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Catalunya impondrá cuarentenas para todos los alumnos de la clase donde se detecte un positivo por COVID

Alumnos del instituto-escuela Sant Jordi de Navàs (Barcelona), al final del curso pasado

Arturo Puente

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La vuelta a la escuela constituye uno de los mayores retos en la gestión de la pandemia durante los próximos meses. La Generalitat de Catalunya quiere priorizar la presencialidad y dejar atrás las clases telemáticas en la medida de lo posible, para lo que han presentado un protocolo que pretende clarificar tanto los requisitos para acudir a las escuelas como la reacción que debe darse cuando se detecten casos positivos o sospechosos. Entre las respuestas que se han diseñado se prevé imponer cuarentena de 14 días de aislamiento a todos los alumnos que compartan clase con personas confirmadas como positivos por COVID, además de realizarles a todos ellos pruebas PCR.

Las autoridades educativas tienen claro que, entre los 5.455 centros que deben reabrirse a lo largo del territorio catalán, acabará habiendo casos de coronavirus. “En la actual situación de pandemia que se encuentra toda Europa, es evidente que habrá incidencias en el día a día”, ha explicado el conseller Josep Bargalló, “lo que necesitamos es estar preparados se tener claro el circuito y cómo actuar ante las incidencias y en la resolución de los casos”. En este sentido, el protocolo presentado pretende ser una guía tanto para educadores y personal de los centros, como para las familias y los propios alumnos.

Precisamente serán estas, las familias, en quienes recaiga la responsabilidad de garantizar que los alumnos cumplen los requisitos sanitarios para acudir a los centros, que deberán firmar un documento de compromiso. “La familia o tutores deben verificar, antes de ir a la escuela, el estado de salud de su hijo o hija y comprobar que no tenga elevación de la temperatura superior a 37,5ºC ni la nueva aparición de ningún otro síntoma de la tabla de síntomas”, afirma el documento aprobado por Educació, que establece una lista de hasta 15 síntomas, dependiendo de si el alumno es mayor o menor de 14 años.

A partir de esta primera garantía, ofrecida por los padres, será la propia escuela quien pueda detectar sintomatología de los alumnos o gestionar casos ocurridos dentro de una clase. Para ello, cada escuela estará asignada a un centro de atención primaria y a un equipo médico concreto, con quienes mantendrán un contacto estrecho en caso de necesidad. El departamento ha dispuesto además que las direcciones de los centros reciban formación básica sobre la gestión de los casos de coronavirus.

El protocolo da indicaciones precisas sobre quién debe aislarse y cuándo. El grupo básico es la clase habitual (grupo de convivencia estable, según la denominación del documento, que incluye a alumnos y algunos profesores), que quedará aislada y en cuarentena durante 14 días en el caso de que haya uno o más miembros confirmados como casos positivos de COVID-19 por PCR. Si se da esta situación se realizarán test a toda la clase, pero la cuarentena continuará para todos ellos aunque las pruebas sean negativas para el resto de los alumnos. En cambio, no se aislará a la clase completa mientras el caso sea solo sospechoso, aunque sí se aislará al afectado, al igual que a sus familiares convivientes. Tampoco deberán aislarse los familiares de un alumno que comparta clase con un positivo.

Más allá del grupo de convivencia estable, es decir, cada alumno con su clase, las relaciones entre los menores deberán establecerse siempre bajo las medidas de seguridad habituales: distancia de seguridad y mascarilla. Será así, por ejemplo, en el momento de las entradas y salidas del centro, la movilidad por los espacios comunes o la salida al patio. Respecto al personal docente, el protocolo establece que entre los profesionales no haya grupos de convivencia estables, por lo que siempre deberán mantenerse la distancia y la mascarilla.

El cierre de una escuela solo se planteará en el caso de que haya dos casos positivos en diferentes grupos y diferentes casos del centro. Si se da esta situación, el equipo directivo de la escuela podrá reclamar la clausura durante 14 días y será el departamento de Salut en último caso quién lo autorizará en base a los datos epidemiológicos. “Hemos hecho este protocolo para tener abiertas las escuelas, no para cerrarlas a la primera de cambio, aunque este escenario no se pueda descartar”, ha asegurado el director general de Salut, Marc Ramentol.

“La principal meta del departamento de Educació es garantizar la seguridad en la vuelta a la escuela”, ha explicado el conseller. “Las escuelas no son amplificadores pero sí viven en un contexto de transmisión. Lo que queremos trasladar es que escuela es, en todo caso, un elemento de seguridad en este contexto de posible transmisión”, ha remachado Bargalló.

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