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Se celebrarán en Toledo unas jornadas sobre rehabilitación y tratamiento de fachadas en inmuebles de interés patrimonial, ponencias que prometen ser de lo más interesante.
Pero en Toledo, además de las fachadas exteriores, las que ven los turistas, existen las fachadas interiores, que se ven en las vistas aéreas, que tienen tanto o más interés que las anteriores, como nos demuestran los adarves privatizados de la calle Santo Tomé, o las que nos muestran, a modo de anfiteatro, escalonadamente, las vistas aéreas. Pero luego están aquellas otras que se han construido en los últimos años y que han roto el marco histórico de la ciudad con las altas medianeras, han estropeado por completo las espléndidas vistas urbanas desde el Valle o han tapado vistas históricas como la que nos ocupa.
Fíjense atentamente. Era una de las estampas urbanas más reproducidos por los pintores autóctonos y visitantes, una de las más fotografiadas por lo que mostraba de tipismo con el gran portalón que sirvió de entrada a una carpintería, una herrería o un taller artístico. Pero su propia humildad y proporción fue su perdición, abandonándose y dejándose arruinar poco a poco hasta que, hace unos días la caída de unas tejas forzó el vallado perimetral de la fachada para evitar accidentes mayores.
Pero la vista tenía un fondo singular, como nos muestra la fotografía del Fondo Alguacil depositada en el Archivo Municipal: la torre de la catedral de Toledo y las proporciones que los tejados guardaban unos con otros. Poco a poco volumen edificatorio ha ido restando metros cúbicos al espacio aéreo y con ello nos ha ido quitando el oxígeno artístico que transpira el singular caserío toledano.
Primero fue un bloque de pisos de protección oficial de época franquista -habiendo hecho desaparecer los símbolos de Falange que testimoniaban esa intervención en nuestra ciudad-, que con sus tres alturas homogéneas rompía completamente el viario de la calle Santa Isabel. No fue menos otro bloque construido ya en época democrática, que con tres alturas más aboardillados (otro elemento especulativo ajeno a la tradición toledana) tapó definitivamente la vista de la torre de la catedral desde la plaza de Santa Isabel.
Más adelante, otra avispada especuladora, del ramo de la hostelería, vio el resquicio del POUM -utilizado en otros inmuebles de la ciudad-, de construir un tanto por ciento más al declararse el inmueble de uso hostelero, aunque posteriormente se recalificara como residencial, restando espacio al patio y ahogando a un árbol que servía de contrapunto verde y fondo al sencillo inmueble del taller. Y aún más, algún vecino techó terraza logrando unos metros construidos más a su ático. Solamente el inmueble construido a la izquierda [por un maestro de obra premiado por la Real Fundación], no sólo respetó las alturas pre existentes sino que también decoró, como es tradición, la fachada medianera como si fuera exterior.
¿Dónde ha estado en todo este tiempo la necesaria labor supervisora del municipio? ¿Dónde el buen gusto de promotores y técnicos?
Creemos que la normativa y ordenanzas deben ser más estrictas en la edificación en los conjuntos urbanos declarados de interés cultural. Las licencias de obras deben detallar todo y cuanto se va a ejecutar y, por supuesto, la labor supervisora ha de ser estricta en el cumplimiento de la ley.
Al mismo tiempo se han de desarrollar políticas más severas que obliguen a la rehabilitación y el uso de los inmuebles, siendo anecdótico –y no muy habitual- el caso que nos ocupa. No más al norte, y dentro del entorno protegido de la catedral de Toledo, se acaba de reforzar otra medianera que afecta a la vista que, desde el Valle, se tiene de la fachada Sur del monumento más preclaro de la ciudad. Se trata del edificio de la Audiencia Provincial -antigua casa del deán-, con todos los parabienes de la Comisión de Monumentos que ha de velar precisamente por proteger a dicho Bien de Interés Cultural (ya el edificio de la Diputación Provincial destrozó la vista histórica de la Puerta de los Leones). Y de las antenas, cableado, aparatos de aire acondicionado etc, ya hablaremos otro día.
Se celebrarán en Toledo unas jornadas sobre rehabilitación y tratamiento de fachadas en inmuebles de interés patrimonial, ponencias que prometen ser de lo más interesante.
Pero en Toledo, además de las fachadas exteriores, las que ven los turistas, existen las fachadas interiores, que se ven en las vistas aéreas, que tienen tanto o más interés que las anteriores, como nos demuestran los adarves privatizados de la calle Santo Tomé, o las que nos muestran, a modo de anfiteatro, escalonadamente, las vistas aéreas. Pero luego están aquellas otras que se han construido en los últimos años y que han roto el marco histórico de la ciudad con las altas medianeras, han estropeado por completo las espléndidas vistas urbanas desde el Valle o han tapado vistas históricas como la que nos ocupa.