Profesionales de la pedagogía, psicología, la educación o el trabajo social. Y sus perros. Son el equipo que conforma la 'patrulla canina de la lectura', un proyecto que realmente se llama 'R.E.A.D' (Reading Education Assistance Dogs) y que tiene su origen en Estados Unidos, pero en España está representado por la asociación 'Perros y Letras'. El objetivo a nivel global es ayudar a mejorar los hábitos de lectura, la comprensión lectora y, en general, la autoestima y la estabilidad emocional de niños y niñas.
Este proyecto ha llegado ahora a Castilla-La Mancha. Concretamente, a partir del 26 de enero y en 10 sesiones, a la Biblioteca Pública de Guadalajara. Estas primeras actividades se han programado para menores entre 6 y 12 años, pero 'Perros y Letras' trabaja con público de todas las edades, y no sólo menores sino también con adultos mayores. “Nuestras sesiones no están pensadas solo para una edad en concreto, ni para necesidades educativas especiales, sino que para todo tipo de usuarios. Tenemos desde grandes lectores hasta niños o niñas muy pequeños”, explica Carolina Gutiérrez, licenciada en Pedagogía y encargada de las sesiones en Guadalajara. Ella trabaja con Summer, una golden de tres años.
“No sólo trabajamos la lecto-escritura, sino que también se ofrece apoyo educativo y emocional, trabajando la autoestima, la inseguridad e, incluso, en usuarios que puedan estar en riesgo de exclusión social”, señala Gutiérrez. Para este tipo de trabajos es fundamental el papel de apoyo que da el perro. “Es mucho lo que conseguimos gracias a la presencia de los animales, especialmente en lo que se trata del concepto de seguridad en sí mismos de las personas que vienen. Es lo que más rápido evoluciona en las sesiones”, resalta.
La presencia de los animales crea “un ambiente de seguridad y confianza”. La estructura de las sesiones, que están prácticamente llenas en el caso de la Biblioteca de Guadalajara, consisten en una lectura individualizada por cada persona asistente que dura entre 15 y 20 minutos. En ellas, está presente la monitora y el perro junto al menor. Se lee en una manta que está en el suelo, sentados todos en un triángulo o un círculo, para crear un ambiente de relajación y proximidad.
Es entonces cuando entra en acción la 'patrulla'. “Cambia el rol de quien no sabe leer y le enseñamos entonces a leer al perro”, explica la profesional. De este modo, el menor adopta un rol como profesor, porque el animal señala una frase o alguna palabra que no ha entendido y es la tarea del pequeño entender la historia o el concepto que no se entiende. “Esta es la dinámica que llevamos”, describe.
“Por esto son tan efectivas para la autoestima y la motivación, no es una extraescolar a la típica usanza, son ellos los que enseñan. Esto es algo clave y fundamental, y es lo que hace que las sesiones tengan realmente un impacto cada vez, casi instantáneo”, aclara la profesional. “Esto es algo mucho más efectivo que decir yo te digo 'ponte a leer'. Aquí quien no se entera y quien no sabe es la perra, no el niño o la niña”, añade.
La idea es que los pequeños sepan que es la perra la que realmente no sabe leer. 'Perros y Letras' lleva trabajando este programa en España en 2012, y trabaja ya en varias comunidades autónomas, en más de 50 colegios con todo tipo de alumnado. Está conformada por profesionales de todo tipo, de los sectores de la educación, la psicología, el trabajo social, la logopedia o la pedagogía. “No se trata de ir con el perrito sin más, sino de aplicar los conocimientos que ya tenemos a este tipo de terapia. ”Las sesiones salen muy redondas al compaginar nuestros conocimientos con el vínculo que tenemos con los animales“, recalca.
Las profesionales han trabajado también con personas adultas en prisiones o incluso en hospitales. “Las edades de nuestros usuarios cambian mucho”, explica. Pero, en general, los centros educativos eligen a niños y niñas “muy desmotivados” con la lectura y que, de hecho, han acabado por “dejarla” y vivir ese retroceso, porque “simplemente no les motiva”. Esto, señala, suele ir acompañado con casos de baja autoestima. “Sienten que se ríen de ellos y la lectura finalmente les genera un rechazo total”.
Gutiérrez reflexiona que, efectivamente, hay un vínculo entre las nuevas tecnologías, como tablets o móviles, para que las personas más jóvenes se sientan alejados de la lectura. “Al final, es una alternativa mucho más rápida que leer”, señala. Pero la terapia con los perros de R.E.A.D ha supuesto una tendencia a la mejora que, afirma, está “verificada”. “Este es el feedback que recibimos de manera global”, resalta. Incluso explica que hay menores que tras las sesiones deciden coger ellos mismos un libro, en vez de ponerse con la tablet. “Esto es porque no hay manera de que sean juzgados por un perro, entonces no ven el libro como algo susceptible de rechazo”, recalca.
Es este vínculo con el animal el que ayuda a crear otro con la lectura, incluso aunque sea sólo durante el año escolar. “La conexión que hacen con Summer y la lectura es bestial, y les ayuda a reafirmarse en la importancia de los libros y desconectar también de las tecnologías”, concluye.
Desde la Biblioteca de Guadalajara explican que se aceptó la propuesta de traer a las expertas con los perros, porque cumple “todos los requisitos” de una actividad en la biblioteca. Especialmente, en relación a los buenos resultados en el caso de personas con dificultad emocional. Todavía queda alguna sesión libre, para las personas interesadas.
La cuarta región menos lectora
Según el último estudio de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España, de 2021, publicado por la Federación de Gremios de Editores de España, Castilla-La Mancha era una de las regiones con menos personas lectoras de España. En concreto, la cuarta. El porcentaje de lectores de libros por ocio es de un 59,8%, por encima de Andalucía, Extremadura y Canarias. En contraste, la media de España es de un 64,4%, y la región con la tasa más alta es Madrid, con un 73,5%. Sin embarg, en comparación a los años anteriores, la mejora es de más de un punto en relación a 2019.
El Gobierno de Castilla-La Mancha puso en marcha en 2022 el Plan de Lectura de Centro, una iniciativa para los centros educativos para “ordenar y articular el tratamiento de la lectura” en el centro educativo, gracias a un conjunto de medidas curriculares y organizativas dirigidas a potenciar y desarrollar en el alumnado, de Infantil a Bachillerato, la competencia lectora y consolidar hábitos de lectura para favorecer su desarrollo individual y colectivo.
Dentro del Plan también se ofrecen orientaciones para la práctica del profesorado y, en general, al conjunto de la comunidad educativa en torno a la lectura. En el Plan se entiende la lectura como “herramienta clave” para el aprendizaje, que se configura como una responsabilidad compartida por todo el profesorado, en todas y cada una de sus áreas, materias, ámbitos y módulos con unas estrategias metodológicas específicas, y compartida con la comunidad educativa, por consiguiente, así debe quedar reflejado en el Proyecto Educativo. “El compromiso con la lectura se debe hacer extensible a toda la comunidad educativa”, recalca el documento de orientación.