- Así lo ha señalado la Asociación de Municipios Ribereños tras celebrar una nueva caravana en contra de estas derivaciones de agua
Alcaldes, concejales y vecinos de pueblos ribereños de la comarca de Entrepeñas y Buendía han vuelto a marchar en caravana este sábado desde la localidad de Auñón hasta Sacedón, en la provincia de Guadalajara, para insistir en la necesidad de poner fin al trasvase Tajo-Segura y protestar por la situación crítica de los embalses de cabecera, que están por debajo de los 400 hectómetros cúbicos.
Es la tercera marcha para “abrazar” los embalses que protagonizan y convocan los pueblos ribereños, en la que se ha notado una menor afluencia de participantes --entre 150 y 200 personas--. Entre ellos, han estado presentes los alcaldes de Pareja, Chillarón, Villalba y Sacedón, y algunos vecinos, todos ellos afectados por las “continuas derivaciones” de agua “tan perjudiciales” ante la situación actual de los pantanos, han denunciado.
“El futuro de los pueblos Ribereños está en el agua de Entrepeñas y Buendía”, han señalado desde la Asociación de Municipios, portando pancartas en las que se ha podido leer '¡Basta ya!, ¡no al trasvase! o 'Tajo-Segura, ni una gota más'. Para todos estos pueblos, la lucha por el agua es la “lucha por el futuro y por el fin del trasvase”.
En el manifiesto leído en esta marcha han recordado que el río Tajo, a lo largo de toda su cuenca, presenta unas “pésimas” condiciones medioambientales, con un “altísimo” nivel de contaminación originado en gran parte por el escaso caudal de agua que circula por su eje.
El alcalde de Auñón, Ángel López, ha señalado en declaraciones a la televisión autonómica que “siempre que hay agua, viene más gente y los negocios se desarrollan también mejor”. Por su parte, Antonio Fernández, alcalde de el Valle de Altomira ha señalado que “No estamos en contra de los trasvases mientras se nos respete una lámina mínima de agua del 40% que serían unos 1.000 hectómetros cúbicos entre los dos pantanos”.
Además, los pueblos ribereños recuerdan que sus embalses de cabecera, Entrepeñas y Buendía, cuentan en estos momentos, según datos oficiales, con un “ridículo 15% de agua embalsada”, datos que no corresponden con la realidad, ya que “si se tuviera en cuenta la colmatación de los embalses, el nivel apenas sobrepasaría el 11%”.
Por ello, los municipios ribereños exigen el cierre urgente del trasvase Tajo-Segura hasta que los embalses de Entrepeñas y Buendía hayan recuperado un nivel mínimo del 40% de su volumen total. Además piden la derogación inmediata del Memorándum de Entendimiento del Trasvase Tajo- Segura, como “culpable de la nefasta situación del río y sus embalses de cabecera” y la puesta en marcha de alternativas a los trasvases para el suministro de agua en la cuenca receptora.
Otra de las peticiones de los municipios ribereños es la adecuación de los caudales mínimos ecológicos del río Tajo a las necesidades medioambientales y socioeconómicas de cada tramo y en cada momento. Por último exigen la puesta en marcha de los planes de desarrollo pendientes en la comarca ribereña que permitan la recuperación de los embalses, así como la ejecución de las infraestructuras necesarias que permitan recuperar la “maltrecha” economía de la comarca.