Barcelona incumplió de nuevo en 2019 los niveles de contaminación por dióxido de nitrógeno

Barcelona ha incumplido los niveles de contaminación fijados por la UE desde que estos empezaron a considerarse vinculantes, en 2010. Año tras año, la capital catalana ha constatado que las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) de la ciudad, los gases que expulsan sobre todo los vehículos diésel, infringen la legislación europea. 2019 no fue una excepción, según los datos facilitados este lunes por el Departamento de Territorio y Sostenibilidad, a la espera de que la Zona de Bajas Emisiones, vigente desde el 1 de enero de 2020, pueda corregirlo.

Una vez más, las dos estaciones de tráfico que hay en Barcelona –Eixample y Gràcia-Sant Gervasi– han superado de media anual los 40 microgramos por metro cúbico (μg/m3) de NO2 que establece la normativa comunitaria. La primera con 50 y la segunda, con 44, respectivamente. La tendencia en ambos casos es a la baja desde hace algunos años, aunque la reducción es tan mínima (menos del 4% en comparación con 2016) que se podría explicar por los factores meteorológicos.

El resto de estaciones de medición, tanto de la primera como de la segunda corona de la ciudad –en total son 30– sí han registrado valores dentro de lo permitido. Desde la conselleria de Territorio y Sostenibilidad celebran que sea así desde 2018, cuando por primera vez bajaron por debajo de los 40 μg/m3 de dióxido de nitrógeno los puntos de captación de Sant Andreu de la Barca y Mollet del Vallès, cercanos a las arterias de entrada y salida de la Barcelona A-2 y la C-17, respectivamente.

Pese a que los datos de 2019 deberían suponer un nuevo correctivo para la administración, esta vez todas las miradas están puestas ya en 2020, el año en que ha entrado en vigor en Barcelona la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que veta el acceso a la ciudad a todos los vehículos sin distintivo ambiental de la DGT, es decir, los más contaminantes. El principal objetivo de esta restricción, que ahora cumplirá tres meses en marcha, es reducir las emisiones de NO2 y de micropartículas PM10.

Los efectos de la medida son sin embargo una incógnita a día de hoy. No solo porque todavía no se han facilitado datos sobre la calidad del aire durante este período, sino porque todavía no se multa a los que infringen la ordenanza. Las sanciones se empezarán a imponer a partir del 1 de abril. Según el concejal de Transición Ecológica del Ayuntamiento, Eloi Badia, se ha reducido en un 50% el número de vehículos sin etiqueta que circulan por Barcelona. Ahora son unos 85.000 los que han detectado las cámaras del consistorio, una cifra que con las sanciones debería reducirse, aunque quedarán todavía los vehículos con moratoria hasta 2021, principalmente furgonetas, autocares y camiones y los coches de trabajadores que ingresen menos de 8.000 euros al año. 

En cuanto a los picos horarios de contaminación, algo poco frecuente en Barcelona, no se registró ningún incumplimiento, con lo que no se tuvo que declarar ningún episodio de alta contaminación por dióxido de nitrógeno en 2019.