Los autónomos se movilizan tras décadas de fragmentación: “Estamos agotados”
“De seguir así, llegará un punto en el que no me saldrá rentable trabajar”. Lo afirma Montse Sala, trabajadora autónoma en el sector del diseño. Esta barcelonesa destacaba recientemente en una manifestación en plaza Sant Jaume las dificultades para abrir y mantener un negocio propio de cualquier tipo. “El dinero que tienes que invertir para poder hacerte autónoma es un despropósito”, lamentaba.
En España, más de 3,3 millones de personas son autónomas y, según datos ofrecidos por Eduardo Abad, presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), de esos, unos 2,1 millones declaran ingresos por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI). A su vez, añade, unos 1,8 millones no llegan a los 900 euros mensuales.
“Es lógico que la gente se movilice, hay un descontento generalizado con el sistema, pero tenemos que poner todos nuestros esfuerzos en defender a los que están en una peor situación”, añadía Abad en referencia a las movilizaciones de autónomos del pasado 24 de marzo.
Autónomos de 17 ciudades españolas salieron a las calles a mediados de marzo para mostrar su desacuerdo con la primera propuesta del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que planteaba unas nuevas cuotas de autónomos según los ingresos reales en lugar de por elección. Tras la organización de estas movilizaciones se encuentra Lucha Autónoma, una plataforma que se define como “transversal e independiente” y que, según sus portavoces, que por ahora han preferido mantener el anonimato, “nace del descontento, la frustración y el sentimiento de abandono colectivo de los trabajadores autónomos por parte de las instituciones”.
Lucha Autónoma ha surgido de la organización de personas de distintos gremios a través de las redes sociales días después de conocer la primera propuesta del ministro Escrivà. Para poder llegar al mayor número de personas posibles, decidieron crear una cuenta de Instagram, una de Twitter y, además, un canal de Telegram que ya cuenta con más de 8.500 seguidores. Desde la organización aseguran que se han inspirado en otras plataformas ciudadanas como las de los pensionistas.
Tanto los asistentes a la concentración convocada en la Plaça Sant Jaume de Barcelona como los portavoces de Lucha Autónoma coincidían ese día en señalar que la propuesta de Escrivá ha sido “la gota que ha colmado el vaso” de una situación que siempre les ha parecido precaria. “Las personas que trabajamos por cuenta propia estamos agotadas, sabemos que somos un grupo social atomizado, pero también que nuestra mejor arma es la movilización pacífica”, rezaba el manifiesto de Lucha Autónoma.
Además de mostrar su rechazo a las nuevas cuotas, Lucha Autónoma reclama la equiparación de derechos laborales de los autónomos con los trabajadores por cuenta ajena –derecho a baja, a vacaciones y a descansar–, que las personas que facturen menos de 1.000 euros no tengan que pagar ninguna cuota, la cobertura social para imprevistos y claridad por parte de las instituciones “porque estas se deben a la clase trabajadora”.
Eduardo Abad, presidente de UPTA, advierte por su parte del peligro de caer en el populismo. “No podemos pedir no pagar la cuota de autónomos, lo que hay que reclamar es que se bajen las cuotas para aquellas personas que ganen menos, pero que se mantenga el mismo nivel de protección social”. Para él, las cuotas son fundamentales para garantizar prestaciones como las pensiones y, por eso, cree que las organizaciones cívicas han de centrarse en “mejorar las cosas para los de abajo y que los que ganan más sean los que más aporten”.
Miguel Porlan fue una de aquellas personas que se manifestó el pasado jueves 24 de marzo en Barcelona. Es ilustrador y trabajador autónomo desde hace 6 años y contaba, en declaraciones a elDiario.es, que llevaba años esperando a que la comunidad formada por los trabajadores autónomos diese un paso al frente y se movilizase. “Hasta ahora, nadie se decidía a tomar la iniciativa, pero sabía que acabaría apareciendo algo como Lucha Autónoma, los autónomos necesitamos hacer piña”, añade Porlan.
