Amnistía Internacional alerta sobre la “falta de transparencia” en el uso de armas táser por la policía local de Castilla-La Mancha
Amnistía Internacional ha reconocido “preocupación” ante la adquisición de armas de electrochoque, popularmente conocidas como táser, por parte de algunas policías locales de Castilla-La Mancha. Unos dispositivos que, aunque no son catalogados como letales, pueden causar graves daños o incluso la muerte, especialmente en personas vulnerables. En ese sentido, la organización se ha dirigido a los ayuntamientos de Guadalajara, Albacete y Alcázar de San Juan (Ciudad Real), así como Seseña, Talavera de la Reina y Fuensalida (Toledo), para pedirles información.
La información solicitada a los ayuntamientos se refiere a las unidades policiales que van a utilizar este tipo de armamento, al contenido de la formación previa sobre su uso a los agentes, quién la proporciona, cuál es su duración y si está abierta a otros colectivos. Además pregunta sobre los protocolos y los mecanismos previstos para evaluar el uso de este tipo de armas y garantizar una correcta rendición de cuentas tras su uso.
La organización explica que hasta la fecha solo ha recibido respuesta del Ayuntamiento de Albacete y ha podido mantener una reunión con responsables del Ayuntamiento y la Policía Local de Guadalajara. Ambos consistorios aseguran que el uso de las armas táser está sujeto a los mismos criterios que se aplica al uso de armas de fuego. Amnistía Internacional no ha recibido respuesta por parte de los ayuntamientos de Seseña, Alcázar de San Juan, Fuensalida y Talavera de la Reina. Esta última ciudad anunciaba recientemente que la policía local ya patrulla armada con pistolas táser desde principios del mes de mayo.
“Dudas” sobre su uso y el respeto a los derechos humanos
Aunque Amnistía Internacional asegura no oponerse a que este tipo de armas de electrochoque forme parte del equipamiento de algunos cuerpos policiales, sí tiene “dudas” sobre si son usadas respetando los derechos humanos. Por este motivo solicitan que estas armas estén sujetas al mismo criterio que se aplica al uso de las armas de fuego, debido a los riesgos que pueden tener sobre la integridad física de la persona sobre las que se emplean.
Amnistía Internacional ha documentado casos en los que la muerte de algunas personas ha estado relacionada con el uso de armas táser y cree que debe prohibirse el uso de armas de electrochoque contra sujetos bajo los efectos de las drogas o de medicamentos relacionados con dolencias psíquicas, ya que hay mayor riesgo de que sean letales
También creen que deben prohibirse en modo de contacto directo (drive-stun) ya que, dicen, “entraña considerable riesgo de tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, así como su uso en descargas reiteradas o prolongadas”. Y además, la organización considera que las armas táser deberían ser parte del armamento policial solo si su uso se limita a situaciones en las que exista un riesgo para la vida o integridad física del agente o de terceras personas.
Por otro lado reclama que se elaboren protocolos públicos para su uso y garantizar que los agentes policiales que vayan a utilizarlas estén debidamente formados en su utilización y riesgos, así como en las precauciones que deben tomarse para evitarlos. Este adiestramiento, concluye, no solo ha de ser técnico, sino que ha de incorporar una componente de formación en derechos humanos.
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