La cruzada de Emiliano García-Page contra la posible amnistía de los miembros del 'procés' y la negociación entre el PSOE y los partidos independentistas catalanes no cesa. Hoy se ha alineado (en parte) con el PP y ha arremetido contra la elección de un mediador para el diálogo entre los socialistas y Junts. Según ha dicho el presidente de Castilla-La Mancha, se trata de una “parodia”. “Por supuesto que los partidos tienen libertad de reunión”, ha añadido, pero después ha subrayado, con “todo el respeto” al salvadoreño Francisco Galindo, elegido como mediador, que “no nos vincula ni nos sentimos dependientes de lo que un embajador del extranjero pueda opinar, decir, sugerir o proponer”.
Page ha hecho estas declaraciones en acto institucional que las Cortes regionales han acogido para celebrar los 45 años de la Constitución Española. Como es habitual en él, ha comenzado haciendo una férrea defensa la Carta Magna, y arremetiendo contra Vox por no acudir al evento. “Ya tuve que ver cómo algunos querían solucionar los problemas de la política promoviendo la antipolítica (en referencia a Podemos cuando tuvo representación en Castilla-La Mancha) y hoy también lo tengo que ver con otros que que cobran de estas Cortes y creen que se puede defender las instituciones no estando en ellas, salvo para cobrar”.
Dicho esto, ha remarcado que la Constitución es “enormemente fuerte” pero de un manterial que le permite “doblarse pero no romperse, ser flexible pero no ingenua”. Por eso, considera que cabe un debate sobre su reforma pero no sobre cómo hacerla, ya que solo puede llevarse a cabo “con el procedimiento que recoge el propio texto”.
Tras criticar a aquellos que han intentando cuestionarla, sobre todo a partir de 2007, con la crisis económico-financiera y el surgimiento del “populismo reaccionario, social y territorial”, ha dicho que actualmente es la primera vez que ve a “suficiente gente preocupada” en España por conceptos que antes no eran discutibles como “la unidad, la cohesión y la propia viabilidad de la Constitución”.
“Demasiadas bombas lapa como para garantizar que la Constitución vaya a ser nuestra hoja de ruta en el futuro”
“Hoy hay gente que piensa que hay demasiadas bombas lapa, bombas de racimo como para garantizar que la Constitución vaya a ser nuestra hoja de ruta en el futuro”. “Yo creo que va a ser así, pero hay preocupaciones añadidas, porque se detectan adversarios, no fuera, sino dentro de ella”, ha señalado.
Emiliano García-Page ha denunciado que “todavía queda hoy un tipo de populismo” centrado en ofrecer “soluciones imposibles” a problemas que realmente “tienen como culpables a los que se erigen como defensores”. “No dejan de ser una suerte de pirómanos políticos que incendian y luego prometen apagar los incendios, cuando nosotros lo que defendemos es que no haya incendios. No puede ser que tenga premio crear un clima de nula convivencia, generar crispación, y que para sofocar esa crispación precisamente se contrate a los crispadores. No tendría mucho sentido”, ha enfatizado.
Ha insistido, como en intervenciones públicas anteriores, en que existe una “ofensiva del independentismo a nuestra Constitución”, que “encima es la que les permite tener voz pública y escaño”, y por ello ha apelado a exhibir la defensa de este texto “aunque seamos partidarios de que democráticamente definamos cómo cambiarla”.
Asimismo, el presidente de Castilla-La Mancha ha fabulado bajo la hipotesis de que si actualmente hubiera que redactar una Constitución en España, se avalaría igualmente la unidad de España. Ha arremetido así contra el concepto de plurinacionalidad: “Una cosa es reclamar singularidades identitarias e incluso exhibir pluralidad y otra cosa es hacer de la pluridad una suerte de privilegio, literamente tener más. Puedo entender el ansia de personas que reclamen esa identidad, pero en España, cuando alquien reclama ser una nación, lo hace, no para ampliar la nación española, sino para diluirla, cuando no para destrozarla”.
Que cada uno parodie la vida política como quiera, pero yo no me siento vinculado ni representado
En esa nueva Constitución hipotética, Page ha dicho que sí habría que cambiar el hecho de que se ampare que “el uno y medio por ciento de los votantes se imponga al 98 por ciento”. Porque, según ha resaltado, la realidad es que “ningún país puede permitir que unos poquitos terminen decidiendo por la inmensa mayoría”. En este punto es cuando ha vinculado este “problema de incertidumbre” al hecho de que “incluso en España se puedan divisar parodias que yo no terminaré de enteder nunca, como la de contar con intermediarios internacionales”.
“Por supuesto que los partidos tienen libertad de reunión pero, con todo el respeto al diplomático Galindo, esta región, este presidente, esta institución (en referencia a las Cortes regionales) y creo que todas las administraciones del Estado de manera inequívoca tienen que dejar claro que no nos vincula, no nos sentimos representados ni dependientes de lo que un embajador del extranjero, por muy respetable que sea, pueda opinar, decir, sugerir o proponer”, ha avisado.
Ha abundado en la cuestión rechazando que “cualquiera pueda marcar nuestro marco de convivencia”. “Que cada uno parodie la vida política como quiera, pero yo no me siento vinculado ni representado, ni entiendo que algunos aspectos que vinculan los derechos de los ciudadanos de mi tierra se puedan ver sometidos a nadie que no sea la propia Constitución y las instituciones que de ella emanan”.
Finalmente, el presidente de Castilla-La Mancha ha concluido afirmando que el “relato en el que se basa esa parodia es un relato falso” y “no puede haber una solución a un problema, como a ninguna enfermedad, si no hay una verdad por delante y un diagnóstico cierto”.