La Alianza Contra la Pobreza Energética avanza con el asesoramiento colectivo
“Yo soy cartera, reparto certificados y notificaciones, y veo gente que se encuentra con problemas, sobre todo gente mayor que no sabe qué puede hacer, y he venido aquí para saber cómo puedo ayudarles”. Se encuentra entre la treintena de personas que se han reunido este martes en la sede de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona en la primera sesión de asesoramiento colectivo de la Alianza Contra la Pobreza Energética.
Esta plataforma se puso en marcha hace unos meses para coordinar la labor de entidades tan diversas como la Confederación de Asociaciones de Vecinos, las asambleas de parados, la PAH, Frente Cívico, Agua es vida, la Unión de Consumidores de Catalunya y la Red para la Soberanía Energética. Tienen en común la defensa de los derechos de las personas que, por su situación económica, no pueden seguir pagando los suministros básicos (agua, luz y gas) y corren el riesgo de sufrir cortes.
“Hasta ahora hemos estado trabajando en un plano más general, con instancias a los ayuntamientos y a las compañías, pero queremos llegar a las personas que realmente están sufriendo esta situación para darle respuesta”, explica Tatiana Guerrero, activista de la PAH, ante la asamblea. La verdad es que la Alianza ya trabajaba casos concretos de personas de las diversas entidades que forman parte, como algunas de las que estaban presentes en la ocupación de una sucursal de Endesa. Su objetivo, sin embargo, es ir más allá.
Isabel, vecina de Baró de Viver, uno de los barrios más pobres de la ciudad, cuenta que a ella le llegaron a cortar la luz. “Estuve tres días sin luz y fui a la asistenta social pero me dio cita para un mes después, y yo no podía estar hasta el 15 de julio sin luz”, explica. Tuvo la suerte de que una vecina, activista de la PAH, le explicó que podía reclamar a la compañía después de la negociación entre la Alianza y Endesa, que le volvió a dar de alta la luz.
Soluciones de urgencia
Tatiana explica a los asistentes qué soluciones de urgencia pueden encontrar a sus problemas. “Las compañías de agua son las que han dado más pasos, porque como el agua es competencia municipal, tienen mucho miedo de que podamos municipalizar la gestión como ya se está haciendo en algunos municipios”, explica.
Endesa ha puesto a disposición de las personas en situación de vulnerabilidad cinco puntos de atención en toda Catalunya después de la ocupación de la Alianza. En cambio, aseguran que negociar con Gas Natural es más difícil.
El caso de Justa, vecina de Sant Adrià, es paradigmático: “A mí lo del agua me lo arregló la asistenta social y no tengo que pagar hasta mayo de 2015. En Endesa me preguntaron si me iba bien pagar 20 euros al mes, y dije que sí aunque es aplazar el problema, porque el próximo mes me llega otra factura y tendré que volver a aplazar. En cambio, con el gas no ha habido manera, y además la deuda la gestiona una asesoría, que me llama y me dice de todo. Me han dicho que me cortarán el suministro pero aún no han puesto fecha”.
Justa no ha tenido que sufrir ningún corte, pero va acumulando una deuda mientras no puede pagar las facturas para su familia, que con cuatro criaturas, vive con poco más de 400 euros al mes. Em la Alianza tienen claro que se trata de una solución provisional para evitar un mal mayor, pero no están ni mucho menos satisfechos con esto. Ahora, esperan seguir creciendo con encuentros quincenales y los asistentes al primer encuentro han salido cargados de octavillas para hacer difusión, sobre todo la cartera.