El cruce de acusaciones aumenta la tensión en la campaña catalana

Primer domingo de campaña y los partidos ya no se andan con chiquitas. El cruce de acusaciones se extendió del terreno del miedo a los ámbitos de la hostilidad y la corrupción en una jornada que ha marcado un aumento de la tensión en esta campaña electoral polarizada por la independencia que hace intuir un diálogo bastante complicado con Madrid sea cual sea el resultado del 25N.

Artur Mas desayunó con una entrevista en la prensa al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, en la que afirmaba que ningún país de la UE reconocería la independencia unilateral de Catalunya, y decidió seguir al ataque. El president de la Generalitat ya había acusado a Rajoy de intentar dividir a los catalanes, cosa que no pensaba tolerar, y abundó en su idea de que el PP va a sembrar la cizaña: “Lo utilizarán todo, no se andarán con chiquitas, usarán lo que es legítimo y lo que no, hasta las mentiras utilizarán”, manifestó con rotundidad Mas en un acto en Manresa.

Mas también culpó al Estado español de ser un tapón para el bienestar de los catalanes, pero en general se está esforzando por afianzar su perfil presidencial y de líder carismático, pese a que niegue públicamente la vocación mesiánica que se desprende del polémico cartel electoral de CiU. Sus colaboradores cercanos, sin embargo, parecen secundarle poco.

Así, Josep Antoni Duran i Lleida, muy callado hasta ahora, irrumpió en campaña para acusar a Rajoy de “falta de coraje” frente a la crisis económica justo el día que se publicaba que el paro ha aumentado en casi 100.000 personas en Catalunya en los dos años de gobierno de CiU. Por su parte, el secretario general de CiU, Oriol Pujol, añadió más tensión con Madrid al identificar como principal problema a la hora de negociar con España “tener enfrente al Rey” porque ya ha tomado parte por una postura.

Las encuestas siguen siendo poco propicias para los socialistas catalanes, al borde del precipicio de perder diez diputados. Y sin embargo, Pere Navarro, el nuevo líder post-Tripartito, no pierde la calma. Mantiene un tono de denuncia sin rayar la agresión y enarbola un talante de diálogo. “Hago una llamada a todos los que piensan que se tiene que parar la guerra de banderas y recortes”, dijo en Lleida.

Los hipernacionalismos nocivos

Pero la moderación de Navarro quedó partida en mil pedazos con la intervención del expresidente de Aragón, Marcelino Iglesias, que cruzó la Franja en la que PP ha conseguido que se hable aragonés en lugar de catalán para espetar que “los hipernacionalismos alemán y francés” provocaron millones de muertos en Europa el siglo pasado, en referencia a las guerras mundiales. Puede caber la duda de si Iglesias asimilaba el nacionalismo de Francia y Alemania, dos estados, al de España o al catalán, que nunca ha tenido un Estado moderno, pero la ayuda de los compañeros del PSOE no acaba de sentarle bien al PSC.

Alicia Sánchez Camacho cuenta con refuerzos de toda España desde el primer día. Rajoy se tomó un respiro de sus incursiones catalana y tomó el relevo Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Xunta que recientemente ha renovado su mayoría absoluta en Galicia. Feijoo avisó a Mas, en el Centro Galego de Barcelona, que los problemas económicos no se resuelven “agitando las banderas”. Feijóo sería uno de esos apellidos desterrados de Catalunya, según el vídeo elaborado por el PP catalán, que hace dos años lanzó un videojuego en el que el entretenimiento era disparar a los inmigrantes. Se ha mejorado algo, pero el factor de apelar al miedo siempre está presente.

ERC aspira a convertirse en segunda fuerza política catalana por encima del PSC y del PP, una tendencia que insinúan las encuestas pero que no acaban de dar por segura. Junqueras, que recuerda cuando puede su condición de mileurista en tanto que alcalde de Sant Vicenç dels Horts, fue a Tremp para evidenciar que no se olvida de los Pirineos ni de cualquier región en su proyecto. Los ataques de Junqueras se los llevan los banqueros y ayer también Zapatero, por supuestamente no enterarse de que son los pueblos los que hacen las leyes, pero en la construcción nacional el líder republicano antepone “la esperanza de ERC” frente al “miedo del PP y el PSOE”

Corrupción con mayúsculas

El líder de Iniciativa, Joan Herrera, también dispara cargas de profundidad. El candidato ecosocialista está llevando a cabo una campaña diferente. Si el sábado fue al aeropuerto para llamar la atención sobre los jóvenes que tienen que emigrar ante la falta de oportunidades, el domingo se plantó en el Palau de la Música, escenario de uno de los mayores escándalos que nunca haya salpicado al mundo convergente. “A Mas y Rajoy les une la bandera de la corrupción”, denunció sin titubeos Herrera. El debate soberanista, según el candidato de ICV-EUiA, ha permitido que en esta campaña se pase de puntillas por los “escándalos de corrupción con mayúsculas” que hay en Catalunya.

Albert Rivera, que siempre presume de la falta de ataduras de Ciutadans por no haber tenido nunca una responsabilidad de poder, se está creciendo conforme las encuestas le son favorables. Rivera fue a territorio socialista por excelencia, L’Hospitalet de Llobregat, la ciudad del ex ministro Corbacho, que fue uno de los grandes animadores de la última campaña catalana de los socialistas en 2010, para pedir votos en el cinturón rojo “porque el PSC ya no moviliza a nadie”.

Menos los socialistas, según los sondeos, todos los demás ganan. Ciutadans sueña con duplicar presencia. Solidaritat por la Independència (SI), plenamente rodados sin Laporta, aspira a repetir tres diputados. Y las CUP, que se presentan como alternativa de izquierdas de base, podrían colarse en el Parlament. Tal vez no haya tantos escaños para todos, pero todavía queda mucho que recorrer antes de que las urnas pongan a cada uno en su sitio.