El gobierno de Barcelona ha vuelto a demostrar este miércoles su voluntad de aprobar el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT) a toda costa. La presión por tirar adelante el PEUAT en el pleno de este enero –antes del fin de la suspensión de licencias de hoteles del plan de usos del barrio de Gracia, en marzo– ha obligado al ejecutivo de Colau a mirar con buenos ojos las propuestas de la oposición para asegurarse el 'sí'.
La teniente de alcalde de Ecología y Urbanismo, Janet Sanz, no ha dudado en elogiar este miércoles por la tarde, de forma entusiasta, el resto de partidos del pleno en rueda de prensa. El objetivo, según ha confesado Sanz, es cerrar los flecos que separan la propuesta del gobierno con la de los grupos de la oposición, que se divide básicamente entre los grupos que quieren flexibilizar el plan o los que lo quieren endurecer.
Las palabras de Sanz se suman al mensaje de urgencia de la alcaldesa también este miércoles: “O ponemos orden [al turismo] o vamos al caos”, ha dicho Colau sobre la necesidad de aprobar el plan.
Sea como sea, el gobierno de Colau tiene claro que si quiere esquivar el fin de la moratoria a Gracia con un PEUAT que ponga freno al turismo abusivo, hay que correr. Para que el PEUAT pueda aprobarse en el próximo pleno, es necesario que se apruebe primero en comisión –la semana que viene– y que pase por comisión de gobierno el jueves. Si no, se deberá dejar para el mes de febrero, probablemente, en convocatoria extraordinaria.
Pese al elogio del gobierno hacia los partidos de la oposición por sus “aportaciones al plan y la voluntad de diálogo” –ha destacado Sanz, el 'sí' al plan no está asegurado por ahora. El grupo que más exigencias pone sobre la mesa es ERC.
El 'no' a la consulta de ERC
Los republicanos han planteado dos condiciones principales para apoyar el PEUAT. Esquerra ha exigido la celebración de una consulta ciudadana sobre tres hoteles proyectados en zona 1 –las ubicaciones más saturadas desde el punto de vista turístico– y un plan de choque contra los apartamentos turísticos ilegales, con un mínimo de 100 inspectores y un calendario concreto.
Por su parte, Janet Sanz no ha tardado en descartar la primera de las exigencias (la consulta), alegando “arbitrariedad” en la elección de los tres hoteles sobre los que preguntar. Por el contrario, Sanz ha alentado a ERC a abrir una mesa para fortalecer el plan de choque contra los apartamentos turísticos, una opción que el gobierno ya empezó a poner en práctica este verano.
Esquerra no ha sido el único partido que se ha mostrado partidario a lo largo de la negociación de endurecer el plan. La CUP también ha apostado estos días por incentivar la reducción de plazas hoteleras en las zonas más saturadas y ha anunciado que no le dará apoyo al PEUAT si se mantiene tal como está. Las líneas rojas de los anticapitalistas pasan porque barrios como Hostafrancs, Poble Nou o Sant Antoni pasen a formar parte de la Zona 1.
Ciutadans, CiU y PP, por un plan más flexible
Si bien Colau ha intentado buscar el pacto por el PEUAT con las formaciones de izquierda de la cámara, ante las objeciones de éstas no ha descartado abrirse a negociar con el resto del pleno. Las opciones son limitadas, eso sí: CiU, PP o Ciutadans han visto el PEUAT de Colau como un plan que provocará la desinversión y que afectará negativamente a la economía de la ciudad. La última de estas formaciones, Ciutadans, ha sido especialmente beligerante con el gobierno la ciudad.
Los naranjas han hecho una serie de propuestas específicas ante las que Colau se ha mostrado lejana. La líder de Ciutadans en el Ayuntamiento, Carina Mejías, explicó, días atrás y en rueda de prensa, que su grupo pide que el PEUAT incluya la excepcionalidad de poder hacer planes urbanísticos específicos, además de una flexibilización tanto de la delimitación de las zonas como de las densidades de alojamientos.
Una inversión “valiente y firme”
Este mismo miércoles diferentes entidades en defensa de un turismo sostenible y del derecho a la vivienda han pedido a los partidos del Ayuntamiento de Barcelona, mediante un manifiesto y una campaña (bajo el hashtag #NoEnsFaranFora, no nos echarán) que tiren adelante un PEUAT más restrictivo por la presión turística que tiene Barcelona.
La asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible (ABTS), la PAH Barcelona, el Observatorio DESC o el Grupo Promotor del Sindicato de Inquilino y alquilados, entidades impulsoras del manifiesto, han destacado que el proyecto presentado por el gobierno municipal es “insuficiente”. “A pesar de congelar el crecimiento en algunas áreas, deja otras abiertas a la especulación y permite el crecimiento de plazas turísticas en el conjunto de la ciudad”, ha asegurado el texto promovido por las entidades, que lamenta que el PEUAT de Colau podría autorizar –por flexible– la construcción de entre 80 y 120 nuevos hoteles en Barcelona.