La paradoja del agua en la Sierra Norte de Guadalajara: “Lo que se desembalsa en un día nos serviría para todo un año”
Ver cómo un embalse evacúa agua a pie de presa en tu término municipal y saber que no es para tu pueblo, ni para consumo humano ni para ningún otro uso. Es la situación que arrastra la localidad de Cogolludo, en la Sierra Norte de Guadalajara, desde hace décadas. Y ahora sus habitantes vuelven a vivirla. Este pueblo forma parte de la zona cedente del río Sorbe, que abastece a 400.000 habitantes del sur de la provincia de Guadalajara (el Corredor del Henares) y de parte de la Comunidad de Madrid.
La paradoja de esta localidad se produce cuando el embalse de Beleña, ubicado en su término municipal, alcanza la cota de salvaguarda y debe comenzar a evacuar agua. Debido a las últimas lluvias, en diciembre ha llegado al 70% de su capacidad, con unos 38 hectómetros cúbicos almacenados. Con el objetivo de amortiguar la crecida aguas abajo, se desembalsa hacia el río Sorbe para que la presa no supere ese porcentaje.
Es un desembalse temporal, pero mientras esta situación se produce, otros embalses de la Sierra Norte, como los de Alcorlo, Pálmaces y El Atance se encuentran entre el 12 y el 18% de su capacidad. Es decir, hay espacio para almacenar el agua sobrante de Beleña y disponer de ella en tiempos de sequía. Lo que no hay son infraestructuras para hacerlo, aunque Cogolludo y otros pueblos de la zona como Tamajón, Valdesotos o Campillo de Ranas lo lleven pidiendo más de 20 años.
Juan Alfonso Fraguas, alcalde cogolludense del PSOE, lo recuerda con mucha impotencia. Una conexión de doble sentido entre la presa de Beleña y la de Alcorlo, o también otra entre este último embalse y el de Pálmaces, serían “más que necesarias” para conservar el agua que ahora se desembalsa, “tan necesaria como cada vez más escasa ante los evidentes efectos del cambio climático”.
Hay que acordarse del agua también cuando sobra
Pide una reflexión a este respecto, más aún “cuando llevamos años hablando de ello”. “Siempre digo que hay que acordarse del agua también cuando sobra”. Y apuesta igualmente por el aprovechamiento hidroeléctrico que permitiría que los excedentes de una parte de la Sierra Norte se pudieran almacenar en los “embalses sedientos” de la otra.
Limitaciones en el consumo, con el agua saliendo del embalse
“Cuando Beleña desembalsa agua, nos vemos obligados a asumir la contradicción de ver cómo el agua se va por el sobrante en nuestro término municipal, pero al mismo tiempo recogemos en nuestro Plan de Ordenación Municipal, de acuerdo con informes técnicos de la Agencia de Aguas de Castilla-La Mancha, limitaciones en el consumo que lastran un potencial crecimiento urbanístico de Cogolludo”, añade el regidor de la villa serrana.
Fraguas está convencido de que la sequía volverá, será en verano (cuando más gente acude a este y otros pueblos de la zona) y “entonces nos acordaremos de la que ahora se va”.
Debido a esta demanda, que comenzó a hacerse fuerte a finales del siglo pasado no solo por parte Cogolludo sino también emanada de otros pueblos de la zona que ven pasar el agua sobrante del embalse Beleña, hubo un proyecto para que el pantano de Alcorlo se utilizara como aljibe.
Lo diseñó la empresa pública Aguas de la Cuenca del Tajo pero recibió una Evaluación de Impacto Ambiental negativa en 2011 por parte del Ministerio de Agricultura. Con María Dolores de Cospedal en el Gobierno de Castilla-La Mancha y Mariano Rajoy en la Moncloa, ese proyecto no se recuperó. Tampoco en los últimos años de Emiliano García-Page y de Pedro Sánchez.
Hace cinco años, la Junta de Castilla-La Mancha sí que se mostró partidaria de retomar el proyecto, debido a que la declaración de impacto negativa se había llevado a cabo antes de la existencia como tal del Parque Natural de la Sierra Norte.
El Gobierno de Page instó a la Confederación Hidrográfica del Tajo a la elaboración de un nuevo informe y mostró su disposición a evaluar la modificación de la normativa de este parque natural si un hipotético estudio determinaba que la mejor de las opciones era que la tubería discurriera por el interior del espacio protegido.
De igual forma, hace más de un año, el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, el guadalajareño Pablo Bellido anunciaba la preparación de un modelo de compensación para que la ciudadanía de los pueblos que beben agua del río Sorbe puedan compensar a la Sierra Norte de Guadalajara, la zona cedente.
Y todo ha quedado en nada
“Nada se ha hecho desde entonces”, lamenta el alcalde de Cogolludo, quien afirma que la petición de este pueblo se une al del resto de municipios afectados por un agua que ven correr sin poderla beber. “Aquí se desembalsa en un día lo que nos serviría para todo un año”, concluye rotundo.
Cogolludo no ha tenido restricciones en los últimos meses aunque las prevé. Sí las tuvieron este verano otros municipios de la zona como Campillo de Ranas. Su alcalde, el socialista Francisco Maroto, se quejó entonces de que, si bien solo en la comarca de la Sierra Norte hay cuatro embalses, haya pueblos que como el suyo o sus pedanías tengan que padecer la falta de agua en los meses estivales.
“No se puede tener a los alcaldes todos los años, y con razón, contra el paredón de los vecinos porque quien tiene y debe hacer instalaciones de agua para garantizar el abastecimiento no las hace”, lamentó entonces en declaraciones a Europa Press el alcalde de este municipio de 60 habitantes en invierno, que durante el verano multiplica la población por cuatro o por cinco hasta finales de septiembre.
“Es una pataleta que tenemos año tras años cuando surge el problema, pero nadie da soluciones. No es de recibo que en la Sierra Norte haya cuatro pantanos y que no tengan agua en los pueblos de la cabecera cuando se incrementa la población”, afirmó.
De hecho, se refirió al hecho de que “siempre se habla” de Entrepeñas y Buendía (la cabecera del Tajo donde comienza el trasvase a la Cuenca del Segura) y “nosotros no tenemos tampoco agua”.
1