Barcelona prohíbe la apertura de nuevos supermercados fantasma en toda la ciudad
El Ayuntamiento de Barcelona prohíbe la apertura de nuevos “supermercados fantasma” en la ciudad y solo permitirá que se instalen macrococinas en suelo industrial. Así lo establece el nuevo plan de usos para regular este tipo de actividad, cuya aprobación se ha hecho pública este viernes.
La nueva regulación no supone el cierre de las cocinas ni supermercados fantasma que ya existen. El plan también regula el reparto a domicilio de los bares y restaurantes, una actividad que se ha expandido durante la pandemia. Todos los locales tendrán que pedir un permiso para el reparto y tendrán dos años para conseguirlo a partir de la aprobación definitiva del plan, prevista de aquí en un año. Los restaurantes más grandes o en espacios verdes tendrán que habilitar espacios para los repartidores.
La Comisión de Gobierno de Barcelona ha aprobado inicialmente un plan especial de usos de actividades vinculadas al reparto a domicilio con el objetivo de “poner orden” al auge que han vivido estos negocios los últimos meses y “proteger” el modelo comercial de proximidad y la vida cotidiana de los vecinos, ha destacado la teniente de alcaldía de Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, en rueda de prensa. “No queremos negocios fantasma en nuestra ciudad. Es una actividad que no se permitirá en los barrios ni en la ciudad cotidiana”, ha señalado.
“Ahora mismo, con las reglas de juego que tiene Barcelona, lo que podemos hacer es decir que no tendremos más supermercados fantasma; de cocinas, pocas y lo más alejadas posible de la trama urbana y que el resto de actividades tendrán que tener una internalización de lo que supone tener unas flotas de repartidores, que tienen que tener unos derechos garantizados, como poder ir al lavabo y sentarse”, subraya Sanz.
La edil de Comercio, Montserrat Ballarín, ha afirmado que el consistorio no podía taparse los ojos ante estos nuevos “fenómenos fantasma” que se aprovechan de la carencia de regulación para “invadir las aceras; abrir sin límite horario; no competir con las restricciones de los comercios físicos, por ejemplo a la hora de vender bebidas alcohólicas, y con un modelo basado en unos trabajadores que a menudo están en condiciones de precariedad”.
El plan, que se ha trabajado con el grupo municipal de ERC, prohíbe los supermercados fantasma en toda la ciudad y limita las macrococinas a las zonas industriales alejadas de viviendas, en calles con una anchura mínima de 25 metros y separadas en un radio de 400 metros de distancia respecto a otros establecimientos del mismo tipo. En la práctica, significa que se podrán abrir “pocas”, ha dicho Sanz, y solo en las áreas industriales de la Zona franca o el Besòs. Tampoco se podrán implantar nuevos almacenes temporales de mercancías no peligrosas abiertos al público, que son espacios con taquillas donde dejar equipajes, bolsas, maletas o similares y que acostumbran a tener usos turísticos.
La nueva regulación no puede cerrar los negocios que se abrieron antes de que el Ayuntamiento de Barcelona suspendiera la concesión de licencias ahora hace un año para regular el sector. Las que no podrán abrir serán las macrococinas que se estaban planeando en los barrios de Les Corts y Sant Martí, dos macroproyectos que quedaron parados entonces y que habían generado la oposición de los vecinos. El consistorio desconoce cuántos supermercados y cocinas fantasma hay en la ciudad actualmente.
Las macrococinas, conocidas como 'dark kitchen' o cocinas fantasma, agrupan varias cocinas industriales en espacios normalmente grandes y opacos, solo dedicados a hacer pedidos para repartir, mientras que los 'black stores' o supermercados fantasma son almacenes de alimentos donde se preparan las compras en línea para entregarlas a domicilio.
La propuesta del plan ordena tres tipos de actividades principales: las cocinas industriales y/o agrupadas (cocinas fantasma), que hasta ahora no estaban tipificadas; los supermercados y almacenes fantasma, que se establecen como nueva tipología, y los establecimientos de platos preparados, ya regulados, ha indicado la gerente adjunta de Urbanismo, Laia Grau.
Para los establecimientos de platos preparados, se limita el número de nuevos locales en un radio de 100 metros y, además, los de más de 100 m² no podrán ubicarse en calles de menos de 7 metros de ancho ni superar los 300 m².
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