La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del barranco del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

Fútbol y extrema derecha: los vecinos de un barrio de Salamanca se levantan contra los ultras tras tres agresiones

En menos de un año, el barrio de Garrido en Salamanca, el más habitado de la ciudad, con gran presencia de clase trabajadora, ha sufrido tres ataques de extrema derecha. El 17 de septiembre, el 26 de febrero y el 30 de mayo, una decena de neonazis relacionados con los ultras del Salamanca C.F. atacó dos bares frecuentados por jóvenes vinculados a movimientos sociales, insultando y amedrentando al personal.

Aunque la Policía Nacional no vincula los hechos a movimientos de extrema derecha y el Ayuntamiento guarda silencio, los vecinos están hartos, hasta el punto de que convocaron una manifestación tras el último ataque para pedir más seguridad en los barrios y mostrar su repulsa contra la extrema derecha.

Los tres ataques han seguido el mismo patrón: los ultraderechistas llegan a última hora de la noche, antes del cierre y amedrentan a todo el que está en el local. En el primer ataque, en septiembre, llegaron a golpear a uno de los camareros, que terminó con un ojo morado. En el segundo ataque en febrero, los ultras reventaron los cristales del mismo local, y los clientes y camareros tuvieron que resguardarse en su interior mientras destrozaban la terraza.

En el último de los altercados, a finales de mayo el grupo de neonazis entró en uno de los locales que frecuenta gente del Unionistas (el club rival) y gente de la CNT y movimientos sociales. “Llegaron en un vehículo, se bajaron, sacaron porras extensibles y barras de hierro y amedrentaron a los que estaban allí”, explica Mario Chapado, de la asociación Garrido Contigo. Entre insultos y empujones hicieron comentarios contra los chavales por su estética de izquierdas: “Decían que si era un guarro, que si no se duchaba, que si conocía a Hitler”, cuentan.

En su huida a toda velocidad, y según varios testigos, atropellaron a un hombre de 58 años que tuvo que ser ingresado en la UCI. Fuentes de la Policía Nacional confirman que el atropello se produjo, aunque no lo relacionan a ataques de extrema derecha, sino a rivalidades futbolísticas. “Aunque son ultras del fútbol, se mueven el entorno de Democracia Nacional y del Centro Social y Nacional”, explica Juan Manuel Villarón, histórico militante de izquierdas de Salamanca, apuñalado en 2002 por la extrema derecha. Unionistas tiene una tradición más obrera e izquierdista mientras que grupos neonazis han parasitado el frente del Salamanca C.F.

Según la Delegación del Gobierno en Salamanca no hay denuncias ni detenciones por estos hechos, pero los vecinos y dos asociaciones vecinales, apuntan directamente a los ultras de este equipo de fútbol. “Son un grupo de ideología fascista neonazi, ultras del equipo, pero no han dado el paso de organizarse políticamente. El movimiento vecinal de Garrido es muy potente, de izquierdas y antifascistas, y quieren neutralizarlo con miedo”, explica uno de los portavoces de la asociación vecinal de izquierdas Juventud Unida, que prefiere no dar su nombre.

Villarón cree que buena parte de los jóvenes (todos menores de 25 años) que han participado en los ataques ultras, ni siquiera son de Salamanca. “Algunos son del Centro Social y Nacional de Salamanca, pero los que vienen a liarla son de Madrid”, sentencia. En concreto, con Hogar Social y Bastión Frontal, dos agrupaciones de neonazis de la capital.

Mientras, la administración guarda silencio. Hasta en tres ocasiones este periódico ha intentado contactar con el Ayuntamiento de Salamanca para preguntar por la situación en el barrio de Garrido, sin recibir respuesta. Desde la Policía indican que los tres altercados no suponen “nada reseñable”. Mientras, los vecinos se preparan para más manifestaciones si los ataques persisten. “Quieren que tengamos miedo, pero no van a conseguir que lo tengamos”, dicen desde Juventud Unida.