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Una afectada por Traiber: “Tengo mucha rabia por el sufrimiento que me han provocado”

Carmen García, a las puertas del Hospital de Sant Joan de Reus. / María Ramírez

Reus Digital

Enrique Canovaca —

La reusense Carmen García lleva dos grandes cicatrices en sus rodillas, marca inequívoca de las dos operaciones para implantarle prótesis de Traiber que tuvo que soportar hace 9 y 7 años, respectivamente. En la derecha, las secuelas se pueden considerar normales -más dificultad de movimientos y en ocasiones pequeños dolores-, pero en la izquierda, esta mujer de 68 años pasa por un auténtico calvario: “siete u ocho meses sin poder caminar, dolores insoportables y ahora me tienen que volver a operar para extraerme la prótesis que está salida”. Ante la posibilidad de que las presuntas irregularidades en Traiber tengan relación con su caso, Carmen García se ha personado judicialmente en la pieza de Innova que lo investiga: “si se demuestran las acusaciones me quedaré de piedra, completamente decepcionada con el médico que tengo. Es muy amable, como si fuera un hijo mío”. El País descubría hoy posible sobornos a profesionales para poner las prótesis de Traiber.

“Me parece muy mal que hayan podido recibir soborno, ya estamos cansados de ladrones en base a la salud. Conozco otros casos peores, pero no quieren denunciar. De hecho, yo he dado el paso porque me ha animado mi familia, teniendo en cuenta que el médico siempre se ha portado muy bien conmigo”. Son palabras de Carmen García, quien cree que si las acusaciones son ciertas, “no hay perdón de dios, no se puede jugar con las vidas de las personas y su sufrimiento. Tengo mucha rabia”. Esta reusense relata con angustia su calvario: “he tenido que hacer rehabilitación dos veces, he ido a dormir y al no tener fuerza en las piernas me he quedado colgando, gritando como una desesperada a mi marido para que viniera corriendo y me pusiera la pierna en la cama”.

Días después de la operación en la rodilla izquierda, Carmen García notó que tenía la pierna muy hinchada, un hecho que le provocó estar más días ingresada en el Hospital de Sant Joan de Reus. Posteriormente, comenzó a tener fuertes dolores de espalda y cadera y los médicos descubrieron que debido a la implantación de la prótesis, la pierna izquierda le había quedado tres centímetros más corta que la otra. Con el objetivo de subsanar esta situación, que no se sabe si proviene de la propia operación o de la prótesis en sí misma, los médicos le estiraron la pierna. Pero el remedio fue peor que la enfermedad. Con el movimiento, la prótesis se salió de lugar y ahora tiene dolores más fuertes.

“El médico me ha dicho que una esquina de la prótesis está rota y que el otro está en muy mal estado, así que cuando me rasque hueso con hueso ya me tendrán que volver a operar”. Será la cuarta vez que esta reusense tenga que pasar por el quirófano debido a sus rodillas. Cuando se haga la nueva cirugía, su abogado, Emilio Ortiz, irá al Hospital de Sant Joan para recoger la prótesis y comprobar su estado. El objetivo de Ortiz es tener el máximo de información posible para poder presentarla en el proceso penal del caso Innova y conseguir unas indemnizaciones económicas.

A estas alturas, esta afectada por Traiber puede caminar “porque llevo una cuña y el desequilibrio lo tengo muy controlado, pero cuando mi rodilla izquierda dice basta, no tengo nada que hacer”. “No puedo agacharme ni doblar la rodilla como es debido. Tampoco puedo subir escaleras...”. Son algunas de las secuelas por esta reusense, que a pesar de todo, y a las puertas del Hospital de Sant Joan de Reus para visitarse del estómago, mantiene una actitud positiva y vitalista. 'Si no se encuentra segura, coja un bastón', le dijeron los médicos. “Yo no soy una vieja, hombre”, contestó Carmen García.

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