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La Barceloneta batalla por su futuro

“La etiqueta de barrio de pescadores queda muy bien, pero los pescadores somos siempre los últimos de la fila”, asegura el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Barcelona. El pasado verano los vecinos de ese barrio de pescadores, la Barceloneta, tomaban las calles durante un mes –y ocupaban informativos y portadas de diarios– para protestar contra la masificación turística y la consecuente degradación del barrio. Casi un año después de las sonadas protestas, las entidades del barrio presentan el proyecto Barceloneta Proa a la Mar, que agrupa entidades vecinales, sociales, educativas, profesionales y agentes económicos para trabajar para un futuro digno para los vecinos y vecinas.

Se trata de un plan integral, impulsado desde abajo por la comunidad para dinamizar la economía local, mejorar las oportunidades de empleo y el éxito educativo de los jóvenes. Tampoco parten de cero, sino que reivindican los resultados del primer año del Punto de Información y Orientación Laboral (PIOL) de la Barceloneta. Trabajando con empresas y comercios del entorno se han generado 400 puestos de trabajo para 600 personas atendidas.

Y todos los objetivos del plan los quieren cumplir con el mar como eje vertebrador. A nivel de empleo, Patricia Giménez, del Consorcio El Far, asegura que “el barrio está sufriendo mucha transformación a nivel náutico y queremos que la gente esté bien formada para poder acceder a estos trabajos”, añade. Es por eso que quieren potenciar la formación –tanto para jóvenes como para adultos– en los trabajos relacionados con el sector náutico.

También en el sector educativo reivindican el mar, “como eje transversal en todas las escuelas e institutos”, dice Carlos Saura, del INS Narcís Monturiol, que confía en despertar el interés de los jóvenes por estas profesiones. “Tenemos que animar a los alumnos a que continúen sus estudios después de los 16 años”, apuntó el docente. “Los centros debemos estar en este pacto, porque tenemos que trabajar por el barrio y dar herramientas para la inserción”.

Anna Lite, técnica del Plan de Desarrollo Comunitario de la Barceloneta, asegura que al Ayuntamiento no le piden “un liderazgo político, porque esto lo está impulsando la comunidad desde abajo, pero sí que destine recursos, sean económicos o de personal” para poder sacar adelante este proyecto.

Las entidades tampoco se olvidan del turismo. Reclaman una participación ciudadana vinculante en la planificación turística, que la tasa turística se reinvierta en las necesidades sociales del barrio, y también otro modelo. “Se ha planteado dinamizar rutas turísticas llevadas por gente del barrio, para contar la historia de la Barceloneta y también la vulnerabilidad del barrio”, apuntó una combativa Pepa Picas, de la Asociación de Vecinos de La Ostia.