Vecinos y vecinas de una veintena de pueblos de la provincia de Cuenca han vuelto a participar, por segundo año consecutivo, en la marcha contra las macrogranjas de explotación intensiva que han proliferado tanto en esta zona como en toda Castilla-La Mancha. Esta manifestación, bajo el lema “A toda macrogranja le llega su San Martín” ha reunido a activistas y ciudadanos de más de 20 plataformas locales, que han pedido que se frenen a estas instalaciones insostenibles de ganadería industrial, aunque “esto no se puede llamar ganadería”, han apuntado en el manifiesto final leído tras la protesta, que pide “un futuro libre de ganadería industrial”.
La plataforma Pueblos Vivos Cuenca, organizadora de la protesta, aglutina localidades como Priego, Cardenete, Mota del Cuervo, Villar de Domingo García, Cañete, Almendros, Barajas de Melo, San Clemente, Villanueva de la Jara, Pozorrubielos de la Mancha, Carboneras de Guadazaón, Horcajo de Santiago, Portilla, Mariana, Torrejoncillo del Rey, Campillo de Altobuey, Reillo, Fuentes, Tarancón, Belinchón, Tinajas y Zarzuela.
Son pueblos que “llevan años luchando para impedir que la ganadería industrial se instale en sus municipios” y proteger “lo que la Consejería de Desarrollo Sostenible, en estos momentos, no hace”. Ante todo, han querido dejar claro que no están en contra de la ganadería sino del modelo industrial que se ha instaurado en la provincia, “donde se crían y engordan sin descanso a miles de cerdos, ovejas, gallinas, pollos, vacas... Todos ellos hacinados, encerrados en naves, sin ver la luz del sol, sin el menor respeto a su dignidad, como un claro caso de maltrato animal”.
La plataforma explica que esta eclosión procede principalmente del fuerte aumento de la exportación hacia países como China debido la epidemia de peste porcina africana que asola ese país, “haciendo estragos en la cabaña del país asiático y perturbando el mercado global del cerdo, con fuertes incrementos de precios”. Ante esta situación, rechazan esta “invasión”: “Esto no se puede llamar ganadería y menos sostenible, como se pretende. Son fábricas de carne, y carne barata de poca calidad sin futuro sostenible. ¡Que no nos confundan hablando de progreso y desarrollo rural!”.
Además, desde Pueblos Vivos Cuenca explican que estas explotaciones consumen “ingentes cantidades de agua”, un recurso que escasea en Castilla-La Mancha y además generan purines en cantidades industriales que provocan contaminación. “No son abono para el campo como dicen por ahí, sino que son residuos mezcla de los excrementos sólidos y líquidos del ganado, mezclados con aguas residuales procedentes del lavado de la explotación y de los restos de alimentos de los cerdos, altamente tóxicos”.
La “salud amenazada” por un “crecimiento antinatural” de los animales a base de “piensos transgénicos y sobremedicación; y la no generación de empleo, son otros de los motivos que han esgrimido contra las macrogranjas. ”Que no intenten engañar hablando de progreso y desarrollo rural. No hay ningún pueblo de la provincia que haya incrementado el censo teniendo una macrogranja en su término municipal (…) ¿Quién quiere vivir en un pueblo con mal olor y contaminación?“
En este punto, la plataforma denuncia que la Consejería de Desarrollo Sostenible continúa autorizando, en Zonas Vulnerables, áreas 1ue no se actualizan desde febrero de 2011 y desde entonces se han instalado o ampliado 58 explotaciones y cinco están en trámite.
“Hoy estamos aquí para decir 'no' a esta invasión y para defender el futuro de nuestra tierra”, añaden, poniendo sobre la mesa una serie de peticiones al Gobierno de Castilla-la Mancha. La primera de ellas, que obligue a cumplir la normativa europea de purines y efluyentes en las superficies agrícolas, y la segunda, que no acepte donaciones para la Fundación Impulsa provenientes de la empresa cárnica “generadora de esta burbuja de las macrogranjas”. También pide a la Junta que no modifique las órdenes para subvencionar a las grandes empresas del sector y que “vele por el interés general” aprobando la moratoria para las licencias de macrogranjas que frene la ganadería industrial.
Finalmente, en el manifiesto se insta a las administraciones, “ya que dicen estar concienciados con el problema de la despoblación”, a promocionar los monumentos, la naturaleza, los pueblos de la provincia, y a que fomenten la ganadería extensiva para no convertir a Cuenca en el “estercolero de España”.