Azúcar ecológica de caña procedente de Cuba, envasada artesanalmente, y con distribución a través de pequeños comercios o vía online. Es el nuevo proyecto de la ONG SODePAZ en Castilla-La Mancha, coordinada por Braulio Freire, cuyos objetivos se centran en trabajar a favor del comercio justo, el consumo responsable y la soberanía alimentaria.
SODePAZ acaba de abrir una envasadora de productos ecológicos en Olías del Rey (Toledo) cuyo producto ‘estrella’ es el azúcar. “Es una envasadora pequeña y artesana” con capacidad, de momento, para unos 1.000 kilos a la semana, explica Rocío Baquero, miembro de la ONG.
Adquieren el producto a través de un intermediario que compra el producto en un ‘Ingenio Azucarero’: una de las antiguas fábricas que formaba parte de la principal actividad en Cuba durante siglos: tanto el cultivo como la producción de caña de azúcar. “Importamos ese azúcar, que tiene una calidad excelente, en sacos de 25 kilos y en la envasadora lo distribuimos en envases de medio y de un kilo”.
Es un proyecto que sus impulsores califican de “sostenible” en todos los sentidos. Se trata de una actividad productiva ligada a una organización que propugna el trabajo digno, “que la gente cobre lo justo y adecuado, no solo por justicia social sino por lógica”. Por otro lado, se ayuda a la comercialización justa. De hecho, explica, “la envasadora también se ofrece sus servicios fuera de la propia organización a otra gente que quiera envasar a precio razonable y con certificación”.
Envasan otros productos bajo pedido y buscan establecimientos de venta
El azúcar procedente de Cuba ya se vende en la sede de SODePAZ en Madrid (calle La Palma, 69) y a través de la tienda online en la web de la ONG. También se distribuye a través de la cooperativa Espanica. “Muchos de los clientes nos compran al por mayor y son obradores. Es un azúcar magnífico para hacer, por ejemplo, helados porque proporciona un producto muy cremoso. Su calidad no la tiene el azúcar industrial”.
Además, envasan también otros productos “bajo pedido” como las legumbres o los pistachos y pueden hacer lo mismo con grano, harinas, galletas o bizcochos, entre otras cosas. “Es artesano y manual y no dependemos de ninguna infraestructura industrial, así que nos adaptamos al producto”.
Buscan clientes que quieran envasar en Toledo o en otras provincias de la región y se disponen a preparar una oferta con cestas navideñas muy especiales. “Cuando hablamos de comercio justo no nos referimos solo al café o el azúcar…También tiene que ver con el comercio de cercanía, el kilómetro cero o los circuitos cortos de comercialización porque ¿cuánto queda de ecológico en un producto para el que se han gastado millones de litros de carburante en su transporte? Por eso hablamos también del concepto soberanía alimentaria”.
También, dice Rocío Baquero, “estamos hablando con establecimientos que quieran tener el producto entre su oferta: herbolarios, tiendas de productos ecológicos, obradores…No se podrá encontrar en medianas o grandes superficies porque, más que adherirse a la filosofía, solo buscan un reclamo comercial”.
El azúcar, de las plantaciones esclavistas al comercio justo
La caña de azúcar llegó desde Asia al Mediterráneo gracias a los árabes y terminó convirtiéndose en la principal actividad de Cuba, cuya explotación se beneficiaban las oligarquías locales y los mercaderes europeos practicando la esclavitud.
Siglos después, en 1998, el ingenio Carlos Baliño ya con una función bien distinta a la de la época colonial, agrupó a varias cooperativas con el asesoramiento de la Asociación de Técnicos Azucareros de Cuba (ATAC) y se puso en marcha el primer centro de producción cooperativa de azúcar orgánica con sede en la provincia cubana de Villa Clara.
Se inició una reconversión productiva integral que incluyó la preparación del suelo para la producción ecológica. En 2001 lograron una primera cosecha de 4.000 toneladas. Hoy producen unas 10.000 al año y cuentan con 5.000 hectáreas de caña de azúcar ecológica.
Obtienen un azúcar cristalizado no refinado de color blanco grisáceo que es muy distinta a la mayoría del azúcar que se consume en Europa y que procede de la remolacha. El proyecto cuenta además con un añadido: “El residuo de la caña de azúcar se utiliza como biocombustible” y son capaces de autoabastecerse de energía para funcionar.
La compra de los productos de estas cooperativas, señala SODePAZ “permite romper el bloqueo de EEUU” y, además, dotar de sostenibilidad al trabajo cooperativista y garantizar la soberanía alimentaria en la zona. Actualmente, el ingenio Carlos Baliño trabaja de forma experimental con productos ecológicos de diversificación como las frutas deshidratadas.