El concierto que debía celebrarse en la Sala Apolo de Barcelona este mes de octubre para probar la utilidad de los tests de antígenos en estos entornos, así como los contagios en el ocio nocturno, ha quedado aplazado debido a la situación epidemiológica de Catalunya. Pese a que se trata de un estudio de carácter científico y no de un evento musical cualquiera, sus impulsores han considerado aplazarlo al menos cuatro semanas.
Uno de los impulsores del estudio, Bonaventura Clotet, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujo, ha dado a conocer la noticia en TV3 el mismo día en que la Generalitat ha anunciado que cierra todos los bares y restaurantes y reduce al 30% el aforo en comercios. Las restricciones decretadas este miércoles son las más duras desde la desescalada para hacer frente a una nueva oleada de la epidemia. En esta situación, tanto el hospital como el otro promotor del proyecto, el Primavera Sound, han considerado que no era el mejor momento.
“Hemos creído que en un momento de aumentar restricciones nos tenemos que solidarizar y no dar una imagen como la de un concierto”, ha argumentado Clotet, que ha añadido sin embargo que tratarán de hacerlo igualmente más adelante. En paralelo, en un comunicado oficial, han abudado: “En el contexto actual de segunda ola de la COVID-19, los organizadores de este estudio consideramos imprescindible evitar cualquier situación que pueda contribuir a tensionar innecesariamente el sistema de salud y en solidaridad con los esfuerzos que se piden a la ciudadanía”.
El concierto tenía que reunir antes de final de año a más de 1.000 personas en la Sala Apolo de la ciudad. Los asistentes, que serían voluntarios, deberían asistir con mascarilla pero podrían no respetar las distancias físicas. El objetivo del estudio era comprobar si los entornos de ocio nocturno pueden ser seguros cumpliendo ciertos requisitos.
El requisito principal era la utilización de tests de antígenos para todos los asistentes antes de entrar –para descartar los positivos por COVID-19 asintomáticos– y ocho días después. Para validar estos test, cuya utilidad está cuestionada en personas que no presentan síntomas, los organizadores preveían realizar también una PCR a la mitad de los participantes en el estudio.