El Comité de Representantes Permanentes de la Unión Europea ha elegido a la capital de Rumanía como del Centro Europeo de Competencia Industrial, Tecnológica y de Investigación en Ciberseguridad. León fue descartada en la primera ronda, aunque consiguió dos votos, por delante de Múnich, que solo logró uno.
En la ronda inicial, Bruselas se hizo 8 votos y Bucarest, con 6 votos, lo que permitió a las dos capitales pasar a la segunda votación. Junto a León fueron descartadas Vilna (Lituania), con 5 votos, Luxemburgo, con 3, Varsovia (Polonia), con 2, y Múnich (Alemania), con 1.
La reunión de embajadores expertos de los veintisiete países de la UE ha decidido que Bucarest sea la capital europea de la Ciberseguridad tras un debate previo en donde se analizó el informe de la Comisión Europea.
Los objetivos principales del Centro europeo se centrarán en mejorar la ciberseguridad e impulsar la investigación y el desarrollo tecnológico en este ámbito en toda la Unión Europea. Eso sí, esta institución estará a las órdenes de la Agencia de la Unión Europea para la Seguridad de las Redes y de la Información, con sede en la isla griega de Creta.
El proceso exigía que la ciudad elegida hubiera obtenido más de la mitad de los votos de los miembros de la Coreper en primera ronda. Si no hubiera sucedido así, las dos candidaturas con mayor número de votos pasarían a una segunda ronda. La ciudad ganadora se convertirá en el destino de inversiones estimadas en más de cuatro mil millones de euros en los próximos años, así como convertirse en una gran sede de referencia y recepción de talento tecnológico a nivel mundial.
León contaba con el apoyo de la Cámara Internacional de Comercio y con lo que los expertos llaman “un potente ecosistema de ciberseguridad”, siendo uno de sus referentes el Incibe, que ha atraído durante estos últimos 14 años diferentes empresas de alto nivel tecnológico y donde se desarrolla una importante actividad de creación de startups. Incibe, además, ha desarrollado con fuertes conexiones no solo en el ámbito europeo, sino también con lo que se denomina “una gran tracción con las instituciones de ciberseguridad de Hispanoamérica” e incluso las instituciones de seguridad nacional de los Estados Unidos de América. Pero no ha sido suficiente.