Lluvia de millones para el Patrimonio Cultural

El 22 de noviembre el ayuntamiento capitalino anunciaba que la alcaldesa, reunida en el Palacio de Fuensalida junto al presidente regional, Emiliano García-Page, y el ministro de Cultura, Miquel Iceta, habían realizado una revisión de lo que el Gobierno de España podía hacer en nuestra región. Entre otras cosas, y como afectaba a la ciudad de Toledo, se hicieron eco de la dotación de 45 millones de euros -fondos Next Generation de la Unión Europea-, a través del Plan Impulsa Patrimonio, en este caso dirigido a las 15 Ciudades Patrimonio de la Humanidad- donde se incluyen Cuenca y Toledo-, de tres millones que aritméticamente tocaban a cada una, destinados a “financiar proyectos sostenibles de rehabilitación y mantenimiento de patrimonio histórico y cultural de uso turístico”, contando para ello también con el “fomento de la Marca España”, inversión ya anunciada por la ministra Reyes Maroto en un acto celebrado poco antes en Baeza (Jaén). 

La justificación, como todo este tipo de inversión millonaria que se distribuye con liberalidad, era por ser “proyectos que revitalizarán espacios fundamentales en la vida de los vecinos y vecinas, y también para los turistas, dinamizando la economía y generando empleo”. Reyes Maroto indicaba que el abanico de inversión era amplio, contemplándose la rehabilitación de inmuebles BIC, renovación de pavimentos y adecuación para movilidad reducida, sustitución de sistemas de iluminación y adecuación del patrimonio para su uso turístico“. 

Como saben los lectores, las características de las ciudades Patrimonio de la Humanidad de España son diversas atendiendo a la superficie declarada, Bienes de Interés Cultural (BIC) y Patrimonial que contienen y otras variables de acceso, poblacionales o de gestión del patrimonio.

A Toledo –el mayor Casco Histórico en superficie y el que más BIC posee- se le asimila con Alcalá de Henares, Ávila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, La Laguna, Mérida, Salamanca, Santiago, Segovia, Tarragona o Úbeda y Baeza. El interés de las alcaldías de cada una de ellas alcanza, desde la rehabilitación de la plaza del Mercado de Baeza, al del Hospital de Santiago de Úbeda o el Alcázar y jardines de los Reyes, el templo romano de Claudio Marcelo y la Iglesia del convento de Santa Clara en Córdoba.

El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha anunciado que destinará los tres millones de euros a la “restauración integral y puesta en valor de la Muralla, así como la adecuación lumínica, desde el Arco de Bezudo, incluyendo el foso, hasta Puerta de Valencia, abordando todos los paños que la integran de manera intermitente”.

En Toledo, y como ha explicado Milagros Tolón, esta cuantía se destinará a la regeneración de miradores y jardines históricos de La Vega y los paseos de Sisebuto y Recaredo, y lo ha escogido “con el objetivo de potenciar los espacios verdes y parques de la ciudad, creando una ciudad más sostenible, eficiente y respetuosa con el medio ambiente, en definitiva, una ciudad del siglo XXI”. Añadiendo: “Hemos presentado un proyecto de rehabilitación de espacios para el disfrute de los toledanos y de las toledanas, y también del turismo, una especie de triángulo para embellecer y rehabilitar estas zonas verdes tan importantes”, ha dicho.

En ambos casos se han justificado los proyectos presentados atendiendo al ahorro energético con iluminaciones basadas en nuevas tecnologías (Cuenca) o a la valoración medioambiental (Toledo). En definitiva, logran ambos ayuntamientos tapar cualquier roto o descosido que los presupuestos municipales no pudieran abordar por el alcance de la cuantía de inversión requerida.

Esperamos que el ayuntamiento toledano, con el ahorro que supone esta inyección inversora, tenga fondos para rehabilitar los inmuebles propios de la Alhóndiga, la casa de las Cadenas (Antiguo Museo de Arte Contemporáneo), ya que fía al convenio Vega Baja la gestión del Parque Escolar y Circo Romano, o a las labores de las Escuelas Taller el mantenimiento de las murallas, puentes y puertas de la ciudad.

Y en la ejecución del proyecto, rehabilitada ya la 'Casa de Corcho' y ubicada la fuente renacentista, incluya en su elaboración y ejecución no sólo a arquitectos, sino también a gestores del patrimonio cultural y a paisajistas y jardineros, previendo asimismo, la creación de un equipo especializado en jardinería histórica para el mantenimiento de los plantíos. Además del plan de actuación, se requerirá una memoria de seguimiento –con medios económicos, humanos y técnicos- que incluya el mantenimiento de la masa verde y del uso y gestión de los espacios.

Por último, algo que es consustancial a los jardines: los suelos terrizos. Utilícense cuando sea imprescindible un pavimento transpirable, no abusando de los elementos decorativos y construcciones que, a mayor gloria de los arquitectos, estorban el disfrute del paisaje de los jardines, su uso y apercibimiento de olores, sonidos y colores que la naturaleza domesticada nos pueda ofrecer.