El Ayuntamiento de Barcelona ha pedido al Departamento de Salud que reabra el centro contra las infecciones de transmisión sexual y tuberculosis del Raval cerrado debido a la segunda ola. Los profesionales de este servicio fueron trasladados al Hospital Vall d’Hebron, del que dependen, para reforzar la lucha contra la COVID-19, pese a las quejas de colectivos como el LGTBI y algunos expertos en salud pública.
La presión ha aumentado esta semana al convocar las entidades Crida LGTBI y Atzagaia una protesta frente al edificio cerrado, en la calle Sant Oleguer, para exigir su reapertura y una atención a la salud sexual “pública, universal y libre de estigmas”. A ello se le ha sumado este jueves el consistorio, que ha tachado de “muy preocupante” que la unidad siga cerrada.
“Hemos pedido repetidamente y por distintas vías su reapertura inmediata al Departamento de Salud”, señalan fuentes municipales. “La suspensión de estos servicios puede suponer un aumento en el retraso diagnóstico de estas enfermedades infecciosas y un aumento de los casos que se podrán ver a largo plazo”, abundan.
La unidad, denominada oficialmente Centro de Salud Internacional y Enfermedades Transmisibles Drassanes, es un servicio de referencia y pionero en infecciones de transmisión sexual (ITS), tuberculosis y salud comunitaria. Entre sus programas más destacados está el de detección rápida y anónima de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. Tampoco es casual su ubicación en el Raval, donde se encuentra una parte importante de potenciales usuarios en riesgo.
Desde que se cerró el 26 de octubre y se trasladó a su cincuentena de profesionales al Hospital Vall d’Hebron, desde este hospital han defendido que era lo adecuado para hacer frente a la segunda ola, y que de todas formas se mantenía el mismo servicio, ahora desde allí. Sin embargo, profesionales, expertos y colectivos afectados denunciaron que no solo se había reducido significativamente la actividad, sino que se alejaba de la zona, el Raval, donde es más eficaz.