Barcelona aprovechará el frío residual de la industria y lo usará para climatizar edificios en una área de 15 millones de m2
La ciudad de Barcelona empezará a aprovechar el frío sobrante de la planta regasificadora para climatizar edificios e industrias cercanas a partir de 2023. Este proyecto es llevado a cabo por la red Ecoenergías Barcelona, empresa participada por el Ayuntamiento de Barcelona, Veolia y Copisa. Se trata de una iniciativa pionera en Europa, que beneficiará a diversas industrias y a más de 300 viviendas.
La planta regasificadora, propiedad de Enagás, convierte el gas natural licuado que llega a través de barcos cargueros en gas apto para la distribución, elevando su temperatura con el agua del mar y convirtiéndolo a su estado gaseoso. De resultas de esta operación se generan hasta 18 MW de energía, el equivalente al consumo mensual de 6.700 hogares, que hasta ahora se perdían en el mar.
La nueva planta de Ecoenergías, que estará lista en 2023, recogerá este frío y lo transportará a través de redes de climatización que conectan edificios residenciales y de servicios o industriales del barrio de la Marina, el Puerto, la Zona Franca, el recinto de La Fira y una parte del Hospitalet de Llobregat. En total son 15 millones de m2 que se verán beneficiados de la distribución de este frío residual que puede estar tanto a -20ºC (para usos industriales) como a +5ºC (para climatización).
El proyecto cuenta con una inversión de 41 millones de euros y convertirá a la red Ecoenergías en la primera de España en ofrecer frío residual como fuente energética. Esta nueva planta se suma así a la Central de Energías de la Zona Franca, que es donde, además de distribuir y gestionar el frío, también se gestiona el calor residual.
“Es una iniciativa muy cara, pero nuestra intención es conseguir que sea eficiente en términos económicos y ecológicos”, ha dicho Eloi Badia, concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica. El proyecto, hasta ahora, ha tenido un coste de 70 millones de euros. “No sólo se trata de poner paneles solares o promover la rehabilitación de los edificios. Afrontar el cambio climático también es no desperdiciar ni una gota de energía”, ha añadido Badia.
Así como el frío residual provendrá de la planta regasificadora, el calor proviene de 24.000 toneladas de biomasa anuales de los restos de poda de Parques y Jardines de Barcelona y astillas de madera procedentes de trabajos forestales. Juntando ambos trabajos, la red Ecoenergías será capaz de ahorrar 23.000 toneladas de CO2 anuales, equivalentes a sacar de la circulación unos 40.000 vehículos.
Al tratarse de plantas centralizadas, que distribuyen la energía a diversos puntos, se genera un sistema un 30% más eficiente que soluciones de reaprovechamiento de energía individuales. “Estamos hablando de tenemos una única caldera y un único dispensador de frío para 15 millones de m2. Es una hazaña que queremos ser capaces de replicar en otros puntos de la ciudad”, ha remachado el concejal.
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