SOS desde Portilla de la Reina (León): casi un mes sin teléfono ni internet, sin agua ni recogida de basura y con carreteras cerradas

C.J. Domínguez / Ileón

23 de enero de 2021 12:30 h

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“Desesperación”. Caben muy pocos calificativos más para la situación de casi aislamiento durante cerca de un mes que sufren silenciosamente los vecinos de un pueblo de la Montaña Oriental de León, aunque algunos añaden los de “indignación” y “resignación”, mientras todos siguen mirando al Madrid nevado que dejó el temporal Filomena.

En Portilla de la Reina (Ayuntamiento de Boca de Huérgano, en el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, antiguo Picos de Europa), como en toda la montaña de la provincia leonesa, llegaron a superarse los dos metros de nieve desde que a finales de año descargó con dureza el temporal Bella.

Filomena sólo remató luego las dificultades que “hacen que cada día sea más difícil vivir y trabajar ahí”, se lamenta con tristeza Rossana Domínguez, que además regenta un establecimiento rural que no consigue capear entre el coronavirus, sus casi totales restricciones, como el cierre perimetral de la provincia, y “la incompetencia en la gestión”.

Porque como explican otros vecinos “esto no es Madrid, aquí hay seis meses de duro invierno” y preparase y organizarse para evitar la incomunicación que padecen “debería ser posible por parte de las administraciones”, desde el Ayuntamiento a la Diputación de León.

Para empezar, desde el 28 de diciembre han estado sin teléfono fijo, sin conexión de teléfono móvil y sin red wifi de Telefónica, la única que daba el servicio. Una avería que nadie soluciona en la antena que da servicio a Llánaves y Portilla de la Reina hace que comunicarse, y más para un negocio rural, sea tan vital como prácticamente imposible.

Sólo les queda, y no siempre, una wifi por satélite que tiene el pueblo, pero se satura a la mínima cuando hay varios habitantes 'enganchados'. Este reportaje no hubiera sido posible, de hecho, sin una accidentada llamada a través de Whatsapp.

Pero ahí no acaba la cosa: el puerto de Pandetrave permanece cerrado, intransitable, aunque no aparezca así en la información oficial de la DGT o de la Junta de Castilla y León. Los “muchos coches el fin de semana” que intentan subir “tienen que dar la vuelta”, porque a nadie se le ha ocurrido poner un cartel abajo advirtiéndolo.

Y para un negocio rural, perder el principal acceso desde Cantabria o País Vasco o la conexión con el Parque Nacional de Picos de Europa y su tirón turístico es demasiado perder. Aunque es cierto que el cierre provincial lo sigue impidiendo.

El hielo y la nieve en las carreteras también ha impedido que se recoja la basura en casi tres semanas. El acceso para ello, como para el transporte escolar, es de apenas 500 metros, pero ni el camión de la basura ni el vehículo que ha de recoger a la única joven estudiante de instituto, se atreven a pasar. Eso ha vuelto a ocurrir hoy mismo, 22 de enero.

Una avería en el agua

Y por si necesitaran más argumentos, en partes del pueblo no disponen de agua corriente. Porque “se les ocurrió hacer una obra en una tubería en este tiempo y claro quedó mal y nadie lo remata”, de modo que la presión no llega a algunos pisos.

Rossana, ante la ineludible comparativa, admite que “lo de Madrid fue excepcional, vale, no están preparados, pero nosotros a estas alturas deberíamos estarlo, pero resulta que estamos pagando todo el año por servicios tan básicos que luego, a la mínima, no se nos prestan”. “Es insostenible vivir aquí así”, sentencia.

Portilla se erige así, esta vez, en el emisor de un SOS que desde la tierra de La Reina saben que puede lanzarse desde buena parte de la Montaña leonesa, porque “ocurre en otros muchos pueblos sin que nadie haga nada”. Y así un año tras otro, invierno tras invierno, no solo una vez al siglo como en la capital de España.