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Escribía la noche del 24 de mayo, tras los resultados de las elecciones en Castilla-La Mancha, que no era momento de celebraciones, que estas vendrían más adelante. Pues bién, parece que ese momento ha llegado. Ha llegado el momento de celebrar la bocanada de oxigeno que se ha vivido en todos los rincones del antiguo Convento de Gilitos, sede actual del Parlamento de Castilla-La Mancha, durante el desarrollo del debate de investidura del nuevo presidente regional. Ese nuevo ambiente, esa frescura de ideas, esas sonrisas de alivio se han extendido fuera incluso del salón de plenos. Lo que hasta hace unos días parecía “territorio comanche” para todos los que allí iban y no “compartían” las políticas y las formas de hacer del extinto Ejecutivo se ha transformado en un espacio de esperanza e ilusión. Si incluso acudir a su cafeteria ya no es un acción de “riesgo”.
Parece que el alma, el corazón y los sentimientos regresarán a las políticas que se van a desarrollar con las personas en situación de dependencia. Las promesas lanzadas durante la campaña electoral se han visto refrendadas en el discurso del ya presidente de nuestra Comunidad. Por supuesto que no podía ser de otra manera pero después de todo lo acontecido en estos cuatro últimos años donde la mentira, la manipulación y el ensañamiento con las personas dependientes ha sido el hilo conductor de la forma de actuar de la señora Cospedal resulta, al menos esperanzador, comprobar que el nuevo presidente empeña su credibilidad con este colectivo en sede parlamentaria.
Las personas en situación de dependencia han sufrido ataques y agravios de tal magnitud que es lógico que en estos momentos estén celebrando el paso al “baúl de los malos recuerdos” de la ex-presidenta en diferido y que siempre actuó con este colectivo en forma de simulación. Si hasta el último minuto de su “reinado” ha apretado el cuello y ha dado una vuelta de tuerca mas a la situación de este colectivo.
Los últimos datos oficiales del Imserso son estremecedores. Retrotraen a niveles del 2010 las personas atendidas, ha empujado al precipicio del olvido y la desatención en este último mes a miles de dependientes, todo ello al saberse perdedora de unas elecciones que han supuesto para la reina del cigarral donado su tumba política. Ni siquiera ha tenido la decencia de marcharse con dignidad. No esperábamos que pidiera perdón a los familiares de los más de 5.000 dependientes fallecidos, a las más de 40.000 personas que gracias a ella han dejado de tener cualquier derecho a ser atendidos, no esperábamos que en sus últimos coletazos como presidenta tuviera un ataque de dignidad y hubiera mostrado las condolencias a la madre de Jomian. No, no esperábamos eso. La experiencia, desgraciadamente, nos ha enseñado que en su corazón no había hueco para la autocrítica y el reconocimiento de pecados pero nos hubiéramos “conformado”, al menos, con que no hubiera mentido, sí, mentido, en sede parlamentaria y en la hora de su adiós con sus “conquistas” en dependencia. Quizàs si entendiéramos que esas “conquistas” ella las interpreta como “cruzada” contra las personas improductivas pudiera ser “entendibles” las manifestaciones imperdonables y mentirosas que hoy ha realizado en el corazón de la soberanía ciudadana como es el Parlamento Regional.
Son tiempos nuevos para los dependientes, son tiempos en los que su voz se oirá y nada se hará a sus espaldas. No habrá, o al menos así lo espero, trincheras en forma de organizaciones cómplices en las que parapetarse para legislar sin oír a este colectivo. La Plataforma en defensa de la Ley de Dependencia en Castilla-La Mancha, a la que tengo el honor de representar, espera que algunos de los oscuros personajes que se han prestado a lavar la cara al Ejecutivo saliente y que han vendido a sus propios representados a cambio de suculentas subvenciones, ni una palabra para defender a los dependientes fallecidos y a sus familiares, sean puestos en su sitio. A pesar de sus virtudes camaleónicas y sus habilidades para cambiar de chaqueta, hoy se ha podido comprobar viendo las felicitaciones y parabienes para el señor García Page, estoy seguro que no se olvidará todo el dolor y el sufrimiento del que ha sido cómplice y colaborador necesario.
Son tiempos nuevos y por tanto debe haber nuevas formas y maneras de abordar la situación dramática en la que se encuentran los dependientes. Espero y deseo que el camino que hoy comienza lo marquen los propios protagonistas a los que deben ir dirigidas todas las actuaciones en dependencia. Si es así lo aplaudiremos y nos tendrán a su lado. En caso contrario, que nadie lo dude, lo demandaremos.
Escribía la noche del 24 de mayo, tras los resultados de las elecciones en Castilla-La Mancha, que no era momento de celebraciones, que estas vendrían más adelante. Pues bién, parece que ese momento ha llegado. Ha llegado el momento de celebrar la bocanada de oxigeno que se ha vivido en todos los rincones del antiguo Convento de Gilitos, sede actual del Parlamento de Castilla-La Mancha, durante el desarrollo del debate de investidura del nuevo presidente regional. Ese nuevo ambiente, esa frescura de ideas, esas sonrisas de alivio se han extendido fuera incluso del salón de plenos. Lo que hasta hace unos días parecía “territorio comanche” para todos los que allí iban y no “compartían” las políticas y las formas de hacer del extinto Ejecutivo se ha transformado en un espacio de esperanza e ilusión. Si incluso acudir a su cafeteria ya no es un acción de “riesgo”.
Parece que el alma, el corazón y los sentimientos regresarán a las políticas que se van a desarrollar con las personas en situación de dependencia. Las promesas lanzadas durante la campaña electoral se han visto refrendadas en el discurso del ya presidente de nuestra Comunidad. Por supuesto que no podía ser de otra manera pero después de todo lo acontecido en estos cuatro últimos años donde la mentira, la manipulación y el ensañamiento con las personas dependientes ha sido el hilo conductor de la forma de actuar de la señora Cospedal resulta, al menos esperanzador, comprobar que el nuevo presidente empeña su credibilidad con este colectivo en sede parlamentaria.