El ilustrador también explicaba que antes vivía y trabajaba en Francia, pero que hace un tiempo decidió instalarse en España a pesar de que, con frecuencia, tiene que darse de alta y de baja como autónomo según la demanda de trabajo que tenga porque esta es “bastante intermitente”. De todas maneras, afirma que trabajar sobre todo para clientes extranjeros le ayuda a tener una cierta estabilidad.
Joel Malaret, trabajador autónomo que se dedica a la personalización de ropa, destaca su incomprensión con respecto a la actitud de los organismos públicos: “No te ponen ninguna facilidad cuando empiezas como autónomo y, para mí, es un error porque nosotros somos el motor de la economía, si nosotros crecemos, podemos dar trabajo a otras personas”. En cambio, el arquitecto Raúl Gil subraya: “Los autónomos queremos lo mismo que cualquier otro trabajador: un sueldo digno que nos permita pagar el alquiler y llegar a fin de mes”. Y añade que, para eso, le parece fundamental no tener que pagar cuotas excesivas, pero también que los que más facturan paguen lo que les corresponde, en referencia al tramo más alto de las cuotas propuestas por Escrivá, que establece que los que cobren más de 4.050 euros paguen una cuota de 1.123 euros.
La mejora de las prestaciones por enfermedad o por embarazo fueron también una de las reclamaciones recurrentes de los autónomos movilizados en distintos puntos del país. La diseñadora gráfica Gemma Terol cuenta que en los 11 años que lleva siendo autónoma no ha percibido un empeoramiento repentino, sino que considera que la situación siempre ha sido “muy mala”. Hace un tiempo, Terol se rompió un brazo y de baja le pagaban 400 euros, mientras que de cuota debía seguir pagando 300 euros. En esa misma línea Gemma Pallàs, que trabaja como terapeuta y coach, destaca el desasosiego que le produce la posibilidad de ponerse enferma: “Si enfermo o me quedo embarazada sé que no me puedo coger la baja porque acabaría perdiendo dinero al tener que seguir pagando la cuota, el local y la página web”.
A la concentración de Barcelona también asistieron los hermanos Marc y Clara de Bustamante. Él es entrenador y nutricionista y resalta cuál es su principal preocupación: “Si un mes, por lo que sea, me va mal, pierdo dinero y creo que es ilógico tener que pagar por trabajar”. Los hermanos De Bustamante destacan, además, que se habrían hecho autónomos antes, pero que no les llegaba el dinero para llegar a fin de mes. “Queremos unas cuotas justas porque estamos asfixiados por todas las cosas que tenemos que pagar”, añade ella.
Desde otras plataformas de autónomos, como UATAE (Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores), han celebrado el surgimiento de plataformas como Lucha Autónoma, que “visibilizan la preocupación del colectivo hacia una reforma del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) que no cumpla con las expectativas hacia un sistema realmente justo y solidario, y que expresan la incertidumbre general en el momento actual”.
Fuentes de UATAE han asegurado que “todo suma para conseguir una reforma integral y justa del régimen de autónomos, de modo que se bajen las cuotas a quienes menos ganan y se las suba a los que más ganan, garantizando así un sistema de protección social fuerte para todos”. También han confirmado que UATAE ya ha tenido algún contacto con Lucha Autónoma y que esperan poder explorar vías de colaboración.
Por su parte, ATA (Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos), que está integrada por más de 250.000 autónomos asociados, considera que lo más efectivo es negociar con las instituciones y, por ello, se muestra más partidaria de esta vía que de las movilizaciones públicas. El presidente de UPTA coincide en que en el sistema hay cauces para poder debatir, negociar y cambiar un sistema que considera “insostenible”, porque “no puede ser que un quiosco pequeño en un entorno rural tenga la misma obligación de cotizar que un notario de la Plaza Cibeles de Madrid”.
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