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Los comuns caen a su peor resultado pero serán claves para formar un govern liderado por el PSC

La candidata de los comuns, Jéssica Albiach, acompañada por el ministro de Cultura, Ernst Urtasun, y por la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau.

Alberto Ortiz

12 de mayo de 2024 23:19 h

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Comuns Sumar, la coalición que agrupa a la izquierda transformadora no independentista en Catalunya, ha registrado este domingo su peor resultado en unas autonómicas desde que nacieran las confluencias al calor de la irrupción de Podemos. La candidatura liderada por Jéssica Albiach pasa de 8 a 6 escaños pero el nuevo parlamento les brinda la posibilidad de entrar en un govern liderado por el PSC. Una hipótesis que depende ahora de la voluntad de los 20 escaños de ERC.

Salvador Illa podría encabezar con estos resultados un govern progresista apoyado por los independentistas catalanes y los de Albiach, bien en solitario, bien integrando a alguna de las dos fuerzas o a las dos. Si se confirmase este escenario, que depende únicamente de si ERC la apoya o fuerza una repetición electoral (o lleva al PSC a buscar un complicado acuerdo con Junts), supondría un soplo de aire para los comuns a pesar de sus malos resultados. 

“No son los resultados que esperábamos, pero una nueva etapa de izquierdas en Catalunya es posible”, ha defendido Albiach en su mensaje tras conocer el veredicto de las urnas. “Somos imprescindibles, hacemos una llamada a todas las fuerzas de izquierda para construir juntas este govern”, ha dicho, al tiempo que ha puesto como prioridades la sanidad y la educación pública, la vivienda y la “transición ecológica justa”, un esquema que ha visto imposible con una opción “sociovergente”, como ha calificado un posible pacto entre PSC y Junts. 

Albiach ha afirmado que ya le ha transmitido a Illa su voluntad de formar un gobierno progresista. “Está claro que podemos tener diferencias pero ante el ascenso de la derecha y de la extrema derecha las personas progresistas esperan que nos sentemos y nos pongamos de acuerdo. No fallaremos, estaremos ahí para hacer posible este gobierno de izquierdas”, ha insistido la candidata de la coalición, que al 99% escrutado sumaba 180.745 y un 5,81% de los votos. 

Los seis escaños de los comuns no son solo el peor resultado de la coalición desde su nacimiento. Hay que remontarse a 1999 para encontrar un desempeño tan malo de la izquierda no independentista. Entonces, la ICV de Rafael Ribó cosechó tres escaños. En las dos últimas elecciones, los comuns habían encontrado un suelo de ocho escaños. 

Los comicios de este domingo confirman además que la coalición, que se presentaba por primera vez sin Podemos, es hoy por hoy un fenómeno eminentemente barcelonés. Hasta ahora, los comuns habían conseguido al menos un escaño en Tarragona, que en esta ocasión se les escapa. Precisamente en la provincia donde está prevista la construcción del macrocasino del Hard Rock.

Los comuns tumbaron los presupuestos del Govern de Pere Aragonès y forzaron el adelanto electoral por la oposición a este proyecto, que habían puesto como línea roja. Este proyecto será previsiblemente uno de los principales puntos de las conversaciones que mantengan con el PSC si Illa está dispuesto a intentar ese govern progresista. 

Aunque los resultados son malos, los comuns han conseguido sobreponerse a la tendencia que dibujaron algunas encuestas durante la campaña. A mitad de la carrera los sondeos les colocaron en una posición delicada, en horquillas de cuatro a cinco escaños. Un escenario que consiguieron revertir en la última semana a partir de los debates y un ligero cambio en la estrategia. En los discursos del cierre, todos los mensajes fueron encaminados a alertar de un posible pacto del PSC con Junts. 

“¿Hemos escuchado a Illa. ¿Quiere pactar con Junts, que son los que aniquilaron los servicios en Catalunya? Los aspectos más graves de esa reforma laboral del PP, ¿sabéis quién los incorporó? Convergencia. Los mismos que hoy son Junts”, dijo la vicepresidenta segunda de Gobierno, Yolanda Díaz, en el acto de cierre, en Cornellá. La líder de Sumar viajó esta campaña hasta en tres ocasiones para arropar a la coalición catalana. 

La candidatura de Albiach trató de reivindicarse como la opción segura para un próximo govern de izquierdas que ahora, con esta mayoría, puede ser una realidad. Los comuns empezaron la campaña atravesados por su negativa a apoyar el Hard Rock. Y a partir de esa decisión han construido una campaña basada en sus banderas tradicionales: las políticas de vivienda, el eje verde alrededor de la movilidad sostenible y su negativa a proyectos como el Hard Rock o la ampliación del aeropuerto del Prat y la defensa de los servicios públicos.

Sumar piensa en las europeas

El resultado de los comuns se ha seguido con atención en la sede de Sumar, en el barrio madrileño de La Latina. La coalición que lideran Albiach, Ada Colau y Candela López es el principal aliado del proyecto de Yolanda Díaz. No en vano, su portavoz es el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, histórico de Iniciativa per Catalunya Verds, más tarde Esquerra Verde, partido integrado ahora en los comuns. 

“Catalunya tiene la oportunidad de abrir una nueva etapa, con un gobierno progresista que ponga en el centro la vida de la gente. Hay una mayoría y el pueblo no se equivoca”, ha dicho Díaz en un tuit para valorar los resultados.

Sumar está ávido de buenas noticias electorales, después de un 2024 que empezó con una debacle en Galicia, donde no consiguieron entrar en el parlamento. Y con un resultado muy pobre después en Euskadi. Allí, el espacio que antes ocupaba Elkarrekin Podemos pasó de 6 escaños a 1, que se quedó Sumar, mientras que el partido de Ione Belarra desapareció del parlamento vasco.

Un buen resultado en Catalunya era pues importante para tener argumentos de cara a las elecciones europeas que se celebran el próximo 9 de junio y que pondrán a prueba la estabilidad del proyecto de Yolanda Díaz. La coalición atraviesa momentos complicados después de unas negociaciones para esas listas en las que la confianza con los partidos quedó tocada. 

Las europeas servirán además para balancear la pugna entre los de Yolanda Díaz y Podemos en unas elecciones en las que hay circunscripción única y el sistema electoral no penaliza la división de los espacios políticos en varias listas y son las primeras de carácter estatal desde la ruptura entre ambas fuerzas el pasado diciembre. En Galicia y en Euskadi, Podemos sufrió un duro resultado electoral que les dejó fuera de sendos parlamentos. En Catalunya, tras confirmar la ruptura con los comuns, decidieron no presentarse ante unas malas perspectivas electorales.

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