De ‘pichichi’ a campeona mundial: Alba Redondo, la albaceteña que rompió roles de género y visibiliza la realidad LGTBI
Se estrenó con dos goles ante Zambia en el Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda, marcando su huella de delantera todoterreno que ya se había ganado en la Liga F (Liga Profesional de Fútbol Femenino) con el Levante UD Femenino, donde fue la ‘pichichi’ de la última temporada. Ahora, con 27 años, esta jugadora nacida en Albacete forma parte del equipo que ha hecho historia en el fútbol femenino.
Alba Redondo se ha ganado a pulso ser una de las estrellas del equipo de Jorge Vilda, donde ha sido una de sus jugadoras fijas. Durante los partidos de la Copa Mundial, la jugadora manchega ha sido una de las figuras más importantes del combinado nacional y ha ido ganando protagonismo tanto por su juego limpio y certero como por su bandera de la igualdad LGTBI.
Su historia es también la del tesón y la lucha por un sueño. Siendo una niña, abandonó sus clases de gimnasia para comenzar a jugar al fútbol, un deporte que ya practicaba su hermano y por el que sentía una gran pasión.
Debutó con el equipo Fundación Albacete en 2013 y en 2019 fichó por el Levante. El año 2023 ha sido su año, convirtiéndose en la máxima goleadora de la Liga Femenina española. De ahí a formar parte de las de Vilda (en 2018) y ganar el Mundial en tan solo cinco años.
Curiosamente, comparte tierra de origen con el jugador albaceteño Andrés Iniesta, la estrella del fútbol español que marcó el gol que dio a La Roja el Mundial de 2010 de Sudáfrica. Alba Redondo conoció a Iniesta cuando fue a ver un partido de su hermano a Fuentealbilla, la localidad natal del futbolista, y allí recibió algunos consejos suyos que la marcaron para siempre.
La tragedia del Yak-42 que marcó su vida
Como también la marcó, en este caso, otro suceso muy trágico en su familia. Su tío era cabo y fue uno de los 65 militares que murieron en el accidente del Yak-42 de 2003, en el que fallecieron 75 personas
Alba Redondo solo tenía siete años cuando sucedió pero este suceso determinó que hace unos meses se tatuara el hombro, junto a su hermano, en homenaje a su tío, con la frase “Arriba los corazones”: era el mensaje con el que firmaba las cartas que enviaba a la familia desde sus misiones en el extranjero. Besando y señalando este tatuaje es como Alba celebra sus goles y los de sus compañeras.
La sororidad deportiva entre castellanomanchegas también la convirtió en protagonista hace unos días tras el abrazo que recibieron las jugadoras de la Selección con la visita de Sandra Sánchez, la deportista talaverana que ganó la Medalla de Oro en Kata hace dos años.
La jugadora albaceteña no solo ha roto los roles de género y ha contribuido de manera decisiva al auge del fútbol femenino, sino que también ha visibilizado la igualdad LGTBI. En su doblete ante Zambia celebró uno de sus dos goles acudiendo a la grada a besar su pareja, la entrenadora física Cristina Monleón. La foto de ese momento dio la vuelta al mundo y se hizo viral.
La final del mundial se ha seguido con gran intensidad desde las pantallas que se han instalado las plazas y espacios abiertos de toda España. Pero se ha vivido con especial intensidad en Albacete, la ciudad natal de Alba. Allí, cientos de personas han abarrotado el Parque de la Fiesta del Árbol y se han proyectado, antes del partido, todos sus goles. Tras ganar el Mundial, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, también la ha felicitado:
En este Mundial destaca también el papel que ha jugado Blanca Romero, preparadora física de la Selección Femenina y originaria de Manzanares (Ciudad Real). En declaraciones a la Cadena Ser, ya manifestó su pasión por el fútbol y su profesión: “Acaba y empieza por pasión. Yo creo que cuando cualquiera de nosotros tenemos claro lo que nos gusta, cuál es nuestro talento en la vida y tenemos esa motivación intrínseca, creo que no tenemos límite”, afirmó.
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