El anteproyecto de la nueva Ley de Patrimonio de Castilla y León deja los restos fósiles no humanos sin proteger. En el área de aportaciones de la web de Gobierno abierto de la Junta, donde los ciudadanos pueden realizar observaciones antes de la tramitación legislativa, el colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas, CAS, y el Equipo Científico del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) ha presentado una alegación a la nueva norma para pedir que se incluya el patrimonio fósil, como sí sucede en otras comunidades autónomas. “Descorazona, pero creemos que hay tiempo para rectificar”, señala Víctor Urién, promotor de la iniciativa y portavoz del colectivo.
A pesar de que el anteproyecto indica que el concepto de patrimonio ha evolucionado en las últimas décadas, ampliando la “tipología de bienes que lo conforman y sobre todo una mejora sustancial en su percepción y valoración por la sociedad”, el resto de la norma obvia la protección de los restos arqueológicos no humanos. En concreto, el artículo 17 establece que para ser protegidos los restos deben guardar relación con la historia de la humanidad. Los expertos creen que dejaría fuera no solo la protección, sino también la promoción y conservación.
Para Urién, aunque es sorprendente, tampoco extraña demasiado.“ No es nuevo que Castilla y León se olvide de los restos arqueológicos anteriores al ser humano. Tampoco la Ley 4/2015, de 24 de marzo, del Patrimonio Natural de Castilla y León, incluye referencias a fósiles directos o indirectos de épocas previas al Cuaternario de la Era Cenozoica (el periodo que va desde hace 2,59 millones de años hasta nuestros), aunque sí establece la protección de los espacios donde se encuentran”. Tampoco la ley de Patrimonio Cultural 12/2002, que, aunque hace una mención explícita al patrimonio paleontológico en el Artículo 1 y en el Artículo 50 -donde habla de proteger aquellos restos que puedan relacionarse con la historia del hombre-, desarrollaba figuras de protección para estos fósiles.
Según Urién, a partir de 2002 se han aprobado leyes similares en otras comunidades y todas recogen la protección de los fósiles de plantas, árboles, animales, etc. “¡Hasta Canarias, que es volcánica y donde es difícil que se encuentren, hay protección!”, exclama por teléfono. Esto contrasta, además, con el hecho de que Castilla y León es una zona rica en fósiles, sobre todo en las provincias de Soria y de Burgos. No en vano, esta última posee restos de varias especies únicas en el mundo, entre ellas el Demandasaurus darwini (nombrada honor a Charles Darwin y a la Sierra de la Demanda de Burgos), Arcanosaurus ibericus (reptil misterioso ibérico) o la tortuga terrestre Larechelus Morla (bautizada en honor a la leyenda de 'Los siete infantes de Lara' y al animal de “La Historia Interminable”).
Los paleontólogos creen que la Junta de Castilla y León podría hacer mucho más por proteger los restos y también por incentivar las campañas arqueológicas. “Desde Salas de los Infantes llevamos haciendo excavaciones desde el año 2002, ahora vamos por la número 19, y hay otras comunidades en las que gobiernan distintos partidos donde se han hecho inversiones mucho más potentes. No es nuestro caso”. Al principio, en las primeras campañas, sí hubo financiación de de la Junta de Castilla y León, pero ahora escasean. “Nuestras campañas son muy productivas, pero si las comparamos con las de otras comunidades de nuestro entorno, no llegamos ni al 10% de financiación, a pesar de que los resultados están muy por encima”, señala Urién.
Tampoco sale mejor parado el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes de Burgos, que aunque está integrado desde 2006 en la Red de Museos de Castilla y León, sigue siendo de carácter municipal. El museo es el único espacio de estas características de toda la comunidad, Soria donde también hay importantes descubrimientos, no tiene. “A nuestros colegas les sorprende lo completo que es nuestro museo a pesar de la escasez de medios. Hacemos tareas de conservación e intercambios con otros museos de España, Europa e incluso América”. Tampoco ha recibido apoyo económico por parte de la administración autonómica. Las instalaciones, además, se han quedado pequeñas. “Han salido dinosaurios de 16 y 18 metros que no se puede exponer por falta de espacio”.
Para Urién, una apuesta decidida por el patrimonio arqueológico podría ayudar a evitar la despoblación y no sólo porque fomentaría el “dinoturismo”, el turismo de restos de dinosaurios que otras comunidades como Aragón o Andalucía sí han sabido potenciar. El museo de Salas recibe 15.000 visitantes al año, siete veces más de su población. “La paleontología puede ser un elemento tractor. Una forma de atraer recursos que fomenten la cohesión de un territorio periférico, montañoso y masculinizado”.