El pasado 29 de junio, un hombre era detenido por el asesinato de Ammal y sus dos hijos en la localidad conquense de Las Pedroñeras. El detenido era la expareja de la mujer de 30 años y padre de los dos menores, y tenía una orden de alejamiento por antecedentes de violencia. Amal estaba en el sistema de protección de víctimas de violencia de género VioGén. No fue la única mujer asesinada ese fin de semana. En Granada, un hombre mató a su expareja, de 20 años, y a su madre, de 49 años y luego se suicidó. Otro hombre estranguló presuntamente a una mujer de 75 años en Fuengirola, Málaga. Intentó suicidarse.
“Llevamos ya casi una semana intentando digerir lo ocurrido”, lamentaba la Plataforma 8M de Toledo, que convocó una concentración en repulsa a los hechos del pasado fin de semana. El colectivo feminista pedía al inicio de la convocatoria que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado deben redoblar sus esfuerzos en verano, porque al acabar el curso escolar y comenzar las vacaciones, muchas mujeres “pierden contacto con su red de apoyo”, de sus compañeras de trabajo o las madres del colegio.
La convocatoria en Toledo fue la última de todas las concentraciones de repulsa que se han vivido esta semana en varios puntos de la región. El movimiento feminista entero se volcó en la repulsa de los hechos.
En Cuenca se llevó a cabo una concentración el mismo lunes tras los hechos, convocada por el colectivo Lunes contra la violencia machista. “Hoy, especialmente, sentimos una rabia inmensa. El asesinato de Ammal y sus dos criaturas pudo y debió haberse evitado. Amal hizo lo que a las mujeres nos dicen que tenemos que hacer. Amal denunció. Su asesino tenía orden de alejamiento y ella figuraba en el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén). ¿Qué ha fallado?”, se preguntaban las convocantes. “Exigimos que alguien asuma responsabilidades”, afirmaban.
Ese mismo lunes, las mujeres de Ciudad Real salían también a la calle. “La concentración de asesinatos y agresiones graves que se están produciendo, constituyen una situación de alarma que exige de las instituciones, las organizaciones de la sociedad civil y de toda la sociedad, un esfuerzo adicional en la puesta en marcha de medidas para la erradicación y la prevención de la violencia contra las mujeres, en especial en lo referido a la protección de las mujeres víctimas”, afirmaban desde la Asamblea de Mujeres Feministas de Ciudad Real.
En Albacete, el martes 2 de julio se realizó también una convocatoria de protesta contra la violencia machista, de la Coordinadora 8M de Albacete y la Red Feminista de la ciudad. En esta ocasión pedían, haciéndose eco del manifiesto de la Red Feminista regional, que las autoridades se hicieran cargo de los gastos de repatriación de los cuerpos de Ammal y sus hijos. “Ayudando a la familia en todo este proceso y gestión que se suma al dolor por su perdida. Creemos que es lo mínimo que una administración sensible a la violencia machista debería hacer”.
“La única causa de estos asesinatos es la desigualdad de género que alimenta el patriarcado en el que estamos sumergidas”, clamaban desde la Plataforma 8M de Toledo. También advertían de que en los casos de violencia también influye, por ejemplo, la debilitación de los servicios de Atención Primaria.
“¡Basta ya! A las mujeres y a nuestros hijos nos están matando hombres y el sistema patriarcal. ¡Basta ya! A las mujeres y a nuestros hijos nos está matando la ineficacia del sistema policial en la prevención del feminicidio”, concluía el manifiesto de las toledanas.