El pueblo que tuvo que 'silenciar' la Navidad en su Plaza Mayor también debe cambiar su Semana Santa

La Plaza Mayor de la localidad toledana de Ocaña, Bien de Interés Cultural (BIC), seguirá sin acoger actos ni celebraciones multitudinarias que conlleven un exceso de ruido. Las medidas judiciales que dos vecinas consiguieron para impedir celebraciones en este enclave afectaron a la celebración de la Navidad y ahora también la Semana Santa del municipio se verá trastocada.

Así lo ha comunicado el Ayuntamiento después de que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM) haya ratificado las medidas cautelares que adoptó en base a la petición vecinal. Ha rechazado el recurso de apelación que interpuso el Consistorio local contra esas medidas, hasta que se dicte sentencia firme en un futuro juicio todavía sin fecha.

En esta iniciativa, el Ayuntamiento apelaba al interés público en la realización de fiestas y ferias locales en la Plaza Mayor y que se entendiera “el evento esencial” para la comunidad local y su desarrollo en cuanto a actividades “de trascendencia social, cultural y humana como elementos básicos de la vida en comunidad”.

En el nuevo auto, el Tribunal Superior argumenta que la no adopción de la medidas cautelares podrían suponer la “pérdida de la finalidad” del recurso de las vecinas si finalmente la sentencia les diera la razón. Además, recuerda que la medida cautelar no impide la realización de los eventos festivos y musicales como conciertos y actividades multitudinarias con música y sonido “que pueden ser desarrollados en otras localizaciones distintas a la Plaza Mayor”. 

El Ayuntamiento estudia recurrir al Supremo

Ahora, los servicios jurídicos del Ayuntamiento están estudiando la posibilidad de presentar recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Mientras, lamentan que el cumplimiento del auto de medidas cautelares “afectará en parte a las procesiones de Semana Santa a su paso por la Plaza Mayor” y a “la suspensión y búsqueda de otro emplazamiento para actos”.

Esta medida judicial, ahora ratificada, tiene su origen en un auto fechado en julio de 2023, que decretó la suspensión provisional de todas las actividades que superen los “límites ordinarios” de ruido.

La denuncia la interpusieron dos vecinas que viven en las inmediaciones de la plaza Mayor. Afecta a diversas actividades como eventos festivos y musicales “de cualquier índole”, conciertos o actividades “multitudinarias con música y sonido”, en las que el documento judicial incluye también las fiestas patronales.

Además, se sugiere la reubicación en un lugar “apropiado” conforme a las molestias que generen los ruidos. Todas las actividades en la plaza, que como Bien de Interés Cultural en Castilla-La Mancha debe ser protegido por las administraciones públicas, quedaron así suspendidas hasta que exista una sentencia firme.