Fiscalía de Valladolid ha anunciado ya que solicitará condenas de tres años de cárcel para cada uno de los seis jóvenes presuntamente implicados en la agresión homófoba registrada el 22 de mayo de 2023 en la localidad de Pozaldez de la que fue víctima un varón de 28 años.
Terminada la fase de investigación de los hechos en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Medina del Campo (Valladolid), la acusación pública, en el trámite ya de calificaciones, considera que la conducta de los encausados se enmarca en un delito de odio y discriminación en concurso de normas con un delito contra la integridad moral, así como en otro delito de lesiones y solicita por el primero un año y medio de prisión y multa de 3.000 euros y otro año y medio de privación de libertad por el segundo, según informan fuentes jurídicas.
Además, la petición de Fiscalía incluye la inhabilitación especial de los seis acusados para profesión y oficio educativos en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre durante cuatro años, así como la pena accesoria de dos años de prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia no inferior a 300 metros y de comunicar con ella.
En concepto de responsabilidad civil, los acusados, con edades entre 41 y 19 años, deberían de indemnizar al agredido con 1.000 euros por los daños morales causados, con otros 1.580 euros por las lesiones causadas y con otros 981 euros más por las secuelas, junto con otra cantidad a determinar por los gastos odontológicos que precise.
La víctima y la Fundación Triángulo piden siete años
En la causa, que será vista por la Audiencia de Valladolid, también están personados el propio lesionado, que pide siete años a cada uno de los acusados, y la Fundación Triángulo, esta última como acusación popular y con una petición que se eleva a los nueve años. Ambas acusaciones piden indemnizaciones de más de 4.000 euros.
La agresión se produjo en la madrugada del 22 de mayo de 2023 en la Plaza Cassaviñas de Pozaldez, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de una reyerta en la que un joven comenzó a recibir golpes por su condición sexual, sin que la víctima, tal y como apuntó a los agentes, conociera el motivo de la agresión que se produjo cuando se encontraba con sus amigos bailando y de repente recibió un golpe fuerte en la cara que provocó que cayera al suelo, tras lo que fue agredido con puñetazos y patadas.
Un puñetazo y pateado en el suelo
Testigos de lo ocurrido relataron ante la Guardia Civil que aquella madrugada su amigo recibió un puñetazo y que al caer al suelo el resto de los acusados se “ensañaron” con él a base de patadas, mientras otro grupo formaba un círculo con el fin de impedir que la víctima fuera socorrida, sin que pudiera impedir que una de las amigas se arrojara encima del joven para impedir que siguiera recibiendo más golpes.
Los testigos coinciden en que aquella noche las agresiones se produjeron mientras escuchaban claramente gritos de “maricón, puto maricón”. El parte de lesiones refleja que la víctima presenta polincontusiones en el costado y ojo izquierdos, así como el desplazamiento de una pieza dental y rotura parcial de otras dos.