“A nivel de tecnología, sobre todo en 2020, la universidad ha demostrado un nivel de madurez muy alto. No se entiende de otro modo que haya habido cierta continuidad a la actividad docente”. Así lo asegura Andrés Prado que ha sido el encargado de coordinar el Plan Director TIC 2020 de la CRUE, la asociación que agrupa a 76 universidades públicas y privadas de todo el país.
Esa madurez la extiende, en particular, al ámbito de la Universidad de Castilla-La Mancha de la que es director de la Sección TIC. “Ha sido la que más razonablemente se ha adaptado a la situación” y eso, asegura, “se puso de manifiesto hace un año. De golpe”.
Fue necesario un salto en lo que tiene que ver con los proyectos de movilidad en el seno de la universidad, en la adopción del cloud o servicios en la nube y en la proliferación de entornos colaborativos. “Pudimos articular la continuidad basada en tecnología. No fue un trabajo de un fin de semana sino de años. Eso nos permitió poner rápidamente en marcha un modelo que permitiera seguir con la actividad docente e investigadora”.
“La estrategia universitaria debe ser digital y los servicios TIC deben tener más influencia”
El Plan Director TIC se planteó en 2018. “Es un plan muy ambicioso que supera ya el 60% en ejecución. Es un dato muy positivo en el actual contexto”, asegura Prado.
De las 73 acciones planteadas se han empezado a trabajar un 95%. Elaborado por el grupo sectorial que asesora a la CRUE en Tecnología, Prado asegura que, a pesar de la pandemia “quisimos ser muy honestos con el plan y no lo hemos cambiado”.
El también profesor reconoce que todavía hay margen de mejora. “No se trata solo de la estrategia universitaria tenga en cuenta a la Tecnología como un elemento facilitador, sino que debe formar parte ya de la propia esencia universitaria. La estrategia debe ser digital”.
Por otro lado, cree que “hay una necesidad” de que el colectivo de profesionales que está detrás de los servicios TIC en la universidad siga el mismo ritmo de cambio que han experimentado las instituciones académicas en relación a la Tecnología. “Falta influencia y capacidad para seguir soportando esa actividad cambiante”, explica.
También faltan cambios en cuanto a la cultura digital en el seno de las universidades españolas, sean públicas o privadas. “Sobre el desarrollo de las competencias digitales de la comunidad puedo decir que hemos acelerado mucho en 2020, lo hemos tenido que hacer entre todos. Buena parte de nuestros esfuerzos se volcaron en la capacitación del profesorado”.
En este sentido, abunda, “se ha dado un salto tanto en cultura como en respeto digital. Se ha perdido el miedo a tener iniciativas en el uso de herramientas digitales en la actividad docente e investigadora”. Y eso, asegura, “se va a seguir potenciando en 2021”.
Después de eso está la propia maquinaria universitaria (enorme y lenta) a la hora de implementar cambios como el mero hecho de implantar una titulación online.
“La solución de la brecha digital no está solo en las instituciones universitarias”
La pandemia también puso sobre la mesa los problemas de la brecha digital entre los estudiantes. “Lo abordamos en abril, en unas circunstancias bastante difíciles para poder dotar de herramientas físicas, portátiles y conectividad para estudiantes que están muy tocados por la brecha digital”.
Andrés Prado lo califica como “un tema fundamental y la solución de la brecha digital no está en parte en manos de las instituciones universitarias. Si hablamos de Castilla-La Mancha hemos de hacerlo de conectividad. Era una oportunidad de impacto en la España Vaciada, pero nos dimos de bruces con la realidad y está ahí”, reconoce.
Precisamente uno de los compromisos del nuevo rector de la UCLM, Julián Garde, que tomará posesión de su cargo de manera oficial el 26 de marzo, es la implementación de un ‘Erasmus rural’ antes de que termine este año. Se necesita conectividad para hacerlo. El propio Garde se dispone a “luchar con medios propios” contra la despoblación. Para eso harán falta fondos y que la transformación digital sea efectiva en las zonas rurales.
“La UCLM en materia de conectividad y redes ha sido siempre pionera por propia necesidad debido a la dispersión de campus, pero no podemos llegar fuera de ellos. Es fundamental que haya un esfuerzo en la región”, dice Prado.
Ciberseguridad y Open Science
Las instituciones públicas no están exentas de ‘agujeros’ en su red digital. Se ha visto recientemente con lo ocurrido en la web del SEPE y el ciberataque del 9 de marzo cuyos efectos son todavía impredecibles.
La ciberseguridad es otro de los aspectos que recoge el Plan Director TIC de la CRUE. “Lo venimos abordando desde hace mucho tiempo en colaboración con Red IRIS que ayuda al sistema. Estamos valorando iniciativas de nueva colaboración que beneficien al conjunto de la universidad”.
En su opinión, “poco a poco cala la concienciación para abordarlo y evitar que se nos vea como entes aislados en este mundo global y conectado. Somos entidades conectadas y colaborativas en docencia y en investigación”, insiste.
La universidad tiende, por otro lado, a adoptar la arquitectura empresarial basada en la Tecnología. “Se trata de ver cómo impactan las decisiones de la cúpula en todos los estamentos” y a apostar por el Open Science (la ciencia abierta). “Investigación y tecnología van a ir de la mano. Ya lo estamos viendo con la COVID-19”.
Eso supone, según Prado, “la implicación de la ciudadanía y para eso hace falta tecnología además de herramientas que permitan gestionar la gran cantidad de datos que maneja la investigación”. De hecho, explica “ya comienza a gestarse una gran nube europea destinada al uso científico. La idea es que nuestros investigadores tengan acceso a esas capacidades de computación, de almacenamiento y que los resultados sean accesibles para toda la comunidad investigadora”.