que no es urgente, pero es necesaria para demostrar que las cosas han cambiado. El mundo ha cambiado. En una España moderna dentro de una Unión Europea fuerte no caben los nacionalismos. Menos aún las disposiciones transitorias que dejan en un estado de incertidumbre constante a uno de sus territorios. La quinta consistiría en eliminar la disposición transitoria cuarta de la Constitución que prevé la anexión de Navarra al País Vasco.
Estoy convencida de que a cualquiera que hoy se pregunte por la calle para qué sirve el Senado tendrá serios problemas para contestar.Esta cámara de representación, pensada en un principio como foro donde resolver temas de ámbito territorial, es hoy en día más que nada una cámara de dilación. Reformémosla. Hagamos de ella una verdadera cámara de representación territorial...o echemos el cierre.
Jorge Manrique advertía del poder igualatorio de la muerte..Claro que en el siglo XV no existía la fiscalidad de las comunidades autónomas. La séptima tarea sería eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones en toda España.
La octava es tan grande como imprescindible. La igualdad de oportunidades nace de la igualdad en Educación; gratuidad de los libros de texto, una Alta Inspección educativa que garantice la calidad y la igualdad de condiciones en todas las escuelas de España y una misma Selectividad para todos.
La lengua es una herramienta, no un arma. El español es nuestra lengua común y no debe ser una barrera a la hora de relacionarse o trabajar en ninguna administración autonómica de nuestro país. Garantizar el derecho a la igualdad de trato y la no discriminación por razón de lengua en toda España es la novena.
Y dejamos lo mejor para el final. Hace ya unos años que los españoles sitúan a los políticos como una preocupación cuando, por definición, somos los que debemos aportar las soluciones. Quizá ayudaría a revertir esta mala imagen la eliminación de los privilegios que a día de hoy tiene la clase política. Para acercar representantes a sus representados qué mejor que igualarles ante la Justicia; eliminar los aforamientos de los cerca de 2.000 políticos que a día de hoy están bajo ese paraguas cierra este primer decálogo de ideas para mejorar aún más nuestra España valiente, luchadora, solidaria, diversa y única.
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