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V Centenario de la Guerra de las Comunidades, la historia olvidada en Castilla

Pedro Manuel Soriano, presidente del Partido Castellano

20 de abril de 2021 10:40 h

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Se cumple entre los años 2020 y 2022, el V Centenario de la Guerra de las Comunidades, lo que ha sido definido por los historiadores como la primera revolución moderna de la historia, adelantada a las revoluciones inglesa, francesa o americana en varias decenas de años. Todos sabemos lo que ocurrió en Francia en 1879, pero casi nadie sabe lo que ocurrió en Toledo en 1521. Como acertadamente se dice, si la revolución comunera hubiera ocurrido en Estados Unidos o en Inglaterra, tendríamos decenas de películas sobre Juan de Padilla, María Pacheco, Juan Bravo o Juan de Zapata. A muchos, ni siquiera les dicen nada estos nombres.

Precisamente en estos días, se celebran los 500 años de la batalla de Villalar el 23 de abril de 1521, donde las tropas imperiales arrollaron al ejército comunero capitaneado por el toledano Juan de Padilla, que al día siguiente fue ejecutado junto a los capitanes Juan Bravo y Francisco Maldonado, y que propició el fin del sueño comunero y la implantación del absolutismo imperial Habsburgo, ya sin oposición alguna en el interior de Castilla (haremos un pequeño spoiler: Toledo siguió resistiendo de la mano de María Pacheco, viuda de Padilla, hasta el 3 de febrero de 1522, pero esta parte de la historia es incluso más desconocida entre los castellanos).

Llama la atención que un acontecimiento de esta magnitud histórica esté pasando absolutamente desapercibido hasta el punto de estar siendo ocultado por las administraciones públicas, especialmente por aquellas situadas fuera de la Comunidad autónoma de Castilla y León. Ni la ciudad de Toledo (cuna y epígono de la revolución comunera), ni la Comunidad autónoma de Castilla- la Mancha, ni la Comunidad de Madrid, ni las capitales de provincia que participaron en la revuelta comunera apoyando y enviando representantes a la Santa Junta, ... nadie fuera de pequeñas instituciones locales, asociaciones o entidades privadas está realizando el menor esfuerzo por conmemorar, publicitar y explicar como se merece este aniversario. Pese a que las Cortes de Castilla y León, las de Castilla-La Mancha y la Asamblea de Madrid firmaron un protocolo conjunto para la celebración de este centenario, ni un solo acto se ha organizado, más allá de un acto online con los presidentes de las cámaras autonómicas “dándose palmaditas en la espalda, felices de haberse conocido” o el insulso acto que esta misma semana hemos visto en las Cortes de Castilla-La Mancha en la que, esta vez sí, las palmaditas en la espalda se las han podido dar en persona y seguro que acompañadas de un merecidísimo ágape posterior. Esto ha sido todo.

¿Dónde está la Junta de COMUNIDADES de Castilla-La Mancha en esta celebración? ¿Dónde está el ayuntamiento de Toledo, principio y fin de la revolución comunera, en este centenario? ¿Dónde están las actividades en torno a Padilla, a Pacheco, a los comuneros anónimos aplastados bajo la bota imperial de Carlos I que sólo buscaba el dinero de Castilla para sus intereses personales, que defendieron los ideales de libertad, de participación política, de transformación, que hoy imperan en los países democráticos?

Desde el PARTIDO CASTELLANO-TIERRA COMUNERA, reclamamos a la ciudadanía y al tejido social de Castilla una acción decidida y reivindicativa para impulsar durante los años 2021 y 2022, todo de tipo de iniciativas orientadas a recuperar y reivindicar la gesta de los Comuneros de Castilla, no solo como episodio histórico de primera magnitud, sino como elemento clave de la construcción democrática y participativa de nuestra sociedad, como reivindicación permanente de una Castilla unida en una España federal, como garante de las libertades individuales y colectivas, como un proceso de transformación y modernización de la economía y la producción.

Los castellanistas hacemos un llamamiento al pueblo castellano para que, en todas las localidades, asociaciones, escuelas, etc... se reivindique este V Centenario de Los Comuneros, de manera castellanista, social, popular joven y feminista. Un llamamiento para que los gobernantes que deberían incentivar y promover las celebraciones de este centenario sientan vergüenza de su inacción y de su vileza ocultos tras sus cargos y privilegios.

Los castellanistas del Siglo XXI somos conscientes de la enorme fuerza moral y ética de Los Comuneros y de la extraordinaria capacidad de movilización popular y de transformación social que el mensaje de la Revolución Comunera encierra, no como una mera reliquia con 500 años de antigüedad, sino como bandera que guíe a las castellanas y castellanos hacia la profunda transformación que este pueblo y esta tierra necesitan para construir su propio futuro, con alternativas reales para nuestros jóvenes, con medidas efectivas contra la despoblación, con una economía que desarrolle plenamente nuestros potenciales, con una transformación verde de nuestro territorio y nuestra sociedad.

Se cumple entre los años 2020 y 2022, el V Centenario de la Guerra de las Comunidades, lo que ha sido definido por los historiadores como la primera revolución moderna de la historia, adelantada a las revoluciones inglesa, francesa o americana en varias decenas de años. Todos sabemos lo que ocurrió en Francia en 1879, pero casi nadie sabe lo que ocurrió en Toledo en 1521. Como acertadamente se dice, si la revolución comunera hubiera ocurrido en Estados Unidos o en Inglaterra, tendríamos decenas de películas sobre Juan de Padilla, María Pacheco, Juan Bravo o Juan de Zapata. A muchos, ni siquiera les dicen nada estos nombres.

Precisamente en estos días, se celebran los 500 años de la batalla de Villalar el 23 de abril de 1521, donde las tropas imperiales arrollaron al ejército comunero capitaneado por el toledano Juan de Padilla, que al día siguiente fue ejecutado junto a los capitanes Juan Bravo y Francisco Maldonado, y que propició el fin del sueño comunero y la implantación del absolutismo imperial Habsburgo, ya sin oposición alguna en el interior de Castilla (haremos un pequeño spoiler: Toledo siguió resistiendo de la mano de María Pacheco, viuda de Padilla, hasta el 3 de febrero de 1522, pero esta parte de la historia es incluso más desconocida entre los castellanos).