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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El gobierno regional hace retroceder a la región 40 años en medio ambiente

El último trasvase que nos regalaban a Castilla-La Mancha desde le gobierno de la nación se producía estos días atrás. Supongo que el nuevo ejecutivo se “levantará” en armas una vez más —aunque dentro de unas semanas porque ahora, salvo Nacho Hernando, los demás están de vacaciones— poniendo un nuevo recurso al acto administrativo del Ministerio.

En junio anunciaron el último de un total de 34 recursos. De lo que no nos han informado es de los resultados. En todo caso, importa poco, los recursos se ponen porque en la autorización de los trasvases se produce un incumplimiento del principio de prioridad de la cuenca cedente al no tener en cuenta los requerimientos medioambientales del río Tajo ni garantizar adecuadamente todos sus usos, sin embargo, los fallos están en la normativa en sí, pensada para que eso sea lo de menos.

El gobierno de García-Page solo ha hecho lo que el de Pedro Sánchez con su “transición ecológica”: “postureo”. Pero Page, un poco más burdo, lo camufla peor y en lugar de transición ecológica lo llama Desarrollo Sostenible y lo mete en un cajón. Sabe menos que su jefe. Los recursos contra los trasvases hasta ahora le han servido al señor Hernando y a la anterior consejera de Fomento, Agustina García Elez, para lanzar los últimos lances de su campaña electoral, pero un Gobierno regional como el de Castilla-La Mancha tiene mucho trabajo y muchas posibilidades de trabajo para revertir el trasvase basándose en políticas ambientales y de futuro, pero eso sólo si se tiene voluntad, claro, lo que, de momento, no parece. Veamos:

1/ La ordenación de los usos y consumos del agua: desde la publicación de la Directiva Marco del Agua, allá por el 2002, la gestión del agua debe ser considerada una “Política Ambiental”. ¿Y qué significa esto?, pues significa que siendo el agua un recurso básico para la vida y los ecosistemas, hay que considerar los ríos en su conjunto y tratarlos de una forma integral para conseguir dos cosas: conservar su estado medio ambiental adecuado y mejorarlo en aquellas “masas de agua” que por su modificación antropológica lo han perdido.

Esto garantiza que el río pueda cumplir sus funciones ambientales de abastecimiento y regulación. De ahí las últimas sentencias del Tribunal Supremo con respecto a los caudales ambientales en el Plan Hidrológico del Tajo. Incumplimos la DMA. Esto, que no se lo ha tomado en serio ningún gobierno nacional (ni regional) ni en ninguna Confederación Hidrográfica en España, es esencial para poder hacer frente al cambio climático y a los retos ambientales del futuro y supone, entre otras cosas, supeditar la política agraria (que usa hasta el 80 % del agua de nuestros ríos y consume hasta un 94 % de la misma), a la política hidrológica y no al revés.

Que la nueva Consejería de Agricultura sea la “propietaria” de la competencia sobre el agua da una idea de por dónde el Gobierno de Castilla-La Mancha NO va a trabajar, por muchos recursos que luego ponga. ¿Qué tipo de interlocutor vamos a tener con el Gobierno nacional para cuestionar las reglas del trasvase por su prioridad de uso? Por cierto, algo que no hizo ni Cospedal aun supeditando el desarrollo sostenible, el cambio climático y el medio ambiente a la Agricultura.

2/ La ordenación del territorio y el desarrollo sostenible: grandes damnificados desde hace ya demasiados años, que tampoco van a ser protagonistas los próximos 4: Las políticas ambientales en agua que marca la Directiva Marco del Agua son un ejemplo de la tendencia Europea que nos invitan a emplear la ordenación del territorio como un elemento para evitar las vulnerabilidades (véase el ejemplo de Cebolla) y para favorecer fórmulas de desarrollo sostenible que tengan en cuenta los límites ecológicos que ya está claramente demostrado que existen y están sobradamente rebasados, como nos demuestra día a día el clima.

Necesitamos una apuesta clara hacia un cambio de paradigma en nuestro modelo territorial que no se puede abordar desde una lejana desconexión con las políticas y sectores económicos, que pretende maquillarlas, sino que debe transformar las mismas para que nuestra región no hipoteque el futuro de las próximas generaciones.

Por eso, una Consejería de Desarrollo Sostenible, hoy, es solo chapa y pintura. Y por eso, que en la actualidad el portal de transparencia, a la hora de informar sobre la Ordenación Territorial regional solo muestre dos proyectos de singular interés (de interés privado, por cierto), dice mucho de la visión anclada al pasado que Page le ha puesto a sus próximos 4 años. Otra oportunidad perdida, no sé si nos quedan demasiadas. Prepárense para los baches del Delorean. Volvemos a 1985.

El último trasvase que nos regalaban a Castilla-La Mancha desde le gobierno de la nación se producía estos días atrás. Supongo que el nuevo ejecutivo se “levantará” en armas una vez más —aunque dentro de unas semanas porque ahora, salvo Nacho Hernando, los demás están de vacaciones— poniendo un nuevo recurso al acto administrativo del Ministerio.

En junio anunciaron el último de un total de 34 recursos. De lo que no nos han informado es de los resultados. En todo caso, importa poco, los recursos se ponen porque en la autorización de los trasvases se produce un incumplimiento del principio de prioridad de la cuenca cedente al no tener en cuenta los requerimientos medioambientales del río Tajo ni garantizar adecuadamente todos sus usos, sin embargo, los fallos están en la normativa en sí, pensada para que eso sea lo de menos.