Aragonès se despide del Govern y presume del pacto fiscal con el PSC como la mayor conquista en 40 años
El president en funciones, Pere Aragonès, ha realizado la que previsiblemente será su última comparecencia en el cargo. Lo ha hecho una vez finalizada la reunión del Consejo Ejecutivo y mientras el president del Parlament, Josep Rull, sigue reuniéndose con los grupos parlamentarios como paso previo a la investidura de Salvador Illa. Aragonès ha aprovechado para sacar pecho de su obra de gobierno que, asegura, ha conseguido “dejar un país mejor, mas prospero, con mas cuotas de libertad política y mas feminista”.
El president también ha aprovechado para presumir del acuerdo entre ERC y el PSC, que no ha sido responsabilidad del Govern, sino de las negociaciones llevadas a cabo entre partidos. Aragonès ha asegurado que el pacto fiscal que garantiza un modelo de financiación singular para Catalunya es “el paso adelante más importante para la soberanía desde la recuperación de la Generalitat tras el franquismo”.
Asegura que este acuerdo ha sido la guinda del pastel de un mandato que se ha destacado por una profundización en la negociación con el Estado que ha permitido, dice, “dejar atrás la represión y tener las mayores cuotas de autogobierno”. Así, ha destacado las negociaciones que han permitido la eliminación del delito de sedición, la ley de amnistía y los indultos como fruto de esta negociación.
El president ha reivindicado que su objetivo final sigue siendo la independencia y ha negado que estos pactos con el Estado supongan el fin del conflicto. Al contrario, ha asegurado que la meta es un referéndum pactado. “El camino a la independencia no es recto, plano ni fácil. Será un trabajo extraordinario, pero se hará con herramientas mucho mejores que las que había cuando nosotros llegamos al Govern”, ha asegurado.
Preguntado por la probable detención de Puigdemont si vuelve a Catalunya para asistir al pleno de investidura, Aragonès ha apuntado que espera que su regreso “se pueda dar en libertad”. “La decisión de volver es de Puigdemont y no puedo interferir, así que trabajaremos para que vuelva con las garantías que establece la ley de amnistía, pero sabiendo que aquí es el Tribunal Supremo quien toma las decisiones”.
El president ha dejado sin responder la pregunta sobre si se debería suspender el pleno en caso de que Puigdemont sea detenido y no pueda participar en el mismo y tampoco ha querido aclarar si ERC cambiará su sentido de voto en ese caso. “La amnistía tiene enemigos poderosos, pero estaremos atentos para defender su plena aplicación”, se ha limitado a responder.
Cuando el socialista le tome el relevo -en un pleno que tiene muchas posibilidades de celebrarse este jueves- Aragonès también abandonará su asiento como diputado. El día después de las elecciones del 12 de mayo, anunció que tras la investidura dejaría la primera línea política. Esa decisión, asegura, no ha cambiado, aunque no cierra la puerta del todo a volver a ejercer un cargo público. “No sé si volveré, pero ahora necesito un descanso”, ha zanjado.
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